jueves, 27 de febrero de 2020
Estados Unidos ve “inevitable” la propagación del coronavirus y crece la preocupación global
Donald Trump nombró a su vicepresidente responsable del combate contra el virus, mientras nuevos casos se registran en Europa y América. Preocupación por el impacto en Estados Unidos.
La alerta por la expansión del coronavirus ya preocupa en el continente americano. La noticia del primer caso detectado en Brasil se conoce a un mes de los primeros casos detectados en China, cuando el virus ya se extiende por 44 países del mundo con 80000 contagios y 2572 muertes, hasta este miércoles.
Pero todas las miradas están puestas la llegada del virus a Estados Unidos. Las autoridades estadounidenses no se preguntan si el coronavirus afectará al país, sino cuándo y en qué cantidad. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés) y el Instituto Nacional de Salud, advirtieron que la llegada del problema resulta “inevitable” y que la población se tiene que preparar para las consecuencias de esta crisis, que, como mínimo, van a suponer trastornos en el día a día.
El presidente estadounidense, Donald Trump, se dirigió al país este miércoles por la noche. En un breve discurso aseguró que el vicepresidente, Mike Pence, estará al frente de la respuesta del gobierno al coronavirus.
"Voy a poner a nuestro vicepresidente, Mike Pence, a cargo. Y Mike trabajará con los profesionales", dijo Trump durante su aparición en la sala de reuniones de la Casa Blanca.
El martes, funcionarios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) advirtieron que el virus se propagaría inevitablemente en los Estados Unidos, incluso cuando un importante asesor económico de Trump dijo que estaba contenido en los Estados Unidos, describiéndolo como "hermético".
"No creo que sea inevitable", dijo Trump, separándose de los comentarios del funcionario de la CDC. "Pase lo que pase, estamos totalmente preparados" insistió Trump.
Hasta el momento las grandes potencias han centrado sus políticas contra la expansión del virus en medidas, hasta ahora ineficaces, como el cierre de fronteras o poner en cuarentena a ciudades enteras (siguiendo las medidas represivas instauradas en China), lo que no frenó al virus pero sí aumento la xenofobia.
La administración Trump solicitó al Congreso un total de 1.800 millones de dólares de fondos de emergencia para combatir el virus, lo que incluye 1.250 millones en nuevos recursos y transferencias de la investigación del ébola. En total, el Gobierno calcula un desembolso de 2.500 millones. Sumado a eso llamó a empresas y centros públicos a tomar medidas para evitar al máximo el riesgo de contagio. Por ejemplo, propone la sustitución de reuniones en persona por teleconferencias y favorecer el trabajo desde casa y, en el caso de las escuelas, la cancelación de grandes encuentros.
El secretario de Salud estadounidense reconoció este martes que el gobierno tenía una reserva de más de 30 millones de máscaras, pero que podría necesitar 300 millones para trabajadores de la salud.
Todas esas medidas parecen poco eficaces teniendo en cuenta que en Estados Unidos más de 30 millones de personas no tienen ningún tipo de cobertura médica, producto de los sistemas privados de salud.
Pero a pesar del optimismo del Gobierno, la llegada del coronavirus a Estados Unidos genera preocupación por el impacto en un país con un sistema de salud que deja sin cobertura a millones de personas, y por un impacto mayor a la economía global, ya golpeada por las perspectivas de una caída en la economía China.
Sitios especializados en economía, como el Financial Times, aseguran que el daño en China es grave y se afectaran seriamente las cadenas de valor global, partiendo de que China da cuenta de un 20% del PIB mundial (mucho mayor 4% que ostentaba cuando se dio la epidemia del SARS en 2003). A esto se debe agregar el efecto que generará en las economías de Japón, Corea del Sur e Italia. Pero el mayor temor se centra en la posibilidad de que el contagio realmente golpee a Estados Unidos.
El escenario más optimista que planean varios análisis económicos espera una recuperación rápida de China permitiendo niveles similares a los que se calculaban previamente al brote del virus.
La realidad es que esa expectativa sería de una tasa de crecimiento anual del orden de 2,5 al 4%, lo que sería una gran sorpresa para el crecimiento global y para otras economías.
El impacto en América Latina de la epidemia comienza a golpear fuertemente las economías de Chile y Perú. Los analistas estiman que los daños que está sufriendo ya la economía china por las cuarentenas de millones de trabajadores afectarán a estos dos países latinoamericanos que concentran el 40% de la producción mundial de cobre. Brasil también teme el efecto de la crisis sanitaria que sufre China, su primer socio comercial en la venta de mineral de hierro y soja.
El brote de coronavirus se suma a los choques negativos que golpearán la economía global este año, como el riesgo a que se intensifique nuevamente las tensiones entre Estados Unidos e Irán causando un aumento en los precios del petróleo o una escalada de las tensiones entre Estados Unidos y China.
El brote del virus despierta la alarma sanitaria, pero también las que ven el riesgo de una recesión global.
Diego Sacchi
@sac_diego
Miércoles 26 de febrero | 20:38
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