Al cumplirse 20 años del asesinato de Agustín Ramírez durante la semana pasada se realizaron varias actividades en su homenaje. Ramírez, participó de los procesos de tomas de tierra durante la década del '80 en el sur del conurbano bonaerense. Fue asesinado el 5 de junio de 1988 por la policía bonaerense y su caso aún sigue impune. La lucha por el derecho a la tierra y la vivienda sigue vigente en miles de pobladores que enfrentan cotidianamente una problemática habitacional, cada vez más agravada por los constantes desalojos, la especulación inmobiliaria y el no cumplimiento de las leyes.
Por ANRed - Sur
El pasado jueves familiares, vecinos y compañeros de Agustín Ramírez realizaron un homenaje al cumplirse 20 años de su asesinato, en el barrio La Sarita de San Francisco Solano (Quilmes), donde fue hallado su cuerpo.
Entre el centenar de personas presentes, la madre de Agustín solicitó a los vecinos que dieran sus testimonios para que los culpables sean castigados por la justicia, porque no alcanza con la "condena moral" del barrio a los sicarios de las poderosas inmobiliarias de la zona.
En el marco del homenaje, algunas de las actividades que se realizaron fueron la proyección del video "Agustín", que relata la historia del joven asesinado y de las tomas de tierra en los partidos de Quilmes y Almirante Brown entre los años 1982 y 1987. También se hizo un encuentro ecuménico, un festival y el sábado 17 una exposición y la marcha en memoria de Ramírez.
Agustín Ramírez Participó activamente en varios procesos de lucha de toma de tierras durante los años '80 en la zona sur del conurbano bonaerense. También, fue parte de las Comunidades Eclesiales de Base, ideó el periódico "Latinoamérica Guacha", publicación que fue un medio de expresión del reclamo y la necesidad de los pobladores del barrio. La pelea y el compromiso de Agustín y de sus compañeros tenían como objetivo mejorar las condiciones de vida de los vecinos del barrio. Fue asesinado el 5 de junio de 1988 por la policía bonaerense, y su cuerpo fue encontrado en el asentamiento San Martín de San Francisco Solano. Los asesinos siguen en libertad. Sin embargo, su ejemplo de lucha sigue en pie.
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