domingo, 8 de junio de 2008

Es posible comer barato.

El enfrentamiento entre el gobierno y las asociaciones patronales agropecuarias, (autodenominadas pomposamente "el campo") ya dejó su primera e inocultable víctima: el bolsillo de la mayoría del pueblo, Así quienes viven de un salario, un subsidio por desempleo o un rebusque ocasional ven amenazado uno de sus principales derechos: el de alimentar a su familia.
La presidenta Cristina Fernández dijo que Argentina tiene potencialidad para producir alimentos para varios cientos de millones de personas. Es verdad. El problema es que siendo apenas cuarenta millones muchos padecen hambre porque no pueden acceder a los mismos. Semejante contradicción excede en mucho el problema de las retenciones que ahora están en la disputa y el marco al cual el gobierno y "el campo", quieren limitar el debate. Implica abrir un debate más profundo sobre que se produce, para quien se produce y en que condiciones se produce, es decir sobre un plan económico que parta del primero y más genuino derecho económico del pueblo, el de acceder a la alimentación.
Pero esa discusión, excede a este gobierno, en tanto lo que si puede hacer para abaratar el costo de la canasta familiar es: decretar la supresión del IVA a los alimentos - que es del 21 % - y aplicar a rajatabla la ley de Abastecimiento.
Anular el IVA de la canasta alimenticia es sólo es una primera batalla que es posible ganar, si acabamos con divisiones artificiales y sectarias, unificando a una gran mayoría popular en la defensa de nuestros intereses. Es decir los de los trabajadores: urbanos y rurales, ocupados y desocupados; los del pequeño comerciante; los de los productores del campo perjudicados por los formadores de precio que hoy se ven arrastrados detrás de los terratenientes. De esta manera aunando fuerzas, desde el campo a la ciudad, desde los barrios a las fábricas y las oficinas, en las universidades y en las escuelas, es posible entre todos organizar esta campaña.
En tanto frente a la amenaza que enfrenta el pueblo de desabastecimiento y encarecimiento de los alimentos, el equipo kirchnerista gobernante aparece minusválido, ya que hasta ahora, no parece dispuesto a fracturar el acuerdo que desde sus orígenes mantiene los exportadores, industriales, los de materia prima (entre ellos los agropecuarios) y las cadenas comercializadoras .
Por eso a pesar que los acuerdos sobre precios internos son transgredidos, en la práctica, la ley de Abastecimiento permanece sólo en el papel. Para enfrentar esta provocación de los monopolios ligados a la producción y comercialización de alimentos, es imprescindible que los más amplios sectores del pueblo asuman el control popular de los precios desde su formación hasta el punto final de la cadena de comercialización de alimentos y exijamos al gobierno la implementación inmediata y efectiva de la ley de Abastecimiento.
Mientras se lleva adelante esta campaña será necesario que entre todos discutamos un plan de gobierno que de arranque debería contemplar:

Lograr el pleno empleo (primer requisito para alimentarse), y al mismo tiempo acabar con el empleo en negro y precario.

Aumentar en forma generalizada los salarios acordes con la canasta familiar, y junto a ello las jubilaciones y planes sociales.

Contribuir a financiar en forma accesible al trabajador viviendas, para hacer entrar en picada el precio especulativo de los alquileres

Repudiar la ilegítima deuda externa que en la actualidad es mayor que cuando se le pagó al FMI.aroja.blogspot.com/

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