Entrevista al economista político Julio Gambina
M.H.: Se votó un presupuesto 2018 hace un mes medio con un dólar de 19.3 pesos, y ya superó los $ 20. Después se pauta un déficit comercial de 4.500 millones de dólares y todo hace prever uno aún mayor del que tuvimos este año que fue del orden de los 8.500 millones de dólares, asimismo anuncian la meta inflacionaria un día y al siguiente la cambian.
J.G.: Se aprobó el presupuesto el 28 de diciembre, el Día de los Inocentes, y el 29 en conferencia de prensa el Jefe de gabinete, el ministro de Economía, el ministro de Finanzas y el presidente del Banco Central cambian la pauta inflacionaria contenida en el presupuesto votado el día anterior.
La democracia parlamentaria resolvió algo que son los números que estás dando, y en la realidad el Poder Ejecutivo los modificó por lógica política a nivel gubernamental y, por lo tanto, a toda la base presupuestaria discutida en el Parlamento.
Yo creo que hay que hacerlo muy simple a esto, el presupuesto es un supuesto previo, un “pre-supuesto”, que se elabora a partir de septiembre normalmente, se vota en noviembre o en diciembre, pero es una imagen de lo que se imagina el gobierno que va a suceder en el futuro. Esto vale para la Argentina y para cualquier país del mundo. La verdad que esos supuestos del “pre-supuesto” son un dibujo de lo que imagina que quiere el gobierno.
Hasta el 28 de diciembre Macri privilegiaba la palabra del presidente del Banco Central, pero en el clima político de la Argentina de fin de diciembre muchas cosas cambiaron. En octubre había euforia por el resultado electoral y, por lo tanto, se imaginaron rápidos cambios, las llamadas reformas previsional, laboral que iban a salir rápidamente. Pero hubo una protesta muy grande contra la reforma previsional y aunque lograron votarla después de dos grandes movilizaciones el 14 y el 18 de diciembre, cuando quisieron convocar por sorpresa con un fuerte operativo disuasivo, preventivo para la represión, hubo una movilización gigantesca que generó un clima crítico en el conjunto de la sociedad argentina. Incluso sorprenden discursos de diarios ideológicamente afines al proyecto Macri que señalan que perdió mucho consenso por la aprobación de la Ley previsional.
Y la reforma laboral no la pudo implementar, quiso convocar a extraordinarias en febrero, y no pudo. Se dice que la dividirán en varios proyectos de ley para discutirlos durante todo el año generando consensos. Mientras, el movimiento obrero está discutiendo una medida de fuerza para el mes de febrero, donde participa una parte de la conducción de la CGT, muchos gremios de la CGT que no están de acuerdo con el triunvirato, obviamente las CTA, la Corriente Federal con un gremio bancario a la cabeza que no está en la conducción de la CGT y con el gremio camionero a la cabeza de los gremios que empujan la protesta dentro de la CGT.
Se ha generado un clima social muy complejo y eso lleva a que el gobierno, especialmente Macri que tenía especial simpatía con el ajuste ortodoxo del presidente del Banco Central, lo que decide es cambiar y generar un giro en la política monetaria y plantear lo que al ministro de Hacienda más le gusta que es lo que ellos llaman gradualismo, un gradualismo con cientos de despidos en el INTI, en las minas de carbón de Río Turbio, en el Hospital Posadas, por solo mencionar los conflictos más visibles en los medios de comunicación, pero junto a éstos hay despidos en el sector privado y en el sector público en varios ámbitos.
Y el escándalo que se generó con el ministro de Trabajo que agudizó mucho más el tema. La política cambia, por eso tuvieron que modificar el presupuesto aprobado el 28 de diciembre. El 29 cambiaron la pauta inflacionaria y al hacerlo se planteó una disminución de las tasas de interés. El Banco Central ya ha generado en dos oportunidades bajas de las tasas de interés y todo indica que va a seguir haciéndolo, con lo cual los especuladores de afuera y de adentro ya no piensan tanto y sólo en apostar a la alta tasa de interés de las letras del Banco Central sino que orientan su dinero a la compra de divisas, especialmente el dólar, por eso se disparó la cotización.
M.H.: No tuvo nada que ver el FMI entonces, porque había señalado que el dólar estaba atrasado.
J.G.: El Fondo siempre tiene que ver. Lo que plantea es que el ajuste tiene que ir más rápido. En el último informe del panorama de la economía mundial, en cuanto a la Argentina, expresamente el FMI pide que lo deseable sea que bajen los salarios, lo dice con todas las letras.
La política de ajuste es la lógica del FMI, es la lógica de la corriente principal de la economía argentina porque es un precio que le interesa más a quienes viven en dólares, que son los que producen bienes que se exportan y, por lo tanto, los cobran con moneda extranjera. Los grandes productores de soja, los grandes productores y exportadores de automotores en Argentina venden en dólares. El 75% de los autos que se arman en la Argentina se venden en el exterior.
M.H.: El peso se devaluó desde fines de 2015 casi un 100%, pasamos de un dólar de $ 9.76 a más de $ 20. ¿Por qué esta situación no alentó a las exportaciones? ¿Por qué se generó ese abultado déficit comercial?
J.G.: Cuando el FMI dice que el dólar está atrasado es porque técnicamente, por la cantidad de reservas que hay en el país y por la cantidad de moneda que hay en circulación, el dólar debería estar valiendo $ 30 no 20. Por lo tanto, las decisiones de política económica hacen que valga 20, 18, 17, por eso hasta el día 28 de diciembre, cuando la política monetaria decía que la inflación sería del 10% el año que viene, el dólar seguía retrasado. A partir de que cambiaron políticamente y monetariamente y dijeron que no va a ser de 10% sino de 15%, eso hizo que se modificara la tasa de interés y el tipo de cambio.
La política económica induce que el dólar valga 10, 15, 20, 30 o más. El dólar puede estar retrasado o adelantado, por eso cuando muchas veces, mucha gente dice que le sale más barato comprar en Chile o en Brasil, los que tienen capacidad económica pueden elegir veranear en el exterior porque les resulta más barato, está vinculado a los tipos de cambio que cada país determina. Cada país decide en función de un conjunto de variables qué política económica aplicar. La política económica incluye una política de ingresos, por ejemplo, ingreso es lo que entra a tu bolsillo, al mío, al de los jubilados y al de los grandes empresarios, al de las empresas privatizadas de servicios públicos; hay una política de ingresos, hay una política de comercio exterior, vos decís bien que este año que pasó el déficit comercial fue de 8.500 millones de dólares, o sea, que Argentina compró por 8.500 millones de dólares más de lo que vendió y la idea para este 2018 si todo sigue así, es un déficit de 10.000 millones de dólares.
Ojo que hay una cifra parecida en el turismo, es mucho más lo que los argentinos gastan en el exterior que los extranjeros en la Argentina. Y Argentina es un país muy atractivo para visitar, a europeos, norteamericanos y latinoamericanos les gustan mucho las Cataratas, la Patagonia, Bariloche, por nombrar los símbolos más emblemáticos del turismo de la Argentina. Pero es mucho más lo que los argentinos gastan en el exterior, incluidos los países vecinos, Uruguay, Brasil, Chile que lo que gastan los extranjeros en la Argentina.
El combo es que la política económica incluye la política de ingresos, la política comercial, la política cambiaria, la política de endeudamiento que es lo que está haciendo funcionar a la economía argentina. Lo que a mucha gente le cuesta entender, sobre todo en el periodismo y en el debate público es que la economía no es solo cuánto cuesta el dólar, o cuál es la pauta que tiene que plantearse para una paritaria, sino que es un conjunto integrado que tiene como punto de partida qué es lo que produce el país, quién se beneficia y qué destino tiene esa producción. La Argentina está produciendo para el mercado mundial, no está produciendo para resolver las necesidades de su población.
M.H.: Hablamos de “pre-supuesto” y quiero tocar otro tema, algo bastante extraño para las instituciones parlamentarias porque por fuera del debate parlamentario se descuelga el Presidente de la Nación con un mega Decreto de necesidad y urgencia que modifica una punta de leyes que son más de 140 y todo lo hace a pocos días de haber finalizado las sesiones extraordinarias del Parlamento.
J.G.: Son un conjunto de temas que bien se podrían abordar en el debate parlamentario tradicional, ni siquiera en extraordinarias. Pero se mezclan temas donde lo que está presente es siempre el ajuste contra los trabajadores y tiene que ver con modificar las normas, sobre todo en materia de embargos a los salarios, permitiendo que se puedan acumular más allá del límite que se establece. Hay un debate muy grande de abogados laboralistas que están planteando la inconstitucionalidad del DNU, por lo menos en ese punto.
Hay mucho debate, todavía el Parlamento y la comisión que avala los decretos tiene que hacerlo, todavía está dando vueltas, puede ser rechazado ese mega decreto y, por lo tanto, como veníamos diciendo, en el fondo es política.
Uno podría decir que este gobierno no respeta la voluntad democrática porque decide directamente por el Poder Ejecutivo sin llevar las leyes al debate parlamentario. Pero uno podría pensar también que en el Parlamento desde 1983 hasta la actualidad, se han buscado tener mayorías que permitan funcionar de acuerdo a lo que el Poder Ejecutivo quiere, y si no hay mayoría como ocurre desde que el macrismo es gobierno, se buscan formas de negociación con los gobernadores y los legisladores que responden a los gobernadores para poder avanzar en aquellas leyes más importantes. Y no tengas dudas de que en estos momentos están discutiendo la Nación con las provincias y las provincias con los municipios para generar condiciones para el consenso político institucional para que el plan de gobierno funcione.
Una cosa es la señal de lo que acontece en el debate político argentino en los medios de comunicación y otra es cómo sufre la política la sociedad. Por eso creo que para nosotros lo más importante a pensar es que más allá del debate institucional o no o el avasallamiento del Poder Ejecutivo, lo que importa es el debate en la movilización social callejera. Solo un ejemplo para que se entienda, cuando el gobierno planteó la posibilidad del 2x1, sectores no solo del oficialismo, sino de la oposición parlamentaria, que quisieron avanzar con el perdón a los genocidas o poner un manto de olvido sobre el pasado; no es solo un tema del oficialismo, es también de algunos sectores de la oposición. Pero lo que tapó el 2x1 fue la gran movilización popular.
Fijate lo que comentábamos que pudieron avanzar con la reforma previsional, pero la inmensa movilización popular hizo que la sociedad mayoritariamente no vea con buenos ojos que se meta la mano en los bolsillos de los jubilados. Entonces la política es lo que acontece o no acontece en las instituciones, pero también en la calle. Por eso es muy importante, fijate la respuesta del Poder Ejecutivo y el capital privado despidiendo en el mes de enero, mes donde hay una especie de baja de guardia. La guardia popular estuvo alta en el mes de diciembre y, por lo tanto, ahí se abortaron varios proyectos del oficialismo y del poder y ahora tratan de avanzar todo lo que pueden.
Y hay un nivel de respuesta muy importante pero a veces parece todavía más sectorial que global. Hay que entender la importancia que tiene el INTI y la permanencia de sus trabajadores, ni hablar de la importancia de los trabajadores del Hospital Posadas, son dos temas muy sensibles, la tecnología industrial y la salud. También lo podemos asociar al tema del carbón en Río Turbio y la defensa de las fuentes de trabajo en un país que está muy golpeado en la cuestión laboral.
Encima se ha publicado en estos días el informe de la OIT sobre el empleo en América Latina y ahí se dice que si analizás por regiones América Latina y el Caribe el peor territorio es el cono sur y, por lo tanto, el tema no es sólo Argentina, el más perjudicado incluso es Brasil.
En toda América Latina y el Caribe el promedio es que sube el desempleo, preferentemente entre los jóvenes, mayormente en mujeres, que el tema es grave en cuanto a la precarización porque los empleos que se generan no son de buenos salarios con seguridad social, hay una política integral de ataque a la mayoría de la sociedad y este decreto avanza en ese sentido.
Por eso ante la respuesta del Poder Ejecutivo y la connivencia del Legislativo e incluso del Judicial, la única respuesta posible es que haya una protesta social generalizada, por ahora hay una protesta social que se expresa en la caída de consenso electoral del gobierno, ha caído la imagen presidencial según las consultoras. Pero hay que organizar esa protesta y eso es lo que para mí supone un gran desafío para el movimiento obrero y popular en la Argentina de estas horas, esa capacidad de articular una respuesta y entusiasmar a una parte importante de la sociedad para otro proyecto económico, político y social.
El capitalismo argentino está funcionando con deuda
M.H.: Quiero consultarte por la gira que hizo el Presidente de la Nación, habida cuenta del retroceso de la inversión productiva este año un 6% respecto del 2016, me estoy refiriendo a la inversión extranjera directa. ¿Qué balance nos deja el viaje de Mauricio Macri a Davos, a Rusia, a Francia?
J.G.: Depende de quién es el “nos” de la pregunta “¿Qué balance nos deja?” porque el poder económico mundial lo recibió muy bien en Rusia, en Davos y en París, porque hoy Macri personifica la coordinación del grupo de los 20 que va a ser una cumbre de presidentes en noviembre aquí en Argentina. Van a venir Merkel de Alemania, Trump de EE UU, etc.
M.H.: Ya tenemos que empezar a preparar el movimiento de rechazo como hicimos en diciembre pasado.
J.G.: Al estilo del “Fuera a la OMC” habrá que plantear un “Fuera G20”.
En el país está el Canciller estadounidense y viene a trabajar en Argentina y América Latina un cerco contra Venezuela para acelerar las condiciones de una invasión. Y Macri está largándose con todo contra Venezuela, está ejerciendo el papel de liderazgo mundial en el G20 y es el hombre de confianza en la región, siendo que Temer es un fiasco porque es un gobierno ilegitimado. Brasil no tiene condiciones de liderazgo pese a su peso económico y político, tiene un pecado de origen el gobierno brasilero. El gobierno argentino ha sido elegido y aunque es una minoría hoy ejerce el gobierno de la Argentina, por lo tanto, es bien recibido por más que no vengan las inversiones. El capitalismo argentino funciona sin esas inversiones porque está funcionando con deuda que en algún momento se nos va a caer encima a todos.
M.H.: Justamente analizábamos con Eduardo Lucita que hay un movimiento ascendente de la tasa de interés en EE UU.
J.G.: Va aumentando y eso perjudica el endeudamiento que con cierta facilidad está adquiriendo Argentina. En términos muy globales Argentina se desendeudó en los últimos años. Muchos inversores especulativos externos, bancos y trasnacionales entienden que Argentina no debe tanto en relación a su PBI, entonces tiene capacidad para seguirse endeudando, y cobran en relación a lo que tenemos capacidad de producir. El desendeudamiento que nos costó muchísimos millones de dólares que no se usaron para desarrollo local, entusiasma a los especuladores externos y siguen prestando.
El tema de la deuda es grave, aunque Macri sigue haciendo el discurso de las inversiones. En los diarios se destaca mucho la inversión de la Volkswagen, que invierte en producir pickups en la Argentina, que se ha desarrollado en un productor especializado en utilitarios, pero son para la exportación, no se produce para el mercado interno como ocurría con la industria automotriz de los años 50/60/70. La innovación tecnológica de la industria automotriz de los ´90 es para perfilar una armaduría en la Argentina con el déficit comercial fabuloso que genera la importación de autopartes automotrices y, al mismo tiempo, el producto terminado no es para vender en Argentina sino en el exterior, con lo cual el tema de la dependencia de la deuda, del déficit comercial y ahora el déficit fiscal acrecentado es un tema muy serio.
Esta última medida casi demagógica de Macri, muy asociada al proceso de Triaca que sale a plantear una medida más política que económica que es que no haya familiares directos de los ministros en la función pública, un tema que empieza a plantearse en algunas provincias y en algunos municipios, pero que es menor cuando una gran partida del déficit fiscal son los pagos de intereses.
Un buen momento de la Argentina fue el del default 2001/03 hasta el 2005 que hubo el primer canje de deuda, Argentina estuvo liberada de pagar cualquier tasa de interés. Cualquiera del poder o de la política hegemónica escucha lo que estoy diciendo y puede decir que según mi discurso quiero aislarnos del mundo, pero lo que uno quiere es aislarnos de esa voracidad por sacar el excedente que se produce en la Argentina y que es la fuente de vida de muchos capitales nacionales y extranjeros.
Mario Hernandez
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