Entrevista a Angel Barraco, miembro del Consejo Consultivo Honorario de la Ley de Salud Mental
-M.H.: Cuando se trata de la Ley 448 de Salud Mental de la Ciudad de Buenos Aires, apelamos al Lic. Angel Barraco, uno de sus principales impulsores. Angel, ha despertado rechazo la designación del psiquiatra Andrew Blake como Director Nacional de Salud Mental y Adicciones. Me gustaría que nos comentaras de quién estamos hablando y por qué el rechazo.
-A.B.: Es una situación anunciada, al menos para mí y en el marco del peor de los escenarios esperables. Una vez que se dio el resultado de la elección nacional, independientemente del gobierno kirchnerista, quiero aclarar que la Ley Nacional de Salud Mental no es una ley kirchnerista, sino que mucho antes de que el gobierno anterior hiciera todo lo posible para sancionar la ley, esta ley fue trabajada desde múltiples espacios y referentes desde el año 2004.
Hago esta aclaración para no entronizar esta confrontación con el actual gobierno del PRO, gobierno de derecha, neoliberal que venimos padeciendo hace 8 años en la Ciudad de Buenos Aires y, ostensiblemente, en el área de Salud y Salud Mental. Lo digo porque para el común de la población podría entenderse como un toma y daca de quién antes era oficialismo y ahora es oposición, vale la pena aclararlo porque detrás de la defensa de la Ley 448 de Salud Mental, sancionada en el 2000, y como Ley Nacional sancionada en el 2010, ambas lo fueron por unanimidad, este no es un dato menor, teniendo en cuenta, sobre todo en el 2010, el grado de confrontación a nivel político-ideológico que se traducía en la división de las Cámaras de Diputados y de Senadores. Y que los únicos que se opusieron no fueron los cuerpos legislativos, sino los sectores corporativos representantes de los médicos y los médicos psiquiatras.
Por otro lado, ha salido un comunicado cuando empezó a llegar el rumor ya casi confirmado, que la Dirección Nacional de Salud Mental, que es la máxima referencia de salud mental a nivel nacional, iba a ser ocupada por el doctor Andrew Blake nos generó mucho repudio porque este personaje, resistido en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, tiene en su haber muchas cuestiones que dan cuenta de que no solo se opone a la Ley sino que tiene un mecanismo autoritario y hasta perverso en cuanto a cómo se maneja en un campo como es el de la salud mental, donde justamente debería haber un diálogo coherente, honesto y de respeto.
-M.H.: ¿Blake ya era funcionario?
-A.B.: Estaba nombrado como Coordinador de Redes. La Ciudad de Buenos Aires en cuanto a Salud Mental tiene diferentes redes, de adicción, de trastornos de alimentación, entre otras, y a este personaje le dieron la coordinación. En realidad, ocupaba un cargo de mayor peso al de Coordinador de Redes porque era quien secundaba directamente a la Directora General de Salud Mental, la Dra. Grosso, en función de asesorarla y precipitando acciones que iban en contra de la Ley 448.
Fue el adalid de instrumentar la desarticulación y la no convocatoria del Consejo General de Salud Mental, que venía funcionando hasta el 2013 en la Ciudad de Buenos Aires en concordancia a lo establecido por la Ley 448, donde todos los actores participaban de manera honoraria y no vinculante pero de asesoramiento a la autoridad de aplicación. Hace 3 años fue desmantelado totalmente, llevando adelante una política de vaciamiento.
Toda el área de salud está manejada por la corporación de Médicos Municipales
Hay que hacer una salvedad, no solo la política neoliberal macrista implica el achicamiento de la educación y de la salud y mucho más de la salud mental, sino que se da un fenómeno que hay que clarificar de alguna manera.
Toda el área de salud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, está manejada por la corporación Asociación de Médicos Municipales (AMM), por lo tanto, si bien es el PRO la entidad política que asume la responsabilidad ejecutiva de gobierno, quienes manejan a su placer el área de salud, son los responsables del poder médico hegemónico de la Ciudad de Buenos Aires.
Esto no implica a todos los médicos ni a todos los psiquiatras, sino a una institución corporativa muy fuerte que pone los ministros, los directores de los hospitales, es la que durante 8 años ha venido obstaculizando que se lleven adelante concursos en el área de Salud Mental como establece la ley.
La Ley tiene una concepción interdisciplinaria y a partir de ahí habilita y reconoce que cualquier profesión que trabaja en salud mental, (y no solo la médica psiquiátrica), tiene capacidad para presentarse a un concurso para un cargo de conducción, ya sea para una jefatura, para director de un hospital de salud mental, un servicio o un dispositivo. Ellos, la AMM, han bloqueado esto constantemente.
En el 2004 recurrieron a la justicia para declarar la inconstitucionalidad de la Ley 448 y el Tribunal Superior de la Ciudad de Buenos Aires, que homologa a la Corte Suprema para Nación, no los admitió.
Toda esta política obstaculiza e impide que la Ley 448, luego de 15 años de sancionada, pueda ser implementada para su funcionamiento, para sustituir de una vez por todas ese acto vergonzoso que implica sostener hospitales como el Moyano, el Borda, el Tobar García y el hospital Alvear, que son manicomios. Esto ha hecho que frenaran la posibilidad y no se fueran abriendo los dispositivos que deberían sustituir esa práctica manicomial, abriendo camas de internación en hospitales generales, guardias interdisciplinarias, casas de medio camino y emprendimientos sociales.
En el mes de agosto, surge a partir de este personaje Andy Blake, otro gran conflicto, porque separa en la formación de las residencias interdisciplinarias de la Ciudad de Buenos Aires a los psicólogos por un lado y a los psiquiatras por otro, esta grave afrenta a la concepción de la ley implica llevar adelante desde una concepción ideológica para que sea la concepción médica y psiquiátrica la que hegemonice la atención en desmedro y desconocimiento de las otras prácticas, que no es solo la psicología, sino que implica a trabajo social, terapia ocupacional, psicopedagogos, enfermeros y todos aquellos saberes que tienen mucha importancia en la atención de la salud mental.
-M.H.: Andrew Blake también fue denunciado por médicos, trabajadores y profesionales de los hospitales Gutiérrez, Garrahan y Ameghino por agresión a la presidenta en la Asociación de Profesionales del Hospital Ameghino en el marco de una protesta.
-A.B.: Eso fue en relación a lo que estaba relatando recién, el Ameghino es una institución que siempre ha llevado adelante concursos para ir sosteniendo la planta, porque hay que tener en cuenta que las instituciones, ya sea por cuestiones de jubilación, fallecimientos o renuncias, debe sustituir por profesionales de la misma profesión que ostentaban. El Ameghino había llamado a concurso, fue obstaculizado, entonces la Asociación de Profesionales hizo una petición y se acercó a la Dirección General de Salud Mental que está a la vuelta del Ameghino. Cuando los compañeros y fundamentalmente la presidenta de la Asociación se hicieron presentes, salió este personaje a los empujones, a los insultos, y la compañera se asustó mucho porque no esperaba semejante reacción desproporcionada a la manifestación que estaban haciendo, considerando que este tipo de acción era una forma de provocación.
Personalmente he padecido esto en la Legislatura también, este sujeto no tiene ningún tipo de ética, es funcionario del Ejecutivo y en marzo de 2014 en la primer reunión de la Comisión de Salud de la Legislatura lo veo sentado entre todos los asesores, entonces le pregunto qué estaba haciendo allí, a lo que me responde que estaba en representación de un diputado del PRO, frente a lo cual le planteé que era sumamente anti ético que alguien que trabaja para el Ejecutivo esté también representando en el Legislativo, las palabras fueron subiendo de tono y llegamos a una situación de violencia que fue impedida por el resto de los asesores que también, con el pasar de las reuniones, vieron el rol que iba a cumplir, que era no dejar pasar los pedidos de informes, sobre todo los de Salud Mental.
Es un personaje que anda con un llavero, que lo proclama miembro del Partido Radical, sabemos que debe tener algún amparo. Lo otro destacable es que no se puede concebir que alguien vaya a representar la salud pública cuando nunca ha trabajado en el sistema público. Este psiquiatra se ha desarrollado en el orden de lo privado, tanto en el grupo OSDE como en Swiss Medical, entonces coincide esto de no interesarle el sistema público, propiciar su achicamiento y la otra consecuencia grave es intentar hegemonizar y que todo sea bajo una mirada uniforme desde la psiquiatría.
Esto ha movilizado en todo el país, donde ya se está al tanto de quién es este personaje. En el comunicado que se sacó aparte de muchísimas instituciones y profesionales que adhirieron, se solicita que la persona que ocupe la más alta representación de Salud Mental acepte que va a cumplir con la ley como corresponde porque sino no puede ser funcionario, a diferencia de este personaje que no solo no cumplía con la Ley 448, sino que en todos los ámbitos, congresos y seminarios a los que asistía, decía abiertamente que no iba a cumplir con la Ley nacional.
También tuvo injerencia cuando en la Ciudad de Buenos Aires presentamos un proyecto para abrir el órgano de revisión que es una instancia fundamental, es el encargado de ir a las clínicas y a los hospitales a ver cómo está el régimen de internaciones y si hay trasgresiones a los derechos humanos. Cuando intentamos abrirlo como establece la ley, para que cada provincia tenga su órgano de revisión, este personaje con Médicos Municipales, se plantó en la Comisión de Salud y lo bloquearon e impidieron que lo sacáramos.
Es lamentable, era lo que se presumía respecto del orden ideológico y lo que representa, pero la cosa se agrava porque ya no es alguien que defiende una perspectiva ideológica y política, sino que verdaderamente es un incompetente y una persona que provoca, porque lo que se está buscando es eso.
La idea es juntar a todos los espacios de todo el ámbito de la Salud Mental y, sobre todo, llevarlo al seno de la comunidad para que sepa que defender las leyes de salud mental es defender a la población, porque se necesita cada vez más una salud mental digna y abierta para todos. El problema de las adicciones es cada vez más grave, esta gestión al igual que lo hizo en la Ciudad de Buenos Aires, lo va a hacer en el orden nacional, va a sustraer la atención de adicciones del área de Salud Mental para llevarla al área de Desarrollo Social, que es donde hacen los convenios con las llamadas comunidades terapéuticas que no son ni más ni menos que lugares de encierro donde se maltrata a los jóvenes con resultados lamentables.
Me parece que tenemos que estar muy atentos y hacer llegar este mensaje a toda la comunidad, porque no es un problema de si se es kirchnerista o macrista, este es un problema que atañe a todos y que es gravísimo si se deja que se lleve adelante este tipo de política de achicamiento, tanto a nivel de lo público como desde la perspectiva ideológica.
Los manicomios son un gran negocio público pero, sobre todo, privado
-M.H.: Tuve oportunidad de acceder al Informe sobre salud mental elaborado por el CELS, que plantea algunas cuestiones muy preocupantes respecto del tema de los psiquiátricos, particularmente los casos del Moyano y del Borda, donde fallecen pacientes por enfermedades que podrían ser evitadas, como la neumonía. Todo el tema laboral en relación a los Talleres Protegidos que surten de insumos a los efectores de salud del Gobierno de la Ciudad, de sillas, mesas, armarios, camas, etc. Y estos pacientes reciben un “incentivo” de $ 500 por 22 horas de trabajo semanal. Un paciente dice: “en la construcción ganaríamos $ 200 por día, acá ganamos $ 20”. Tampoco se les practican necropsias a las personas que mueren en los psiquiátricos.
-A.B.: Es una serie de incumplimientos no solo de lo que establece la ley sino de lo que establece una perspectiva ética para cada profesión, es común ver que las historias clínicas no están, o están incompletas, o que solo dicen “trastorno de personalidad”, nunca están actualizadas, nunca se traduce cómo se los medica porque se los sobre medica para que no molesten.
Lo que pasa es que en la Ciudad de Buenos Aires el proceso de desinstitucionalización que sostiene la Ley 448, que era justamente para ir sustituyendo esta lógica de atención manicomial en estos grandes hospitales, para que una persona con un problema, con un trastorno de salud mental, pueda ser atendida como cualquier otra problemática orgánica con una internación breve, con todos los recursos que hay para tratar de estabilizarlo y que vuelva a su hogar y a sus afectos. Todo eso implican las casas de medio camino, las residencias protegidas, que es calcular que el 70% de las personas internadas en el Borda y en el Moyano son personas que no están internadas por su problemática patológica sino por causas sociales, quiere decir que esto es no adjudicar el presupuesto de la forma que debería hacerse.
Lo más bochornoso acaba de darse cuando se votó a libro cerrado el presupuesto 2016. Antes el presupuesto de salud mental llegaba el 30 de septiembre a la Legislatura y se tenía un lapso de análisis hasta que se votaba el 10 de diciembre. Este año el presupuesto apareció una semana antes del 10 de diciembre, no hubo posibilidad de estudiarlo, de cuestionarlo, con lo cual se sigue reiterando la misma lógica de los últimos años que es adjudicar para salud mental mucho dinero, pero el 85% se lo llevan los hospitales monovalentes Borda, Moyano, Tobar García y Alvear y no queda absolutamente nada para hacer los emprendimientos sociales, los dispositivos para que las personas dejen de estar internadas en los hospitales y puedan tener lugares compartidos con diez camas como máximo, con el seguimiento de un equipo terapéutico, facilitándoles la posibilidad de acceso laboral, todo esto es lo que no se quiere hacer, porque lo que se esconde detrás es que no quieren que se cierren los hospitales monovalentes, los neuropsiquiátricos, porque automáticamente implicaría el cierre de las clínicas privadas, y estamos hablando de negocios multimillonarios.
Las problemáticas que pelean en contra de la ley son dos, en primer lugar la democratización del poder que implica que una persona de cualquier profesión de salud mental, ya sea un enfermero, un músico terapeuta, un psicólogo, un psiquiatra, teniendo no solo su capacidad de incumbencia sino su capacitación, puede como en cualquier parte del mundo acceder a un cargo de conducción, eso es lo que no se quiere, lo que deriva a una sospecha muy grande, ningún visitador médico de los laboratorios más grandes va a ir a golpear la puerta de una jefatura de un servicio que lo atienda otro profesional que no sea médico porque no le va a poder ofrecer lo último de lo último en cuestión de psicofármacos.
Está todo entronizado en función de la medicalización, que no es solo en salud mental sino que se da en la sociedad en general, pero los psicofármacos tienen casi el 50% de la participación. Quiere decir que esta hegemonía médica no es solo por el orgullo o el poder de decir “yo soy el que sabe más” sino porque es necesario un ejército de lapiceras que responda al negocio más formidable y primero hoy en el mundo que es el de la industria farmacéutica.
Se empiezan a entronizar, como diría Foucault, la microfísica del poder, donde se empiezan a articular y entrelazar múltiples factores que hacen que a veces sea muy difícil observar y visibilizar qué hay detrás de un conflicto. El tema da para mucho, pero el mensaje debe ser no solo para los que trabajan en salud mental, no solo para quienes sufren, sino para la comunidad en general porque está en juego algo que viene in crescendo, las problemáticas tienen que ver con la existencia humana y el tipo de sociedad y cultura que tenemos y, fundamentalmente, con el sistema económico que obviamente nos subordina.
Mario Hernandez
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