domingo, 13 de abril de 2008
Una víctima seguirá en prisión
Una guardiacárcel fue quien le dio la noticia. Así se enteró Romina Tejerina de que la Corte Suprema de la Nación había denegado su excarcelación por cuatro votos contra tres. Recibió la información con sorpresa, distintas fuentes oficiosas le habían asegurado a su familia que sería declarada inimputable. Sin embargo, todo parece haber cambiado a último momento. Ahora, para salir en libertad, deberá esperar un indulto del gobernador jujeño Walter Barrionuevo o una conmutación de pena por buena conducta que le permitiría dejar la prisión recién en 2010.
Tejerina tenía 18 años cuando fue violada por Eduardo Vargas, su vecino, un comerciante de 42 años, hermano de un policía . Fue en la madrugada del 1º de agosto de 2002, en la jujeña localidad de San Pedro, cuando la joven salió de su casa para ir a bailar. Romina no denunció el ataque ni contó luego que estaba embarazada. Y en la oscuridad de ese silencio, parió y dio fin al hijo de su violación. Así comenzó el Caso Tejerina, el primero que abrió un debate social sobre los dramáticos alcances de la violencia que sufren las mujeres y los límites de la justicia para juzgarlos: el violador está libre y Romina fue sentenciada a 14 años de prisión. Tejerina acaba de cumplir cinco años de encierro.
'Hasta una semana antes, sabíamos que el voto del presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti iba a ser favorable, pero es evidente que algunas presiones para que cambie su posición transcurrieron esta semana', señala Mariana Vargas, abogada de Tejerina: 'No sé por qué –agrega-, pero uno puede unir algunas cosas: Esteban Righi, el procurador general que emitió un dictamen negativo, es abogado del matrimonio presidencial y el fallo de la Corte se conoció tres horas antes de que se hiciera formalmente público en el canal de Hadad. Cada uno puede sacar conclusiones'.
La defensa de Tejerina había solicitado a la Corte su absolución, porque consideraba que tanto en la investigación de la causa como en la instancia del juicio oral había quedado probado que en el momento del hecho Romina sufrió un episodio psicótico.
Mientras que los jueces Raúl Zaffaroni y Carlos Fayt plantearon la inimputabilidad de Tejerina, Carlos Maqueda pidió la reducción de la pena. Sin embargo, Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Carmen Argibay y Enrique Petracchi fallaron por dejar en prisión a Tejerina argumentando que no le corresponde a la Corte revisar la prueba de los hechos.
'El dictamen de Zaffaroni fue revelador y hace añicos a la justicia jujeña. Planteó que el derecho penal no puede combatir el desamparo del grupo familiar, de la escuela, del embarazo y de un parto que sucedió a solas y en un baño', señala Vargas.
El 12 de julio de 2004, la Sala de Apelaciones de la Cámara en lo Penal de Jujuy confirmó las actuaciones del juez Argentino Juárez, por lo que Romina Tejerina quedó procesada por homicidio calificado agravado por el vínculo. El juicio oral confirmó esa calificación y la condenó a 14 años de prisión. Los jueces Antonio Llermanos, Héctor Carillo y Alfredo José Frías consideraron que Romina vivió una 'infancia plagada de violencia tanto física como moral', que 'se encontraba sola esperando un niño sin padre' y que 'no tenía apoyo familiar', dado que la única que sabía de su embarazo era su hermana Erica. El tribunal argumentó de esta manera porqué no dio lugar al pedido de la fiscal, Liliana Fernández de Montiel, de sentenciar a la joven a prisión perpetua.
Pero tal como recuerda hoy la abogada de Romina, el Caso Tejerina no nació en los tribunales. 'Desde el primer momento de la detención un centenar de hombres y mujeres se movilizaron para reclamar su libertad. Se organizaron marchas todos los meses y de esa manera se logró que el caso llegue a los medios de comunicación. En una provincia como Jujuy, donde el poder político está tan concentrado y controla todas las instituciones, tuvimos que enfrentarnos a un verdadero ataque contra Romina, pero aún así esto permitió que el tema se debata masivamente.', resume la abogada, que ahora intentará poner en agenda la incorporación de la figura del infanticidio al Código Penal. 'Hay muchos casos como el de Romina. Una mujer, durante el puerperio, no tiene total direccionalidad de sus actos. Esta nueva figura vendría a funcionar como una especie de atenuante en estos casos', explica la letrada que intenta rescatar elementos positivos ante tanta adversidad: 'El debate por el caso de Romina llegó a cada casa y eso ya es importante. Sirvió para que muchas mujeres rompan el silencio, para combatir la culpa que silencia a toda mujer abusada. Abrió un camino para revisar la historia de muchas mujeres que han sido víctimas de abuso. Y también para pensar colectivamente en esto temas. Por ejemplo, en San Pedro no se conocía la existencia de la píldora del día después. ¿Qué hubiera pasado si Romina hubiese tenido esa información? Hoy día, a pesar de la difusión del Caso Tejerina, si una joven violada va al hospital de San Pedro, los médicos se la siguen negando. Nuestra lucha, entonces, es para que el Caso Tejerina no vuelva a ocurrir y para eso es necesario que pensemos colectivamente quiénes son los que verdaderamente provocan que estos casos sucedan'.
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