jueves, 22 de febrero de 2018

Las franquicias de DIA %, un mecanismo de estafa y superexplotación



Prometían a los franquiciados el oro y el moro. Les aseguraban que serían “socios estratégicos” y que pasarían a ser “sus propios jefes”. Pero en verdad les iban fabricando una deuda con el propósito de quebrarlos.

El perverso mecanismo del Grupo DIA detrás de las franquicias, con decenas de denuncias por estafa, no es una ocurrencia local. Cientos de damnificados se han organizado en España, Portugal y Brasil contra este sistema de abusos. Y tampoco es una modalidad circunscripta al Grupo DIA sino que está bastante extendida en el gran capital: las denuncias de franquiciados endeudados se extienden en Europa a Carrefour Express, Mango (venta de ropa), Yoigo (telecomunicaciones) y otros. “La oleada de ‘franquiciados’ estafados enturbia el negocio de las grandes firmas”, titulaba hace un par de años el diario español El Confidencial (20/3/16). El gran capital encuentra en este mecanismo de tercerización una variante para una mayor explotación y precarización de los trabajadores.
En nuestro país, varias sucursales de los supermercados DIA (Distribuidora Internacional de Alimentación) entraron en conflicto a partir de 2015 por franquiciados agobiados por las deudas con la compañía con sede en Madrid. En Brasil, la empresa es investigada por evasión fiscal.

Trampas

Bajo el sistema de franquicias de DIA, ésta dispone de la infraestructura (local, habilitaciones) y otorga a los franquiciados una liquidación mensual que teóricamente debe servir para el pago de los empleados, cargas sociales y previsionales, entre otros ítems, así como la promesa de un porcentaje de las ventas. Alejandro Levit, quien fuera empleado bajo esta modalidad de presunta franquicia durante casi 10 años cuenta a Prensa Obrera que a partir del tercer o cuarto año las liquidaciones comenzaron a ser deficitarias. DIA aducía supuestas pérdidas por cientos de miles de pesos en el inventario, que el franquiciado no podía controlar, y al momento de la liquidación establecía descuentos de todo tipo que lo endeudaban y lo obligaban a refinanciar su deuda, quedando cada vez más atado a la compañía. Cualquier queja generaba la amenaza empresarial de quedarse con la sucursal. A esto se suma que al ingresar al negocio la empresa les hacía firmar a los franquiciados un pagaré de hasta 250 mil pesos y éstos debían poner sus casas como garantía.
Hasta el día de hoy, sin embargo, DIA promociona videos en su página web donde asegura a los incautos que “pone a tu disposición equipos especializados para ayudarte a evitar pérdidas”.
Como Levit, que presentó una cautelar y litiga actualmente contra DIA, entre 200 y 300 presuntos franquiciados (que sumados a la masa laboral cesanteada se aproximan a 2500 trabajadores) empezaron acciones legales pero muchos llegaron a acuerdos desfavorables con la empresa bajo la situación de ahogo económico.
Además de impulsar la contratación de familiares y amigos, la propia DIA incentivaba a los titulares de las franquicias a recurrir al trabajo en negro. Durante el conflicto de 2015, sin embargo, la conducción burocrática del Sindicato de Empleados de Comercio se limitó a recomendar a los trabajadores que renunciaran, bajo la promesa de posteriores reubicaciones laborales.
No obstante, “los presuntos fraudes de DIA S.A. no se limitan a estafar trabajadores como lo expusimos en forma directa, sino también en forma indirecta con evasión fiscal, presunto uso de controladores fiscales de ex presuntos franquiciados de manera ilegal, falta de facturación a presuntos franquiciados, y no declaración de descuentos realizados en liquidaciones”, dice Levit, que permaneció en su sucursal durante tres meses, entre agosto y diciembre de 2015, como parte de su puja con la empresa. Cuenta que allí recibió la visita intimidante de abogados de la empresa con matones.
Los afectados han iniciado no sólo acciones legales en el fuero laboral, sino también en el penal, penal tributario, comercial y denuncias formales ante las entidades que agrupan al rubro supermercadista, en los distintos municipios, por infracción a la ley de superficies de venta por densidad poblacional. También han hecho denuncias ante la Afip, Defensoría del Pueblo y Gobernación de la provincia de Buenos Aires.
“Seguiremos ejerciendo presión a través de los medios que no se hayan corrompido por la pauta publicitaria, a través de los partidos políticos y legisladores que sigan entendiendo que el único capital son los trabajadores argentinos y que las empresas nacionales o extranjeras deben atenerse a las leyes de nuestro país; a través del sistema judicial que se mantenga impoluto ante los intentos de aprietes de las empresas y el poder de turno; y a través de toda red social que así lo permita”, explica Levit. Prometen que seguirán llevando adelante acciones de lucha y han solicitado a diversas organizaciones políticas la elevación de un pedido de informe en la Legislatura porteña y la creación de una mesa pluripartidaria para la investigación de las operaciones de la empresa.

Disputas

DIA contaba en 2016 con casi 7800 establecimientos distribuidos en Europa, América Latina y –en mucho menor medida- China. Es un gran jugador del concentrado mercado supermercardista global junto a Carrefour y Wal Mart. Goldman Sachs es el principal accionista de la compañía con casi el 11% de su capital y junto a otros dos fondos de inversión (uno británico y otro liderado por un magnate ruso) concentra el 30% de las acciones. Algunos medios indican que hay una fuerte puja porque Amazon quiere avanzar en el sector y quedarse con DIA o Carrefour (Estrella Digital, 17/1). Supuestamente para enfrentar la amenaza de Amazon, Carrefour despidió recientemente 2500 trabajadores (Economía Digital, 23/1).
Bajo la ilusión de que serían sus propios dueños, DIA montó un modelo fraudulento y confiscatorio que empuja a los franquiciados a su autoexplotación y la de sus allegados y promueve la precarización aún mayor de los trabajadores.
Se trata de peces grandes, pero que pueden ser derrotados por la lucha de los explotados.

Gustavo Montenegro

No hay comentarios:

Publicar un comentario