lunes, 12 de febrero de 2018

Salta: el desastre de las inundaciones desnuda un régimen acabado



El norte de la provincia de Salta ha sufrido recientemente una de las peores inundaciones de los últimos treinta años. La zona más afectada fue el norte del departamento Rivadavia, sobre todo en la localidad de Santa Victoria Este y parajes cercanos. También la situación fue grave en la zona de Dragones en el departamento San Martín. Como consecuencia de las mismas más de 10 mil personas fueron evacuadas, en su gran mayoría pertenecientes a comunidades originarias.

La paradoja de Urtubey

Frente a semejante desastre, el gobernador Juan Manuel Urtubey trató de mostrarse activo y visitó la zona junto a otros funcionarios salteños y también con Patricia Bullrich y Carolina Stanley, la ministra de Desarrollo Social de la Nación. Sin embargo, la asistencia estatal colapsó por todos lados. Los hospitales de las localidades donde fueron llevados los evacuados rápidamente se quedaron sin insumos y sin personal suficiente para la demanda requerida. La prioridad lógica fueron los evacuados, pero no había forma de atender a los habitantes de las localidades que los recibían. También las escuelas, que albergaron a los inundados, colapsaron en su infraestructura y personal.
En su gran mayoría, tanto la comida como la ropa que llegaba a los evacuados, provino de las donaciones que masivamente se realizaron en toda la provincia. Si no fuera por estas el desastre hubiese sido mayor.
No fueron pocas, sin embargo, las denuncias por la distribución de las donaciones como también por la falta de comida para los evacuados. Como ocurriera en oportunidad del alud en Tartagal, donde muchos funcionarios del Partido de la Victoria, entre ellos el actual diputado nacional Sergio Leavy (entonces intendente de Tartagal), fueran denunciados por quedarse con donaciones, en esta oportunidad las denuncias cayeron sobre un concejal de Cambiemos de la localidad de Embarcación, que retenía elementos enviados por el gobierno nacional para los evacuados.
El gobierno nacional puso 10 millones de pesos frente a semejante desastre, apenas un promedio de $1000 pesos por evacuado, una verdadera burla.
En una entrevista, Urtubey dijo que lo paradójico de la situación vivida por los inundados era que aquellos que habían perdido todo, en realidad no habían perdido nada porque no tenían nada. Semejantes declaraciones muestran de cuerpo entero a quien viene gobernando Salta desde hace 10 años en función de los intereses de los sojeros y petroleras, y que es el responsable de que los pueblos del Norte no tengan nada “para perder”. Es en función de esos intereses capitalistas que Urtubey permitió que se le quite a las comunidades originarias uno de sus bienes mas valiosos, el bosque chaqueño.

Las comunidades

Aunque el gobernador no vea ningún vínculo entre los desmontes y las inundaciones, no hay ninguna duda que lo hay. Salta tiene uno de los índices de desmontes más altos del mundo.
Pero no es necesario que llegue una inundación para ver que las comunidades han perdido todo. Las comunidades originarias cotidianamente pierden a sus niños que mueren por desnutrición ante el abandono brutal del gobierno, que ha tercerizado la asistencia a los desnutridos en la Conin, dirigida por el ultramontano del Opus Dei, Albino.
Entre los últimos días de 2016 y los primeros de 2017, una pequeña inundación aisló a una comunidad, y la falta de agua, comida y asistencia médica provocó la muerte de 23 personas, entre ellas niños, mujeres embarazadas y ancianos.
Urtubey endeudó en su momento a la provincia para armar lo que se denominó el Fondo de Reparación Histórica. Supuestamente con ese fondo serían reparados los departamentos del norte, entre ellos Rivadavia y San Martín, que están sumidos en una situación social desesperante. Sin embargo, ese fondo se esfumó en beneficios financieros para el banco Macro y las obras nunca llegaron. Pero con él, el gobernador sponsoreó la campaña para que su hermano Rodolfo llegue al senado nacional.
La ruta provincial 54, de un costo enorme, fue la única obra importante en una zona donde miles y miles de personas tienen problemas de abastecimiento de agua potable. Habrá que investigar la calidad de la obra ya que, recién inaugurada, la creciente literalmente la partió en dos.

Necesitamos una salida obrera

Es claro que el régimen político que ha gobernado Salta los últimos 30 años, con 24 de ellos entre Juan Carlos Romero y Urtubey, ha conducido a este verdadero desastre para los pueblos del norte, en donde los sojeros, las petroleras y el ingenio Tabacal se han llevado las enormes riquezas de la provincia, producto de la explotación de sus recursos naturales y de sus trabajadores. Han sido incapaces de resolver el más elemental de los problemas como es la alimentación de los niños. Cada día que sigue gobernando este régimen la situación se torna más insoportable.
Ante esta situación, es necesario construir una alternativa política de los trabajadores, para que los enormes recursos con que cuenta el norte salteño sean colocados en función de resolver los enormes problemas que padecen sus pueblos. En esto está empeñado el Partido Obrero.
Organicemos reuniones, plenarios y asambleas en los pueblos para organizar la lucha para que los inundados reciban toda la asistencia necesaria, para que se realicen las obras necesarias que eviten las inundaciones y para discutir una salida de fondo.

Pablo López

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