martes, 8 de abril de 2008

LOS 40 AÑOS DE LA CGT DE LOS ARGENTINOS


Un hito en los intentos por construir un proyecto autónomo de la clase obrera

En plena dictadura militar(la que duró de 1966 a 1973), con el general Juan Carlos Onganía en el poder, con buena parte de las organizaciones sindicales intervenidas o con las personerías gremiales anuladas, con el dirigente portuario Eustaquio Tolosa en prisión tras una larga huelga, con la mayoría de los peces gordos del sindicalismo asociados con el “partido militar” y el poder económico, nacía hace 40 años la CGT de los Argentinos, la más importante experiencia de tránsito hacia un proyecto clasista surgida del movimiento obrero peronista que, en función de ese objetivo, se abrió además para converger con espacios y tradiciones provenientes de la izquierda marxista y del cristianismo de base.
“La clase trabajadora argentina no reprueba una forma determinada del capitalismo, las cuestiona a todas”. “La clase trabajadora tiene como misión histórica la destrucción hasta sus cimientos del sistema capitalista de producción y distribución de bienes”. “La historia del movimiento obrero, nuestra situación concreta como clase y la situación del país nos llevan a cuestionar el fundamento mismo de esta sociedad: la compraventa del trabajo y la propiedad privada de los medios producción”. Todas estas frases formaban parte del “Mensaje a los argentinos” difundido por la flamante CGTA –creada en el congreso normalizador de la CGT del 28 al 30 de marzo de 1968- el 1 de mayo de ese año, que pasó a la historia como el programa del 1 de mayo de CGTA, todo un programa de acción contra la dictadura y construcción de poder obrero y popular redactado por Rodolfo Walsh.
No todos los fundadores de la CGTA tenían la misma convicción clasista, aunque acordaran por lo menos coyunturalmente con los postulados antidictatoriales y el repudio a la burocracia vandorista y participacionista que se retiró del congreso normalizador para conformar una CGT asociada con el régimen.
Pero durante cerca de tres años, la CGT de los Argentinos fue la fuente generadora de un proceso de radicalización y maduración del marco político de una porción muy numerosa de la clase obrera, del activismo revolucionario y de los sectores populares, que tuvo como pico máximo el Cordobazo del 29 de mayo de 1969. Varios de los principales dirigentes de la CGTA terminaron en la cárcel, con el secretario general Raimundo Ongaro y el referente cordobés de la organización, Agustín Tosco, a la cabeza.
Durante la mayor parte de la existencia real de la CGTA, impulsó muchos de los más importantes ejemplos históricos de producción cultural e intelectual dependiente y enriquecedora a la vez de la dinámica de la lucha de clases. Desde la CGTA el pintor, militante y teórico Ricardo Carpani consagró su iconografía proletaria. Fue la CGTA la que organizó con la participación de artistas, fotógrafos y escritores la legendaria exposición militante “Tucumán Arde”. Y, sobre todo, desde la CGTA se gestó seguramente la más importante de las experiencias de comunicación popular masiva, a través del periódico que dirigió Walsh, un ejemplo de periodismo riguroso y militante a la vez que alcanzó en algunos de sus números una tirada de 1 millón de ejemplares.
En la CGT de los Argentinos encontraron un espacio de debate y confluencia permanentes los más consecuentes activistas revolucionarios de todo origen. Aunque la experiencia fue incompleta, acosada por la represión, la imposibilidad de escapar del todo a la lógica de las contradicciones del peronismo de la época y los proyectos crecientemente personales de algunos de sus dirigentes, la CGTA puede ser reivindicada, con la necesaria recuperación crítica, como un hito en la búsqueda de la construcción de una organización independiente de los trabajadores argentinos.

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