GOBIERNO - LA FRAGATA DE LOS "K"

NEO-LIBERALISMO DE BANDERA “PROGRE”

¿Cómo podría definirse este “modelo de país” impulsado por Kirchner y Cía?
El mismo parte bien, poniendo primera, segunda, pero antes de cambiar a tercera en la consola del timonel; lo que cambia es el rumbo de la marcha. Comenzando un paulatino pero constante giro alejándonos cada vez más de la meta inicial. Luego continúa Kristina a toda marcha subiendo la manilla y, nuevo golpe de timón. Se podría decir que zarpamos hacia el Sur; pero resulta que ahora vamos para el Norte, con la inscripción “progre” pintada con tiza en la proa.
Nos vendieron boleto de crecimiento con inclusión social. Pero tal crecimiento sólo llegó a los más ricos y sectores medios. Si bien se reajustaron salarios, asignaciones familiares, jubilaciones y se extendió el beneficio previsional para algún sector que no estaba previsto; esa mejora llegó únicamente a sectores de trabajadores formales y sindicalizados, puesto que la gran masa de informales y desocupados sufrió las consecuencias, pagando con sangre el costo de esa mejora.
Pero a la par de esa escalonada mejora sectorial (o grada de gallinero), la tan anunciada re-distribución de las riquezas hacia los más empobrecidos todavía sigue esperando con escasas o nulas esperanzas. Tampoco se hizo mucho para bajar la tasa de desempleo, salvo en la virtualidad de los números del INDEC. No se bajó un centavo del IVA ni se aplicó un impuesto a la riqueza o a la especulación financiera; pero sí disminuyó el impuesto a las ganancias, el inmobiliario a las grandes superficies de suelo; se subvencionaron todas las grandes industrias, la renta especulativa, los servicios públicos con prestaciones privadas y la política tributaria acentuó su acostumbrado sesgo regresivo. Trabajo, salud, educación y seguridad siguen cayéndose por la borda.
El rumbo inicial de marcha encontró en dos años su primer obstáculo, no como resultado de crisis externas sino por las propias desviaciones y crisis internas, que se manifiestan en la incapacidad de contener la inflación, en la inoperancia para la generación de empleo, en la pérdida de poder de la moneda nacional y en la feroz puja por la apropiación de las riquezas y la tierra. Los “K” subvencionaron y favorecieron a los más ricos concentrando más el capital y el latifundio, en la esperanza de que el rebalse de éstos generaría un goteo hacia abajo, hacia los que están con el jarrito en la mano implorando que caiga una moneda. Pero pronto ocurrió lo contrario; los gordos no tiran las sobras ni las migas del banquete, quieren más, lo quieren todo. Entre los que están también allegados muy cercanos al Gobierno. La sociedad civil percibe que, a esta altura de la travesía, ya no se sabe hacia donde vamos. O si vamos a donde el Gobierno quiso ir. O si éste va a seguir cediendo a los amotinados que tomaron parte del barco. Y así se lo expresó en las última elecciones; nó porque esté contra el Gobierno sino porque está perdiendo la confianza en el capitán. Comienza a temer la zozobra o el sacrificio de pasajeros. Y eso es grave en medio del mar!
En un país donde alrededor del 55% de la población económicamente activa subsiste con changas y empleos informales, la exclusión estructural del modelo y el continuo incremento del costo de vida, golpea inmisericordemente con violencia criminal a un amplio conjunto de la población: los más pobres. Y los nuevos pobres.

Fernando Chanquía Aguirre