Compañeros/as, en más de una oportunidad manifestamos la necesidad de levantar una referencia clasista, consecuentemente de izquierda,en este conflicto. Nos preocupa sobremanera no poder ofrecer un espacio de intervención a quienes repudiando a las patronales del campo y su comparsa, reconocen el caracter burgués y proimperialista de este gobierno. Un espacio de delimitación tajante de la izquierda chacarera, con capacidad de expresarse en la calle. Definamos día y hora de la reunión cuanto antes y sobre la base de los acuerdos políticos ya esbozados avancemos en la confección de una agenda común.
Aprovechamos para reenviarles nuestra última declaración política. Saludos clasistas.
Comisión Ejecutiva de M-IR
MARABUNTA
Izquierda Revolucionaria M-IR
El Congreso debate las retenciones móviles
Nada bueno podemos esperar
La puja entre el gobierno kirchnerista y las entidades patronales del campo ingresó en una nueva etapa. La iniciativa del oficialismo de llevar al Parlamento el proyecto de retenciones móviles -luego de una semana de agudización de la pelea-, cambió el escenario de la disputa pero no así su contenido fundamental.
Las peores consecuencias de esta pelea, ya sabemos, la pagamos con creces los trabajadores y el pueblo: aumento sostenido de los precios de los productos de consumo popular, desabastecimiento y miles de trabajadores suspendidos en empresas de la cadena agro-industrial, automotrices y textiles, son las principales expresiones de cómo los de abajo tenemos que cargar con el costo de esta pelea por las ganancias entre dos sectores de la clase dominante.
El debate en el Congreso significará un nuevo capítulo de esta historia donde los de abajo somos convidados de piedra. Allí tenemos, por un lado, al gobierno kirchnerista –experto en el arte del doble discurso-, que pese a su retórica “nacional y popular” mantiene una firme alianza con las empresas multinacionales y nacionales que monopolizan el comercio exterior y el negocio de los insumos del agro (Monsanto, Cargill, Dreyfus, Aceitera General Deheza, entre otras) y que no paran de embolsar fabulosas ganancias. Gobierno que nada hizo para limitar la concentración de la propiedad de la tierra en manos de unos pocos terratenientes; que dio vía libre a los pooles de siembra y que no ha tomado una sola medida, en serio, para “redistribuir” -siquiera tímidamente- la riqueza que se llevan los de arriba. Por el otro, las entidades patronales del campo, que empujan un programa decididamente reaccionario, oligárquico hasta la médula, más antipopular incluso que el del kirchnerismo, que de aplicarse acarrearía un escenario de “tierra arrasada” para la clase obrera. Ambos en la disputa de la renta extraordinaria que da la exportación de granos gracias a sus altos precios en el mercado mundial, fomentados por la especulación.
Por eso el pueblo trabajador nada favorable puede esperar de la negociación parlamentaria que se abre. Nada se escuchará en el recinto del Congreso sobre la terrible situación de superexplotación que sufren los obreros rurales, sobre el desalojo compulsivo de las familias campesinas que trabajan la tierra para el autoconsumo, ni sobre el alza imparable del costo de vida, ni de los salarios miserables que no alcanzan para llegar a fin de mes.
Por todo lo anterior es más necesario que nunca las organizaciones de izquierda, obreras, populares, estudiantiles y diversos intelectuales comprometidos con la lucha popular, que con distintos matices hemos sostenido una postura de independencia política de clase ante esta coyuntura crítica (Bloque Piquetero Nacional, MAS, PTS, PO, el FPDS, la Federación Universitaria de Patagonia, entre otras), redoblemos esfuerzos para instalar unitariamente en la agenda pública la necesidad que la clase trabajadora y los sectores populares peleemos, de forma independiente, por nuestras propias reivindicaciones.
- Por un salario igual a la canasta familiar. No al techo salarial de K y la burocracia sindical.
- Basta de hambre e inflación. Eliminación del IVA a los productos de consumo popular.
- Basta de flexibilización laboral, basta de trabajo en negro. Por trabajo genuino para todos, respeto a la jornada de 8 horas.
- Por la nacionalización de las grandes propiedades del campo. No al desalojo de los pueblos originarios.
- Nacionalización del comercio exterior y de los puertos privados, bajo el control de los trabajadores y organizaciones campesinas.
- Derogación de la ley del peón rural promulgada por la dictadura militar.
- No al pago de la deuda externa. Basta de subsidios a los capitalistas.
- No al negociado del “Tren Bala”, por la nacionalización de los ferrocarriles, bajo control de sus trabajadores y usuarios.
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M-IR /FUR (SR)
Construyendo la unidad de los revolucionarios
Construyendo Socialismo desde Abajo
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