sábado, 20 de diciembre de 2014

Sorpresa y armas



La sorpresa. Nadie lo hubiera predicho.
En esta Alemania acaba de triunfar en la provincia (aquí se llama estado) de Turingia el partido político llamado Die Linke (La Izquierda). Son los antiguos comunistas que actuaban en la República Democrática Alemana, la parte comunista, hasta que cayó el Muro y Alemania volvió a unirse. Años después de que la Alemania Occidental se hiciese cargo de la Alemania Oriental, se formó en la Alemania unida el partido Die Linke, que sostiene los principios del marxismo-leninismo. Al comienzo no tenía demasiada repercusión, pero con el tiempo se ha ido fortaleciendo. Y en Turingia ha demostrado que es un peligro para el partido mayoritario alemán, la Democracia Cristiana (de centroderecha).
El nuevo primer ministro de Turingia, Bodo Rammelow, tuvo un gesto de autocrítica en su discurso inaugural y pidió disculpas a todos aquellos alemanes que sufrieron cárcel o persecución durante los años en que el comunismo reinó en el Este alemán.
Pero más sorpresa que el triunfo comunista lo produjo el hecho de que el Partido Verde (ecologista) y la socialdemocracia le dieran sus votos al comunista Ramelow para que formara el gobierno provincial. En especial sorprendió que lo hiciera la socialdemocracia, que forma parte del gobierno de Alemania, aliado a la Democracia Cristiana.
Por ese hecho, la primera ministra Merkel hizo una aguda crítica a la socialdemocracia que está unida a la Democracia Cristiana en el poder nacional y a los comunistas en lo provincial.
Sí, algo raro. Pero claro, hay que explicarse que todavía no ha logrado unirse del todo la nación que estaba antes separada por el Muro, dividida en dos, con dos distintas políticas. Por lo menos, en calidad de vida. La población del Este, cuando llegó la unidad se trasladó en gran parte al Oeste. Y todavía continúan los problemas. Lo ocurrido en Turingia, con el triunfo del comunismo, es una señal para Occidente.
Esas poblaciones han demostrado lo que buscan. Al apoyar a los comunistas le han querido decir a Occidente: si ustedes no se preocupan por estas poblaciones seguiremos votando a los comunistas.
La primera ministra Merkel ha registrado este peligro. Esa nueva coalición de socialdemócratas, verdes y comunistas podrían vencer en las próximas elecciones nacionales. Por eso, y a pesar de que ahora los demócratas cristianos de la Merkel y los socialdemócratas forman juntos el gobierno federal, en las próximas elecciones puede formarse ese frente de izquierda y ganarle al conservadorismo de Merkel. Esta, en su última intervención, ha criticado severamente a la socialdemocracia por haber dado sus votos a los comunistas. De manera que, para los conservadores, tan aliados a los Estados Unidos, el futuro se ha enrarecido. En el congreso nacional de la Democracia Cristiana, Merkel ha sostenido: “Sólo una Democracia Cristiana bien fuerte para las elecciones de 2017 hará imposible el triunfo de los socialdemócratas unidos a los comunistas y a los verdes ecológicos. En eso debemos empezar a trabajar ya mismo”.
Otra de las noticias que trajo inquietud en Alemania fue que la CIA norteamericana emplea repugnantes métodos de tortura a quienes se sospecha de algo. En su brutalidad superan todas las versiones que fueron creciendo con el correr del tiempo. La investigación que hizo el Senado estadounidense lo dice todo. El diario conservador alemán General Anzeiger escribe así: “Por fin salió la verdad a la luz. El país que quiere ser ejemplo de democracia ha quebrado en forma sistemática la realidad y además encubriendo la tortura de detenidos. Quien comete contra el ser humano pecados recibe confesiones que le convienen, pero raras veces la verdad. Que hayan pisoteado los valores éticos le ha costado a Estados Unidos un alto precio”. Fue el presidente George W. Bush quien dio el permiso para llevar a cabo las torturas a los sospechosos de ser los autores de los acontecimientos del 11 de septiembre del 2001. Las torturas estaban encubiertas bajo el título de “mejores métodos de interrogatorios”. Pero el escándalo fue muy comentado y la verdad, por fin, salió a la luz. Tortura policial, no. La peor falta de una democracia.
Pero ahora vayamos a una acción noble: las iglesias alemanas se unieron en un valioso documento donde se denuncia al gobierno de este país por la venta de armas a estados del tercer mundo. El documento se titula “No lo aceptamos” y en su valentía comienza diciendo: “En el primer semestre de este año la exportación de armas a países fuera de la NATO se elevó un 63 por ciento más que el año pasado”. Así se expresó en el sínodo del Congreso de las Iglesias. El obispo católico Karl Jüsten exclamó: “Esto es intolerable”. Una especial preocupación se instaló cuando se debatió la venta de submarinos a Israel y la entrega de naves patrulleras a Arabia Saudí.
El año pasado el gobierno alemán permitió ventas de armas por un valor de 5846 millones de euros. Es el valor más alto desde 1996. Los principales países en la compra de armas alemanas fueron Brasil, Malasia y Arabia Saudí. Alemania pasó a ser el quinto país en la lista de vendedores de armas.
La humanidad no aprende nada. Lo vemos por la crisis que sufren varios países de Europa y la creencia de que el problema se resuelve vendiendo cada vez más armas.

Osvaldo Bayer
Desde Bonn, Alemania

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