domingo, 15 de marzo de 2020

Coronavirus y crisis educativa: la docencia se rebela frente a la inacción estatal

La propagación del coronavirus, el dengue y otras enfermedades han colocado al inicio del ciclo lectivo en completa crisis.

Luego de que la OMS declarara “pandemia” al covid-19, el gobierno nacional decretó la emergencia sanitaria por un año. En conferencia de prensa, Gines García anunció, sin embargo, que por el momento “sería contraproducente cerrar los colegios”, ya que en palabras del ministro de Salud: “los chicos no son un grupo vulnerable. Y si no van a la escuela, están en otro lado y aumenta el riesgo para los adultos”. Pero los “adultos” (docentes, auxiliares) se encuentran trabajando en las escuelas, aumentando el riesgo de contagio para ellos mismos y para toda la comunidad. Las “recomendaciones” que dictan los organismos oficiales para evitar el contagio del virus, por otra parte, se chocan de frente con el estado ruinoso de las escuelas públicas: la falta de insumos, el nombramiento de personal, elementos de higiene, etc. siguen ausentes. Es evidente que continuar con las clases en este contexto sólo hará que el virus se propague con mayor celeridad.
La “crisis sanitaria nacional e internacional” devenida en crisis política, también ha dejado al desnudo la continuidad del derrumbe del sistema educativo.
A contramano de la decisión nacional, cada vez más universidades e Institutos terciarios están decretando la suspensión de clases. Las provincias de Jujuy y Misiones han declarado ya la suspensión por 14 días, en el primer caso para evitar el contagio del coronavirus, en el segundo, debido al dengue. En Chaco, el Frente Gremial Docente ha decretado un paro para toda la semana entrante (Primicias Chaco 14-3), ante la no suspensión de clases en la provincia.
En línea con la decisión del gobierno nacional, este jueves 12, el gobernador Kicillof, vía Decreto 2020-132 declaró: "el estado de emergencia sanitaria en la provincia por 180 días". Tarde, ya que ya existen casos en la provincia y, por otro lado, las clases transcurren sin las medidas básicas de prevención (como lo vienen denunciando los propios docentes): la mayoría de las escuelas no fueron desinfectadas (DDD) ni desmalezadas, no se limpiaron los tanques de agua, no existen elementos de higiene mínimos (lavandina, alcohol en gel, jabón, etc). Un reciente protocolo en la provincia establece que “de notificarse que un estudiante o docente es caso sospechoso, se debe proceder al cierre del grado o sección hasta que esté el resultado del test de laboratorio o por un plazo de 14 días”. En caso de que se confirme un caso de coronavirus “deberá suspenderse el dictado de clases en toda la escuela, también durante 14 días corridos”. Una suerte de suspensión de clases “a cuenta gotas” que aumenta el riesgo de potencial contagio.
Los empleados públicos que deban “auto aislarse” por haber provenido de países de riesgo o tengan casos confirmados de coronavirus, podrán utilizar una licencia por 14 días (Decreto Nº 127/2020). Nada se sabe aún sobre el procedimiento para los grupos de adultos en riesgo (asmáticos, diabéticos, etc.) que en el caso de la docencia ya está reclamando la aplicación del 114h del Estatuto docente.
Mientas la situación sanitaria se agrava, el Gobierno Nacional se encuentra pagando “cash-cash” intereses de deuda. Sólo en febrero desembolsó unos 704 millones de dólares (45.000 millones de pesos), pero anunció en estos días una partida presupuestaria "especial "de 1.700 millones de pesos para afrontar la pandemia.
La sumisión al programa del FMI y el arreglo con los bonistas hace inviable brindar una respuesta sería a las necesidades elementales de la población para enfrentar estas epidemias. Ante esta emergencia, se requiere la triplicación del presupuesto para salud y educación, para la implementación de acciones de prevención y control sanitario en las barriadas obreras, a los docentes, alumnos y sus familias, y que ¡ni un peso más! del presupuesto nacional se destine a los usureros internacionales. En un país con más de un 30% de pobreza, las epidemias pueden correr como reguero de pólvora sobre una población vulnerable.
Mientras tanto, otra “epidemia” (para el gobierno y la burocracia sindical) sigue su curso: la lucha de la docencia por su salario. En Salta, continúa en desarrollo una huelga general que ya lleva 9 días, impulsada por docentes autoconvocados. En Santa Fe se cumplieron las 48 horas de paro -11 y 12 de marzo- que terminó en una masiva movilización provincial. El gremio AGMER, de los docentes de Entre Ríos, ha votado en su último congreso la continuidad del paro por tiempo indeterminado y el viernes 27 se movilizarán en toda la provincia (Entre Ríos Ahora, 11-3). En Tucumán, un congreso provincial de delegados autoconvocados ha votado la continuidad del paro general, que empalma con otros sectores de trabajadores (municipales, choferes) que salen a enfrentar los planes de ajuste de Manzur. La prohibición de reuniones o concentraciones masivas no puede ser utilizada para extorsionar a los trabajadores en lucha, mientras el gobierno le sigue negando la satisfacción de los reclamos, que los trabajadores necesitan para hacer frente a la crisis. El movimiento obrero necesita defender a rajatabla la libertad de organización para no perder derechos y conquistas adquiridas.
La rebelión que se produjo a nivel nacional contra la paritaria a la baja del gobierno es inseparable de la lucha por las condiciones de trabajo, que se presenta ahora con más urgencia en ocasión de la propagación del coronavirus. Se ha abierto una intensa deliberación entre los trabajadores de la educación, que se refleja en reuniones, asambleas, en la elaboración de petitorios y en el reclamo al Estado de que se suspendan las clases.
Los gremios afines al gobierno se han limitado a reproducir las indicaciones oficiales, pero no se encuentran organizando ningún tipo de acción que atienda a las necesidades de la docencia. UDOCBA se acaba de pronunciar por la suspensión de clases en toda la Provincia de Buenos Aires.
Las seccionales de SUTEBA conducidas por la multicolor (La Matanza, Tigre, Escobar, Bahía Blanca) han reclamado la suspensión preventiva de clases. Se están preparando acciones de movilización a los Consejo Escolares en los próximos días.
Se hace fundamental la conformación de comités de salubridad e higiene en cada escuela, formado por docentes, padres, alumnos y auxiliares, que se pronuncien por la inmediata suspensión de clases como primera medida preventiva de propagación de la epidemia. Sobre esta base impulsar en todos los sindicatos la convocatoria a asambleas y a plenarios de delegados con mandatos, para reclamarle al Estado la aplicación urgente de una política integral de prevención y salubridad; la entrega gratuita de elementos sanitarios a los barrios afectados, la distribución de kits de pruebas para asegurar un diagnóstico y atención temprana donde sea necesario, la duplicación del presupuesto de salud y la atención a toda la comunidad educativa, bajo control de los trabajadores y sus organizaciones.

Mariano Hermida y Claudia Consiglio
14/03/2020

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