sábado, 13 de diciembre de 2014

Canje de bonos: el extraño éxito de Kicillof



El ministro de Economía anunció que sólo el 2% aceptó la cancelación anticipada de bonos. Según Kicillof es una señal de confianza. Pero el bajo acatamiento estuvo signado por las caídas en las bolsas del mundo afectadas por la baja del precio del petróleo y las malas perspectivas económicas mundiales. El Merval se derrumbó 14% en la semana.

Este viernes a última hora de la tarde el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Axel Kicillof, anunció que “se recibieron ofertas por 185 millones de dólares por un canje de Boden 2015, lo que representa sólo dos por ciento del total".
Además de los bonistas que pidieron canjear por efectivo esos 185 millones de dólares, el gobierno recibió ofertas para canjear Boden 2015 por Bonar 2024 por 377 millones de dólares. Por último, los inversores solicitaron la emisión extra de Bonar 2024 por un monto de 286 millones de dólares.
El gobierno había ofrecido la semana pasada el pago anticipado o canje del Bonar 2015 por un total de 6.700 millones de dólares. Las ofertas recibidas comprenden 848 millones de dólares, apenas el 12,7% de ese total.
El ministro justificó la escasa adhesión en los abruptos movimientos y salida de capitales de la región de las últimas semanas. No obstante, consideró que "Es una señal de confianza que muchos hayan preferido quedarse con los bonos".
Si bien jefe del Palacio de Hacienda intentó presentar el resultado de esta operatoria como una “señal de confianza” en la capacidad de pago del país, en tanto el gobierno ofreció pagar de forma adelantada y en efectivo los bonos que vencían en octubre de 2015, lo cierto es que la escasa aceptación estuvo signada por la turbulencias de la economía mundial por la caída de las bolsas del mundo.
Además, el pago adelantado de los bonos suponía un ahorro para el gobierno que los especuladores decidieron preservar como una ganancia para ellos mismos. No hay duda que los “pagadores seriales” cancelarán el próximo octubre los bonos pagando una suma superior a la ofrecida en el canje cerrado durante el viernes.
Además, el comportamiento de los inversores expresa la preferencia por bonos cortos con grandes ganancias, como el Boden 2015, en lugar de apostar a una colocación de largo plazo, como el Bonar 2024 que vence en 10 años.
El gobierno buscaba con la operatoria propuesta mostrar capacidad de emitir nueva deuda mediante el ofrecimiento de una serie extra del Bonar 2024. La confianza de los “mercados” fue escasa.
Un canje con un acatamiento superior hubiera despejado el cronograma de pagos del año próximo, que ahora queda sobrecargado por la necesidad de realizar desembolsos por más de 12 mil millones de dólares en 2015. El éxito anunciado por Kicillof es dudoso.
Los “mercados” exigen una negociación con los buitres. Hace unos días, el vice ministro de economía, Emmanuel Álvarez Agis dijo que un arreglo “depende de cuánta plata nos pidan”. Lo que se dice una posición “soberana” para enfrentar a unos especuladores que compraron los bonos por centavos.
En enero se conocerá la verdad sobre la consigna “patria o buitres” que el oficialismo lanzó para alimentar el “relato”. Allí vence la cláusula Rufo, que impide un arreglo con los buitres sin afectar la restructuración de deuda que se realizó con los canjes de 2005 y 2010.
Pero la orientación de la política económica apunta en el sentido de un acercamiento a los “mercados”. Así lo certifican las colocaciones por u$s1.500 millones en títulos “dollar linked” (atados al tipo de cambio, como los Bonad 16 y Bonad 18) realizadas entre fines de octubre y noviembre, el compromiso asumido con el Club de París a principios de año y los acuerdos con el CIADI (un tribunal imperialista al servicio de las multinacionales).
La deuda se sigue incrementando. Pasó de ser de u$s126 mil millones luego del canje de 2005 hasta más u$s215 mil millones en la actualidad. Otro “éxito” de la política oficial. Hay que acabar con este saqueo del capital financiero imperialista rechazando el pago de la fraudulenta deuda externa.

Una semana negra

Como mencionó el ministro Kicillof en la conferencia donde anunció los magros resultados del canje, la última fue una semana negra para las bolsas del mundo.
La oscuridad se trasladó a Buenos Aires. El Merval, que venía mostrando ganancias récord de las empresas cotizantes cedió 14% en cuatro días. Este viernes las principales bajas correspondieron a YPF (-7,4%), Petrobras Brasil (-6%) y Transener (-6%).
La caída del precio del petróleo y las perspectivas poco alentadoras para la economía mundial, desde China y Japón, hasta Latinoamérica que se desacelera, pasando por la Unión Europea que no encuentra salida a la recesión, están derrumbando las cotizaciones.
El oficialismo festeja que la caída del precio del petróleo reduce la factura energética por importaciones. En el nivel actual de menos de 60 dólares el barril las inversiones de Vaca Muerta serían virtualmente no rentables. Y se van devaluando al calor de cada baja del precio del petróleo.
Los resultados negativos de la Bolsa de Buenos Aires podrían estar expresando los resultados no sólo una semana negra, sino de los límites que confronta la apuesta estratégica de entregar Vaca Muerta a la expoliación de las multinacionales imperialistas.
El aumento de las reservas del Banco Central por la activación de un nuevo tramo del canje de monedas con China, el ingreso de dólares de la soja y de las inversiones telefónicas, permitió estabilizar el tipo de cambio coyunturalmente, pero no termina de conjurar la recesión económica que avanza en el país. Ahora, nuevos factores se van agregando a un panorama sombrío.

Pablo Anino

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