martes, 11 de febrero de 2020

La pregunta del millón: ¿hay plan económico?



Guzmán hará una puesta teatral en Diputados como ofrenda al FMI

En estos días ha sido motivo de debate si hay o no hay plan económico en la Argentina. Algunos opinan que sólo hubo un “paquete de medidas” que no constituyen un verdadero plan económico. De hecho en la gira por Europa, Alberto Fernández fue preguntado sistemáticamente por el tema.

La cuestión sigue en primera plana. De hecho, el ministro Martín Guzmán irá a Diputados en una sesión inédita, donde contestará preguntas ante el pleno de la Cámara por iniciativa propia, en lo que sería una autointerpelación. La movida coincide con la presencia de la misión del FMI que llega el día antes. Que los representantes del FMI no son ajenos al tema del “plan económico” lo demuestra la definición del presidente en un reportaje publicado por Infobae que brindó en Europa: “Kristalina Georgieva, la presidenta del FMI, tiene todos los detalles de nuestras medidas, Martín (Guzmán, el ministro) estuvo reunido con ella”. La reunión duró tres horas, algo absolutamente inusual. Conclusión, el FMI tiene los detalles que no tiene el pueblo argentino. Y peor aún, los medios parlamentarios afirman que el ministro, no obstante someterse a las preguntas en Diputados, evitará detalles precisos y números.

Pero lo que ocultan ¿es un plan económico?

La primera cuestión es que está ocurriendo lo contrario de lo que Fernández y compañía prometieron: el rescate de la deuda usuraria es el eje de las medidas pero empieza por el FMI, y no al revés. Mientras la ex presidenta parlotea en Cuba contra el FMI, se fue al tacho el relato oficial de “no pedirle plata al Fondo, negociar una quita con los bonistas primero y después hablar con el FMI, corresponsable con Macri de la quiebra del país”. A pesar de que los vencimientos del FMI son a partir del 2021, una vez más, como en el default 2001, como en Grecia, como en Portugal, como recientemente en Ecuador, el FMI es el consultor y garante del capital financiero internacional y, por esa vía, todos los caminos condujeron a un alineamiento político con EEUU y con el mismísimo Donald Trump por parte de los “nacionales y populares”. AF pavimentó el camino haciendo su primer viaje al centro de la política del imperialismo en Medio Oriente, al Estado Sionista masacrador del pueblo palestino.
Por eso desembarca la misión del FMI el miércoles 12 a la que se ofrecerán tres platos principales. El “sendero” del superávit fiscal, el superávit comercial y Vaca Muerta para reforzar en el mediano plazo la entrada de dólares que permitan afrontar la deuda. Como se aprecia, todo el llamado “plan económico” consiste en garantizar el rescate de una deuda que hoy cotiza a precios de default. Ya han trascendido los detalles del sendero. En el centro está el robo de la movilidad jubilatoria que tiene que proveer entre $100.000 y $200.000 millones en el transcurso del año para lograr un superávit fiscal que arranca en el 1% del PBI hasta el fin del período de gracia que se negocia. A la cuestión fiscal la acompañan los impuestazos y la eliminación de las cláusulas gatillo en los salarios, especialmente estatales. No olvidemos tampoco la cláusula de desguace del Estado que fue excluida de la “megaley de emergencias” durante el debate en el Congreso, pero que mostró la intención del gobierno.
Al superávit comercial lo garantizaría la recesión económica que la consultora Analytica estima en más del 2% de caída del PBI (El Cronista Comercial). Como aun así, es vidrioso que Argentina tenga los dólares para hacer “sustentable” el nuevo plan de pagos, en los punteos con Georgieva, ha ocupado todo un lugar Vaca Muerta, para ello Fernández se reunió en Berlín con los directivos de la francesa Total y de Wintershall, dos de los pulpos que operan en Vaca Muerta. Ahí empezará a jugar un papel relevante la ley que ha preparado Guillermo Nielsen, a cargo de YPF y lobista de los fondos de inversión que operan en el 49% del paquete de la petrolera semiestatal. Claro que la contradicción es que las petroleras le hicieron saber una vez más al presidente “europeísta” en la bella Berlín, que para poner un dólar más exigen ser exceptuados del cepo para girar dividendos a sus casas matrices, con lo cual lo que entra por la ventanilla de las inversiones se va por la de la fuga de capitales que constituye el giro de utilidades.

Ajuste descomunal

Como se aprecia, el paquete de medidas, lejos de un plan económico integral, es en realidad un descomunal ajuste, con un período de gracia para evitar un estallido social y económico inmediato. Pero este camino de espinas recién empieza. Al sapo del gobernador Axel Kicillof, que puso el último clavo en el cajón de empezar por la reestructuración de los privados, lo siguió el de Guzmán con el fracaso más rotundo aún de la primera oferta de canje del bono dual. En las próximas horas se develará si vuelve a fracasar la oferta del dual, más concesiva aún, y por ende si el gobierno tendrá o no que emitir $95.000 millones para hacer frente al pago. Si no hay arreglo esta situación se repetiría con otros bonos, de tal suerte que el gobierno debería emitir $300 mil millones en el primer trimestre lo que pondría una fenomenal presión sobre los precios y sobre la brecha cambiaria que se sigue ampliando. O sea, potencial de inflación y devaluación.
Esas contradicciones operan en un terreno donde la inflación de enero no bajaría del 3% a pesar del congelamiento de tarifas, de combustibles y el dólar planchado. De ahí que la cuestión de empezar a desindexar por los salarios, jubilaciones y la Asignación Universal por Hijo ha colocado una crisis en la propia burocracia oficialista que empezó a dividirse en torno a la entrega de las cláusulas gatillo, única protección ante una inflación que no bajaría en el año del 42%, si nada se desmadra. Por otro lado, las recaudaciones tanto de Nación como de provincia de Buenos Aires, contando enero, han caído un 10% respecto de la inflación a un año vista, lo que hace inconsistente los planes de ajuste porque la suba de impuestos no alcanza a compensar la caída de la actividad económica.
El panorama real se completa con el default de Vicentín, que arrastra a varias firmas acopiadoras y a un quebranto formidable al Banco Nación y otros bancos estatales. Pero Vicentín no está sola, en la misma situación están Garbarino, Molinos Cañuelas y Molinos Minetti, todas quiebras multimillonarias que arrastran a otras empresas. Esta cuestión que debería ser tomada de inmediato por los sindicatos involucrados y el conjunto del movimiento obrero demuestra que la deuda bien medida es la nacional, la de las provincias y la de las corporaciones capitalistas, porque toda la deuda hace a la situación del capitalismo nacional. La cuestión de la apertura de libros, la estatización y el control obrero de la continuidad productiva está al rojo vivo.
La cuestión de la deuda de las provincias es otro tema en el aire. Salieron del paso con la comisión votada en la sesión en la que suspendieron el pacto fiscal, pero será motivo de negociación y de las preguntas de los diputados de los gobernadores apretados como Kicillof, para discutir sus propios rescates.
Desde luego, la oposición macrista no existe, puesto que su “plan económico del mejor equipo de los 50 años” estalló por los aires. Pero no es un hecho menor que se trató de toda una tentativa del conjunto de la clase capitalista basada en la libertad de capitales, el endeudamiento, la devaluación, los tarifazos, la rebaja de impuestos al capital, el ataque a los costos laborales y jubilatorios, la recontra privatización petrolera, el negociado de los UVA y el sueño roto de la propiedad público privada. Ese sigue siendo el ideario de los capitalistas y Alberto Fernández que promete salir cuando pueda del cepo y las retenciones y acaba de mandar a joderse a los deudores UVA, no tiene un plan alternativo. Sólo emergencias y control social para afrontar la crisis.
En resumen, no hay ni habrá tal plan económico. Hay una postergación de las contradicciones explosivas del proceso del default argentino por los 180 días que duran las múltiples emergencias y suspensiones de tarifazos. La llegada del FMI tiene que ser motivo de una movilización de masas, que tiene sentido con las consignas del Frente de Izquierda: No al pago de la deuda, no al pacto del gobierno y la oposición para pagarla, fuera el FMI, paritarias libres, defensa de la movilidad jubilatoria. Vamos la Plaza de Mayo con el FIT Unidad y el movimiento obrero combativo por estos objetivos.

Néstor Pitrola

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