domingo, 28 de mayo de 2017
Cristina volvió a mentir sobre los presos políticos en “democracia”
En la entrevista del jueves por C5N dijo que Milagro Sala es la “primera presa política en Argentina”. Una falacia para esconder sus propias políticas de criminalización durante doce años.
Una vez más, la expresidente se animó a desafiar a los archivos, a la memoria histórica y a decenas y cientos de luchadoras y luchadores obreros y populares de Argentina. Sentada frente a cuatro periodistas que no tenían la más mínima intención de cuestionarle nada y mucho menos de retrucarle sus definiciones, la dirigente peronista lanzó una definición contundente: “Milagro es la primera presa política en Argentina, sin lugar a dudas. Creo que eso está claro”.
Se refería, naturalmente, a la dirigente del kirchnerismo jujeño y de la organización Tucap Amaru, Milagro Sala, quien está ilegítimamente detenida desde hace casi un año y medio por obra y gracia del gobierno represor y criminalizador de Gerardo Morales.
¿Pero desde cuándo Milagro es la “primera presa política”? ¿Y de dónde lo es? Que Sala es una presa política, no hay dudas. Pero no es ni la primera ni la única, tanto durante este gobierno como durante todos los gobiernos constitucionales que hubo entre 1983 y la actualidad. Y no hay relato ficcional transmitido por canales de noticias que pueda contra los hechos de la realidad.
En la misma sintonía de su falacia del jueves, a finales del año pasado Cristina Fernández había lanzado otra definición insostenible: “En Argentina pasamos la primera Navidad con presos políticos desde el inicio de la democracia”, dijo.
Frente a tamaña amalgama histórica, un artículo publicado en esos días por este diario, titulado Los presos políticos de la “democracia” que Cristina quiere condenar al olvido
demostró no sólo que la expresidente mentía con esa afirmación sino que durante los doce años de gobiernos suyos y de Néstor Kirchner hubo muchas personas perseguidas, procesadas y detenidas, a lo largo y ancho del país. Es más, diversas organizaciones de derechos humanos llegaron a determinar el número aproximado de cinco mil procesadas y procesados por luchar hacia fines de 2015.
Ese artículo demostraba cómo, desde los presos que el alfonsinismo “recibió” y mantuvo tras la dictadura hasta Milagro Sala en la actualidad, pasando por los detenidos de La Tablada, los patagónicos Panario, Christiansen y Martínez, por Raúl Castells y los pescadores de Bahía Blanca y por los petroleros de Las Heras (Santa Cruz) condenados a perpetua durante el kirchnerismo, la historia de los presos políticos en democracia es larga y permanente.
¿Hace falta apelar a la mentira de bajo vuelo para criticar, con razón, la avanzada criminalizadora que lleva adelante el macrismo? Parece que en algunos caso, no queda otra opción.
Por eso Fernández de Kirchner vuelve con el mismo cliché, que la deja una vez más parada del lado de quienes prefieren fabular la historia para desconocer las propias responsabilidades sobre los hechos del pasado.
Daniel Satur
@saturnetroc
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