La gravedad del brote del dengue exige una respuesta organizada del movimiento popular. Las propias autoridades advierten que el pico de la propagación del virus se dará en marzo en pleno período de clases. Esta enfermedad a la que se llama también el “virus de la pobreza” es absolutamente prevenible; su expansión epidemiológica retrata la miseria y las precarias condiciones de vida de la población.
En la provincia de Buenos Aires los informes oficiales hablan de unos 160 casos declarados pero muchos más “sospechados”. En el mapa de causantes del dengue está el enorme faltante de cloacas y agua potable en la mayoría de los municipios del conurbano y el crecimiento de los asentamientos precarios en toda la provincia que son el producto de la especulación inmobiliaria, los altos precios de los alquileres y la expulsión de trabajadores del centro a la periferia. Sólo en La Plata, capital de la provincia, son unas 75.000 personas las que viven en asentamientos sin servicios y con carencias de todo tipo. En La Matanza hay 115 villas, 78 en Almirante Brown, 64 y 66 en Lomas de Zamora y Florencio Varela respectivamente solo por mencionar algunos distritos del conurbano. En 2017 un registro oficial -con seguridad distorsionado- reconocía más de 500.000 bonaerenses viviendo en asentamientos precarios. Esta cifra se incrementó notablemente con el aumento de la pobreza, indigencia y desocupación en los últimos tres años.
Las malas condiciones de saneamiento y de provisión de agua corriente que llevan al “cacharreo” (con la proliferación y acumulación de mosquitos) favorecen el ciclo natural de circulación del virus. Kicillof, en su discurso en la apertura de sanciones, se refirió al ajuste brutal en la obra pública y a las deficientes condiciones de los hospitales públicos. Sin embargo no anunció partidas especiales para combatir el dengue y otras enfermedades de la pobreza como el hantavirus en una provincia que tiene entre el 55% y el 60% del total de desocupados y pobres de la Argentina. Tampoco un aumento inmediato de fondos para el hospital público. En La Plata los médicos denuncian la sobresaturación de las guardias y los bajos salarios. Cicop organizó una jornada de protesta del Hospital Melchor Romero denunciando un completo vaciamiento y falta de recursos. Señalemos también que los profesionales de la salud bonaerenses mantienen su reclamo salarial como lo hacen los judiciales que rechazaron la oferta “paritaria” de Kicillof.
Al alto costo de vida que destruye el salario y las jubilaciones se suma ahora el incremento del precio de los repelentes y protectores. Un escandaloso negocia que juega con la vida de los trabajadores. En La Plata los precios de estos productos aumentaron en un 30%, esto mientras que Alberto Fernández sobreactúa y dice que va a ser “implacable” con los formadores de precios. Con el aumento de los casos conocidos (19 comprobados y 55 sospechados) crecen también los reclamos en las barriadas para que se fumigue en los municipios de La Plata, Ensenada y Berisso. Junto a las medidas elementales de contención, fumigaciones regulares y protección de las picaduras del mosquito, la erradicación del virus del dengue requiere de un plan de urbanización y de salud para terminar con los basurales a cielo abierto, darle tratamiento a la basura contaminante, resolución del gravísimo problema de la vivienda (terminando con la vivienda ociosa y construyendo la que se necesita), y de provisión de los servicios necesarios empezando por el agua potable y la construcción de cloacas.
La falta de anuncios del gobernador y de una campaña provincial contra el dengue asegurando los fondos necesarios en la emergencia es una consecuencia de la “tierra arrasada” que deja el pago a los bonistas. La “sostenibilidad” de la deuda y el acuerdo con el FMI son incompatibles con la salud, la vivienda y las condiciones de vida de millones de trabajadores en la provincia de Buenos Aires y en el país. El vector de la enfermedad es el mosquito pero la preservación de la salud de la población es una cuestión que hace al régimen político y social capitalista. Kicillof y Fernández sacrifican la atención sanitaria priorizando los intereses de los especuladores y pulpos privados de la salud.
El Partido Obrero plantea la organización de las barriadas para exigir al estado nacional, provincial y las intendencias municipales las medidas necesarias. La salud es también una causa popular que demanda la movilización del pueblo trabajador. Las asambleas del Polo Obrero son un aporte fundamental en esta lucha por la defensa de la salud pública. Esto exige un relevamiento independiente de las organizaciones de los trabajadores para exigir que se dispongan inmediatamente las obras de urbanización correspondientes y bajo su control. Aumento inmediato del presupuesto de salud y partidas especiales para la atención y prevención del dengue. Provisión gratuita de repelentes y protectores a toda la población y las escuelas.
Daniel Rapanelli
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