domingo, 14 de mayo de 2017
Monseñor Aguer, a favor de 2x1: ¿un bicho raro dentro de la Iglesia?
El clérigo defendió el fallo de la Corte a favor de los genocidas. Un militante por los valores oscurantistas y reaccionarios, con un rol preponderante dentro de la Curia.
Un repaso por las polémicas declaraciones del Monseñor Héctor Aguer, lo pintan de cuerpo entero. Desde su afirmación acerca de que “la masturbación es parte de un desenfreno animaloide” hasta otra más repudiable: que “el aumento de los femicidios tiene que ver con la desaparición del matrimonio”.
Junto a sus ataques hacia las mujeres y la diversidad sexual, el clérigo muestra un desprecio no menos explícito por los derechos humanos. En 2008, aseveraba: “Se habla en estos días de una ‘política de memoria, verdad y justicia’. ¿No se llama así, pomposamente, al rencor y a la venganza?”.
Recientemente, sólo dos días después de la histórica marcha contra el “2x1” dictado para los genocidas, Aguer planteó que los jueces “se ajustaron plenamente a derecho” e invalidó la ley del Congreso contra el fallo. Además, reivindicó la idea de “reconciliación” entre víctimas y victimarios del terrorismo de Estado que los obispos habían promovido días antes de la decisión de la Corte.
El Arzobispo platense despotricó contra la enorme manifestación de descontento que cientos de miles de personas protagonizaron en Plaza de Mayo: “Habría que distinguir declaraciones y manifestaciones masivas, unas de otras. Por empezar, me parece gravísimo desde el punto de vista institucional que no se respete íntegramente la división de poderes”.
“No soy un bicho raro en la Iglesia”
Eso afirmaba Aguer el año pasado, al ser cuestionado por los periodistas debido a sus sus posiciones. El hombre de 73 años, Licenciado en Teología por la Pontificia Universidad Católica Argentina, ocupa un lugar de poder dentro de la institución. Lidera desde el 2000 una de las Arquidiócesis más importantes del país y está a cargo de más de 64 parroquias, 105 iglesias y capillas, 194 sacerdotes y 95 centros educativos.
Cuando defendió a Cobacho y Corradi –dos curas involucrados en los terribles abusos sexuales del instituto Próvolo- no estuvo solo. Contaba con el manto de complicidad que garantizado desde el Vaticano.
Asimismo, cada vez que atenta contra los preservativos y la libertad sexual, no lo hace desde un lugar de outsider. Aunque forma parte de su ala más conservadora, el Monseñor representa la ortodoxia clásica que rige la Curia.
Lo mismo aplica para sus palabras respecto a los genocidas. Semanas atrás, salía a la luz que en el marco de la asamblea de la Conferencia Episcopal Argentina, curas de todo el país recibieron a familiares de represores. No debemos olvidar que un tercio de los obispos que votaron esta “reconciliación” con los represores fueron nombrados por Bergoglio.
El propio Papa cuenta con pruebas que lo implican como facilitador o al menos conocedor del secuestro de los jesuitas Yorio y Jalics en 1976. Y tanto Myriam Bregman como Luis Zamora denunciaron su la reticencia a hablar del tema en el marco del juicio por los crímenes cometidos en la ESMA, cuando fue citado por el Tribunal Oral n°5 en 2010. A esto se suman las duras denuncias de Estela de La Cuadra sobre la complicidad de Bergoglio con la apropiación ilegal y el robo de la identidad de su sobrina en 1977.
Las declaraciones del monseñor Aguer a favor del “2x1” no sorprenden. No sólo porque salen de boca de un verdadero militante por los valores oscurantistas y reaccionarios. Sino porque ilustran la innegable complicidad de la jerarquía eclesiástica con la última dictadura cívico-militar, y la impunidad de ayer y hoy.
Ana Sardi
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