martes, 15 de septiembre de 2009

Los trabajadores privados en su laberinto


Durante la última semana se recrudecieron conflictos en diferentes empresas privadas en las que se había llegado a un acuerdo entre patronal y trabajadores hace algunos meses, en general vía la inclusión en el Programa de Reconversión Productiva. Sin excusas reales para despedir, las patronales se han lanzado a criminalizar al activismo fabril mediante denuncias falsas, reducción salarial o, con complicidad con algunas direcciones sindicales, directamente la expulsión de afiliados de sus sindicatos, como en el caso de UOM Campana. Tenaris Siderca, Mahle, Paraná Metal, Terrabusi, son algunos de los conflictos que ponen sobre el tapete que, con la crisis como escenario de fondo, el empresariado nacional y trasnacional se dispone a cargar sobre la espalda de los trabajadores la baja de la rentabilidad industrial.
El 13 de agosto pasado se reunió en pleno la Comisión Directiva de la Seccional Campana de la Unión Obrera Metalúrgica, conducida por Miguel Caló. La lógica indicaría que el plenario se realizaba para analizar la situación de los trabajadores de Tenaris Siderca, planta del grupo Techint que fabrica tubos sin costuras, quienes desde hace meses se encuentran con suspensiones de 12 días al mes. Por el contrario, la Directiva encabezada por Abel Furlán, como Secretario Adjunto, convocó al congreso con la intención de sancionar a los trabajadores que osaron exigirle al gremio más protagonismo en la lucha que llevan adelante por empleo y salario.
El congreso determinó que los trabajadores Guillermo Temudio, Humberto Marmet, Emilio Nuñez, Guillermo Torres, Pascual Barboza, Guillermo Pérez y el delegado Guillermo Bentancourt del sector Sacu, fueran expulsados de la UOM, a pesar que algunos de ellos no participaron de las medidas a partir de las que surgen las sanciones. La resolución, según la dirección metalúrgica, es producto de una movilización realizada por unos 400 trabajadores de Tenaris a mediados junio, en la cual reclamaban mayor apoyo del sindicato e la pelea contra las rebajas salariales que se les quería imponer. Consultado por Prensa De Frente, Sebastián, uno de los trabajadores de la empresa, afirmó que “la situación que se vive en todo el sector es muy difícil. Las sanciones acá caen porque nuestros compañeros tuvieron la osadía de pedir más asambleas y medidas de fuerza. No nos olvidemos que en el correr del verano pasado acá rajaron a más de 400 operarios que no estaban encuadrados en el convenio. Con respecto a la marcha de la que salen las sanciones, lo único que hicimos fue pedir una asamblea general para la región por la situación brava que estamos viviendo, y ellos sostiene que eso es agraviar a la Directiva.”
El domingo pasado se realizó en la rotonda de entrada a Campana un festival en contra de las sanciones, al que asistieron más de 400 personas. Ese día el Premio Nóbel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, la Madre de Plaza de Mayo, Nora Cortiñas y el prestigioso escritor Osvaldo Bayer, entre otros, denunciaron que “la conducta de la directiva de la seccional Campana es profundamente antidemocrática, promoviendo expulsiones y cercenando todo derecho de libertad y democracia sindical que abre el camino y nos recuerda los métodos utilizados en los momentos mas oscuros de nuestro país, donde las voces disidentes eran acalladas, perseguidas y reprimidas brutalmente.”
Otra de las localidades en la que sus trabajadores han sufrido la embestida patronal es Villa Constitución. Desde principios de año el conflicto en la planta de Paraná Metal fue el caso testigo de la puja por la continuidad de los puestos de empleo. En una primera instancia la autopartista logró un acuerdo con el Ministerio de Trabajo que implicó su inclusión en el Programa de Reconversión Productiva (Repro), a partir del cual se garantizaban 600$ pesos mensuales por cada uno de los 1100 trabajadores del establecimiento.
La semana pasada la empresa, argumentando un déficit de 2 millones de pesos mensuales, anunció que el acuerdo por el cual sus empleados percibían el 70% del salario, había llegado a su fin. Como contrapropuesta ofertan pagar solo el 20% del total del sueldo percibido por los metalúrgicos, tan solo 10 meses atrás. El viernes pasado, 10 de septiembre, los trabajadores realizaron una asamblea en la puerta de la planta en la que definieron una movilización y corte de la autopista Buenos Aires-Rosario para el próximo miércoles 16.
Otra de las empresas que avanza en sus intenciones de cierre es Mahle, también autopartista pero radicada en la periferia de la ciudad de Rosario. La empresa, dedicada a la fabricación de los aros de pistón, se encuentra bajo conciliación obligatoria desde que demostró sus intenciones de cerrar la planta. A partir de esa situación la estrategia empresarial, que tuvo una importante acogida entre los empleados, fue promover el retiro voluntario, acordando sumas cercanas a las que le correspondería a una indemnización por despido. Al día de hoy es incierta como se resolverá la situación de quienes no aceptan la propuesta patronal, que serían un tercio de los trabajadores.
Una situación de conflicto a otro nivel es el que se vive en la planta de Kraft, ex Terrabusi, donde la patronal se niega a incorporar a los despedidos. Antes la magnitud de este conflicto pasó desapercibida la medida adoptada por otra planta cercana a esa multinacional. La metalmecánica Tecnología Avanzada en el Transporte S.A. (TATSA) de la localidad de San Martín, definió hace 10 días, despedir a 37 trabajadores utilizando viejos sumarios y sacando a relucir sanciones inadecuada, como excusa para poder deshacerse de estos asalariados. La estrategia elegida de utilizar viejos sumarios, responde a que la empresa, por estar incluida en el Repro, esta inhibida de realizar despidos sin causa. La reacción de los trabajadores fue hacer un corte de la Avenida General Paz, que resultó efectivo para la reincorporación de 19 de los trabajadores.
En este y en todos los casos, es llamativo que, con subsidios y todo, las empresas sostienen que no están en condiciones de mantener la planta laboral por la caída de las ventas. Paradójicamente los primeros despedidos son activistas o directamente delegados de fábrica, quienes se encuentran en igual condición de vulnerabilidad, ante sindicatos y gremios que brillan por su ausencia, cuando no hacen acto

Prensa de Frente

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