La llegada de la misión de FMI a la Argentina ha servido para que la ´izquierda´ y la centroizquierda que decidieron subirse al carro del Frente de Todos cometan otra tropelía política. Tiene ese carácter la marcha que el PCR-CCC, Barrios de Pie, la CTA Autónoma y otros han convocado para el miércoles 12, por un lado, para “protestar contra la misión del Fondo” y, por el otro, apoyar al gobierno F F.
Pero si el FMI quiere recuperar los u$s50 mil millones que le dio a Macri, y los Fernández han repetido hasta el cansancio que quieren pagar, ¿por qué ‘protestan’ contra uno y ‘apoyan’ al otro? ¿Cuándo escucharon a los Fernández decir que pretenden defaultear al FMI?
La ‘misión’ del FMI no podría venir a Argentina sin la invitación o el acuerdo del gobierno. Los convocantes saben que los Fernández tienen la expectativa de que el FMI los apoye en el propósito de obtener una quita significativa del capital de la deuda que se encuentra en manos de bonistas. Es la promesa que AF dice haber conseguido de los gobiernos que tienen la mayoría de los votos en el directorio del FMI. O sea que el FMI concurre a la Argentina para coronar los encuentros diplomáticos del presidente Fernández con los jefes de los Estados imperialistas. El objetivo de esta gira, desde la visita al reo de la Corte Penal Internacional, por crímenes de guerra, Benjamín Netanhayu, hasta Macron, ha sido el de conseguir que el FMI apoye a Argentina en el objetivo de lograr un “reperfilamiento” con los fondos de inversión privados, con importantes quitas.
No hay ninguna evidencia, sin embargo, que esos gobiernos hayan llegado a ese compromiso, y es improbable que eso haya ocurrido, simplemente porque la deuda de Argentina es con los capitales financieros de esos países. La izquierda y centroizquierda oficialistas se suman a una patraña que, en primer lugar, es del propio gobierno. En segundo lugar, el FMI no es solamente un acreedor de Argentina, es también el supervisor de los países endeudados a cuenta del capital financiero internacional. Este es el primero que quiere que el FMI meta las manos en la política económica de Argentina; el conflicto FMI-bonistas es relativo e incluso una superchería.
La izquierda sale a respaldar al gobierno “contra” el Fondo, a sabiendas que el gobierno ha llamado al Fondo en su socorro, luego de la crisis desatada por el fracaso de Kicillof y Fernández en reprogramar con quitas la deuda bonaerense y el bono llamado “dual’ del gobierno nacional. “Sacame de esta crisis que puede ser final”, es lo que AF dijo a los mandatarios europeos, a Trump y al FMI.
Pero el propósito confusionista de esta ‘izquierda’ es más artero de lo que denunciamos. “Apoyar al gobierno” es apoyar la derogación de la movilidad jubilatoria y el ajuste de salarios por inflación, y es apoyar el congelamiento de paritarias. La CCC, que militaba en la Multicolor de Suteba, se ha pasado al campo de Baradel y compañía, que están buscando compensaciones al propósito oficial de poner fin a la “cláusula gatillo” que ampara el salario docente. Algunos personajes de esta burocracia han entrado al gobierno como funcionarios, y no por el salario de una maestra. ‘Apoyemos a Alberto contra los buitres del FMI’, debe leerse como ‘apoyemos a Alberto y al FMI contra las conquistas de los docentes’.
Los izquierdistas no mezquinan en perfidia para apoyar al gobierno. El PCR, por ejemplo, en su llamado a movilizar el 12, critica la ley de renegociación de deuda votada por el Congreso, “que compromete una negociación sin investigar la deuda corrupta de la fiesta macrista y manteniendo la cesión de la soberanía a los tribunales extranjeros”. No explica, sin embargo, porqué su diputado Alderete la votó a favor. Otro comunicado, de la CTA Autónoma, denuncia “la deuda externa y los acuerdos de Macri con el FMI”, para culminar planteando que “todas las negociaciones que lleve adelante el gobierno se hagan con absoluto respaldo, pero con perspectiva de garantizar la soberanía”.
La perfidia, sin embargo, no concluye aquí. Lo del 12 es un ensayo, con vista al 8 de Marzo, el día internacional de la mujer trabajadora, y el 24 de marzo, el día de los compañeros desaparecidos. Se preparan para convertir a estas dos fechas en jornadas oficialistas, donde no se diga nada del ajuste, del pago de la deuda, de la desvalorización de salarios y jubilaciones. El oficialismo pretende poner sus huevos en las dos canastas: la canasta del FMI, los Macron, Trump y Merkel, y la otra canasta, la de copar la oposición a todos ellos.
Nuestro pronóstico: se va a quedar sin huevos y sin canastas. La tarea del FMI es reforzar la soga de la deuda externa, para imponer la política del capital financiero; de otro lado, el pueblo reaccionará contra la incapacidad de los Fernández para enfrentar a los chupasangres imperialistas, y la pseudo izquierda fracasará con sus embustes.
El desarrollo de la crisis delinea con mayor claridad los campos políticos de unos y otros.
Marcelo Ramal
09/02/2020
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