Si la mirada desprevenida alcanza a ver árboles, montañas y un lago para la recreación, quienes están más atentos descubren o directamente sufren las consecuencias de la minería, forestación con pinos exóticos, hidrocarburos, desalojos, represas. Son poblaciones en conflicto en un territorio en disputa. Con el objetivo de analizar, difundir y organizarse frente a los múltiples saqueos del territorio patagónico, decenas de referentes de movimientos sociales, pueblos originarios e investigadores se dieron cita durante tres días en la localidad El Bolsón, provincia de Río Negro. Por Biodiversidadla
Por ANRed - A (redaccion@anred.org)
El Centro Cultural Galeano, un espacio ambientado para el ejercicio del teatro, fue el escenario en el que todos estos intercambios se dieron. La organización estuvo a cargo del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica, el Centro de Políticas Públicas para el Socialismo (CEPPAS), FM Alas, Pañuelos en Rebeldía y el Centro de Investigación y Formación de Movimientos Sociales Latinoamericanos.
La cantidad de conflictos que se abren camino en las tierras del sur crecen al ritmo del ingreso del gran capital transnacional y de los rumbos que decide convalidar el Estado argentino. La escena cambia y es necesaria la construcción de resistencias. Por ello durante los días 21, 22 y 23 de septiembre pobladores mapuche, asambleas ambientales, investigadores especializados, comunicadores populares y militantes territoriales comenzaron explicando cada uno su visión y su problema. Pero frente a una realidad abrumadora que muestra rápidamente las estrategias del saqueo y el apremiante tiempo para construir un muro de contención, los referentes llegaron a la necesaria discusión política sobre cómo resistir. El amplio intercambio de información fue transmitido en vivo por FM Alas.
Qué se analizó
Daniel Otal, miembro de la radio comunitaria FM Alas de El Bolsón, hizo un planteo inicial: "Aquí hay que asumir que hay un despojo originario. Primero el plomo y después el dinero, son las formas que tuvo el sistema de apropiarse de lo ajeno. El conflicto bélico es la marca original de todo este proceso en Patagonia. El Estado eligió estos mecanismos junto con la construcción de una historia falseada para que la comunidad hoy tenga una dificultad enorme para comprender su realidad" [1]. Luego siguieron las mesas y presentaciones, cada una intentando presentar un saqueo y una violencia diferente, silenciadas en la opinión pública general y que hoy es necesario visibilizar.
Moira Millán de la comunidad mapuche Pillán Mahuiza, de Corcovado (Chubut), narró cómo el emprendimiento hidroeléctrico La Elena, para la construcción de seis represas en la cuenca del río Corcovado/Carrenleufú, dejará 60 metros bajo el agua su hogar. Ese proyecto tiene como objetivo, más que garantizar el suministro a los pobladores chubutenses o a las industrias locales, generar la energía necesaria para la explotación minera. Entienden que uno de sus beneficiarios estaría al otro lado de la cordillera, en la X Región de Chile, donde las empresas mineras Geocom (EE.UU.) y Kinross Gold (Canadá) proyectan explotaciones a 'cielo abierto', destruyendo montañas y consumiendo ingentes masas de agua potable. Se afectarían allí la ciudad de Palena, áreas protegidas y la economía de supervivencia de miles de pobladores, problema señalado por los propios vecinos de la localidad chilena presentes en El Bolsón. Además los impactos alcanzarían la cuenca binacional del Lago Vinter.
Martín Velázquez Maliqueo, vocero de la comunidad mapuche Lonko Purrán, de Cutral Có (Neuquén), explicó que son afectados por los intereses de la industria de hidrocarburos. En su visión, "estos problemas no son sólo de los mapuche, son de la sociedad en su conjunto". Las petroleras no sólo tienen una deuda ambiental por contaminar a las poblaciones linderas, también se instalan en territorios que usurpan con la ayuda del Estado y desplazan familias enteras, apuntó. Repsol y Texaco se han apropiado recientemente de 20 mil hectáreas sobre la cordillera gracias al Estado provincial de Neuquén, ejemplificó.
Su caso es emblemático. "Nosotros venimos de un proceso judicial desde el año 2001, cuando la comunidad se organiza frente a la llegada de las petroleras. Nosotros decidimos bloquear los caminos de acceso. Producto de estas acciones fuimos denunciados por usurpación. Nos empezaron a notificar que teníamos que declarar. Hace unos meses, cuando llego de un viaje luego de haber participado del Foro Permanente sobre Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas, en carácter de observador, me encuentro con un pedido de captura y una orden de detención. Estuve dos días detenido en Buenos Aires. Luego me trasladan a Neuquén. La empresa [Pioneer Natural Resources / Apache S.A.] nos acusa de ser usurpadores de nuestra propia casa y de nuestro propio territorio. A cuatro meses de finalizado el juicio, el yacimiento sigue parado porque nosotros le hicimos un corte, decidimos ponerle una tranquera con candado y ahí no entra más nadie", relató.
En este sentido también se desarrolló el eje Petroleras, corrimientos de las fronteras productivas y conflictos sociales. Se planteó que desde el inicio del proceso de privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales se recreó la idea de Desierto. Áreas petroleras centrales y secundarias, que son puestas en explotación, y que se superponen con el territorio de comunidades mapuche desde el centro de la provincia de Neuquén, también con campos de crianceros en el suroeste pampeano y noreste rionegrino. Incluso comienzan a afectarse zonas que fueron tradicionalmente de producción de fruta, disparando conflictos sociales ya que no resulta posible la convivencia entre estas formas de vida-producción con una actividad como la petrolera, que contamina suelo, aire y agua.
Lucas Chiappe, de Proyecto Lemu de Epuyén (Chubut), se refirió a los proyectos de forestación. "Las corporaciones trabajan con muchos años de antelación, eso sucede con la forestación. En nuestro caso esto ha sucedido con las legislaciones forestales que se hicieron con el objetivo de erradicar especies nativas para favorecer especies exóticas, por ejemplo. ¿Por qué nos prohíben plantar lo nativo?¿Por qué el Estado subsidia la forestación con pinos? Vamos a dejar de lado los problemas ambientales que traen la implantación de especies exóticas. En principio, no sólo que se subsidia con dinero del Estado la implantación de pinos sino que además su cosecha está exceptuada de aforos. Así el día de mañana habrá una masa enorme de pinos cosechados aquí en Chubut - por ejemplo, en manos de Benetton, el más grande forestador de la Patagonia - pero a eso lo que seguirá es un socio que pondrá una papelera. Las empresas productoras de pulpa de papel también son parte de este negocio-ecocidio. Atrás de todos los proyectos de forestación están agazapadas las empresas productoras de pulpa de papel".
Según señaló Chiappe, desde el norte de Neuquén hasta la mitad de la provincia de Chubut se encuentra la zona más ampliamente afectada por este negocio. Un ejemplo es la comunidad Santa Rosa-Leleque en conflicto con la empresa Benetton en el noroeste de Chubut, predio donde el grupo italiano plantó 30 has de pinos e intenta justificar de ese modo el desalojo de familias mapuches. Esto se resume en la fórmula: "expulsión de gente para poner pinos". Chiappe agregó que "otro de los problemas tiene que ver con la aceptación social que tiene el árbol, asociado a la vida. Así se apela al enmascaramiento social y eso hace muy difícil que una persona común pueda ver detrás de una forestación un proceso de saqueo: saqueo de agua; o una reducción de una forma de vida tan compleja como es un bosque a algo como es una forestación, que lo único que tiene es características industriales".
La presentación de Chiappe finalizó con una polémica sobre la figura del magnate norteamericano Douglas Tompkins y sus proyectos conservacionistas. Una caliente discusión que debería dejar como saldo de aprendizaje la complejidad a la que asistimos en el campo de las resistencias, donde el sentido es siempre contradictorio. Si bien hubo un consenso amplio y generalizado en el repudio a la figura de Tompkins y los conservacionistas de su tipo, por ser parte del proceso de concentración de tierra y el concepto de preservar el ambiente quitando a las poblaciones del medio, quedó pendiente la necesidad de dimensionar el poder de inserción que tiene el Capital por esta vía.
Andrés Dimitriu, de la Asamblea Coordinadora Patagónica contra el Saqueo y la Contaminación, hizo una ampliación de los ejes de discusión, señalando que aquí también está en juego la concepción que se tiene de la ciencia, ya que lo que se pretende como neutral es sumamente ideológico. Esto en relación a los múltiples diagnósticos de impacto ambiental que se ponen en juego en cada conflicto territorial. También apuntó que hay que incluir dos formas del saqueo que están presentes de manera permanente: el saqueo financiero y el inmobiliario por la vía del turismo de élite, que transforma la tierra en mercancía generando corrimientos de las poblaciones hacia barrios pobres.
En tanto Javier Rodríguez Pardo, reconocido activista antinuclear y contra la minería a cielo abierto, subrayó: "Los países del Norte agotaron los minerales vetiformes y por eso inventaron un método extractivo perverso que consiste en volar montañas, lixiviar con sopa química y sacar el mineral. Nosotros qué es lo que vimos en Esquel, que levantábamos la cabeza y teníamos prospecciones por todos lados, eran más de quinientas manifestaciones metalíferas. Qué significa esto. Que esta gentuza decía 'esto que está acá abajo es mío', y así empiezan a hacer cateos, luego la prospección y después la explotación, pero esto no termina aquí. Los pueblos del Sur contienen más del 75% de la biodiversidad del planeta. Argentina y Chile contienen la riqueza más importante en biodiversidad templada fría. A la vez que hay prospección minera hay bioprospección delante de nuestros ojos".
"¿Cómo trabaja esta gente del Norte? Dividieron EE.UU. en siete áreas para recolectar los datos de esa bioprospección. A México le correspondía la Universidad de Georgia, a Panamá la Universidad de Panamá - dependiendo del Instituto Smithsoniano, a Madagascar la Universidad de Virginia. Esto es algo que han llamado Grupo de Cooperativa Internacional de Biodiversidad, con sede en EE.UU. A Perú le correspondió la Universidad de Washington. ¿Y a nosotros cuál? La de Arizona, y también a Chile", apuntó Rodríguez Pardo. "¿Quiénes trabajan para que este conocimiento vaya allí? Empecemos por la Universidad Nacional de la Patagonia. El INTA tiene firmado un convenio con la Universidad de Arizona por el que tiene que enviarle mensualmente 12 activos biológicos".
"Hoy el saqueo es total, vienen por todo", enfatizó. "El Imperio necesita lo que viene a buscar y nosotros no se lo vamos a dar, vamos a estar preparados y a tener la conciencia de ello, no tener miedo a que vamos a afrontar esto con nuestras vidas. Una chica en Mendoza vino y me dijo: 'Rodríguez Pardo leí todo lo de usted, me parece muy bien, pero me puede decir algo, ¿por qué no negociamos antes de que nos pase lo de Irak?'. Ella lo ve, porque sabe lo que hay en el lugar. Nosotros tenemos que tener esto claro y no tener miedo, no decir: 'es muy alarmante, muy patético'. No, tenemos que conocer más allá para estar preparados".
Estructuras del saqueo
Estos análisis puntuales se comprenden mejor en la medida que se unen a planteos más generales y abarcadores que permiten ver las estrategias de dominación en su conjunto. Dos intervenciones en ese sentido permitieron realizar esa sutura.
Ana Esther Ceceña, del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica [2], desplegó un mapa señalando conflictos y bienes naturales a lo largo de todo el continente americano. El análisis consistía en vincular factores como Bases Militares de los EE.UU., Misiones de Cascos Azules, Ejercicios Navales, Sectores de riqueza en Biodiversidad, Petróleo y Gas, Minerales Estratégicos, y Yacimientos de Agua. "Para EE.UU., que disputa la primacía mundial, es fundamental lo que ocurre en el continente americano. El control del territorio americano es algo muy importante porque se convierte en el bastión a partir del cual EE.UU. construye su posición en el mundo. Disputa con competidores y disputa contra quienes se rebelan contra el capitalismo y sus políticas", señaló.
"Tenemos un continente muy rico en todo lo que se considera hoy recursos estratégicos, que son aquellos que presentan escasez y sobre los que hay una altísima necesidad, son indispensables y definitorios para la reproducción material del modelo actual. (...) Todos estos megaproyectos [para su extracción] desatan el rechazo de la población mediante la movilización. Y los megaproyectos no avanzan solos. Si quieren entrar a una mina y nosotros nos ponemos en frente y les decimos que no, entonces tienen que militarizar", remarcó. "Hay muchas formas de militarizar, una de ellas, la más evidente, es el establecimiento de bases militares de los EE.UU. en puntos que puedan ser estratégicos para controlar dos cosas: uno, garantizar el acceso a estos 'recursos estratégicos' y dos, desactivar la movilización social, es decir un propósito económico y otro contrainsurgente. Se va constuyendo también, con los ejercicios conjuntos, complicidades y comportamientos homólogos entre los ejércitos de la región y el ejército de los EE.UU., que incluso ha permitido ir construyendo aquello que es un viejo plan y todavía no lo logran que es la 'fuerza de seguridad hemisférica'. Un sólo ejército que pudiera controlar todo el continente. La ocupación de Haití es un ensayo de este tipo."
"También hay un empeño por construir una legislación antiterrorista en toda América, en Argentina se ha hecho una ley explícita", puntualizó Ceceña. "En el caso de México directamente se ha modificado la Constitución, es norma constitucional la criminalización de la protesta. Hay una similitud enorme entre todas las leyes que se están aprobando en todo el continente. Pero hay también un tipo de legislación que es muy importante tener en cuenta y que son las leyes supranacionales para la gestión de recursos en áreas transfronterizas" [3], concluyó.
Militarización y disciplinamiento social son una parte de las estrategias del Imperio. Estas políticas están en correlación con las infraestructuras y las industrias concretas de explotación de lo que en su plan aparecen como 'Recursos Naturales'. Ese fue otro eje tratado en el encuentro, la 'Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana', más conocido como IIRSA [4]. Mónica Menna, de la asamblea vecinal-ambiental Comunidad del Limay abordó ese tema: "El IIRSA nos llega casi casualmente. Nosotros veníamos haciendo un trabajo de investigación sobre el financiamiento de las ONGs y cómo eran cooptadas por los organismos internacionales y entre las documentaciones que nos llegaban aparecía la palabra IIRSA. Ahí nos dimos cuenta de que esto es un plan que se implementa desde el 2000, del cual nos enteramos en el 2005".
"Este plan, como muchas de las cosas que se implementan en esta región, se hacen con políticas de desinformación, es la forma que tienen para que la gente no se entere y no pase nada", afirmó. "Vimos cómo estos planes de infraestructura necesitaban aparataje jurídico y financiamiento. Este plan no es sólamente hacer una carretera o una represa, se trata de montar una verdadera infraestructura del saqueo. Es lo que necesitan las corporaciones para hacer el saqueo más eficazmente y Patagonia no queda al margen de esto. Aunque el IIRSA se desarrolla más fuertemente en el norte de América del Sur, con el cierre temporal del Canal de Panamá no había pasos rápidos interoceánicos. Se dieron cuenta que el único paso que está más o menos en condiciones de reemplazarlo está acá en Patagonia, ya que el otro paso importante, Cristo Redentor en Mendoza, está muchos días inhabilitado al año. Acá eso no pasaba. Hablamos del Paso Cardenal Samoré, que tiene una infraestructura mínima, que hay que reacondicionar, y que puede servir. Ya desde el año pasado lo que se conoce como el corredor bioceánico empezó a cobrar magnitud, lo que es el eje sur del IIRSA, que va desde el puerto de Bahía Blanca y San Antonio Oeste en el Atlántico hasta Puerto Montt en Chile".
"El IIRSA específicamente lo firmaron en el año 2000 doce presidentes de países sudamericanos en Brasilia, no hubo oposición, con documentos que les enviaron desde el BID y el Banco Mundial", informó Menna. "Está vigente con la firma de los presidentes únicamente, nosotros nos cansamos de preguntarles a distintos legisladores qué sabían y todos nos decían que lo desconocían. No sabemos si nos mienten o no, pero mientras tanto el IIRSA sigue avanzando. Tanto es así que en el 2005 se firma una agenda consensuada entre los doce países con 400 proyectos planificados. El IIRSA también genera deuda externa, un ejemplo claro es Uruguay: le pide un préstamo al Banco Mundial de 70 millones de dólares para mejorar sus carreteras. Pero Uruguay tiene un sistema de carreteras bastante bueno. ¿Por qué necesita mejorarlo? Necesita carreteras que soporten camiones de 22 toneladas y quien necesita esas carreteras es Botnia. Así que estamos financiando desde los estados a estas empresas", finalizó.
El inquietante diagnóstico de la realidad regional y continental condujo a los asistentes de este encuentro a una necesaria reflexión sobre los modos de articular las resistencias, esto es a una discusión política e ideológica.
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Notas:
[1] Va anexo a este artículo parte de la presentación hecha por Daniel Otal.
[2] www.geopolitica.ws
[3] Ver entrevista La Cordillera de los Andes está administrada por transnacionales: es un Tercer país ubicado entre Argentina y Chile
[4] www.iirsa.org
Anexo:
Daniel Otal, miembro de la radio comunitaria FM Alas de El Bolsón:
"Venimos analizando esta realidad de nuestra tierra, y desde muchos años hasta esta actualidad viene organizándose y sembrándose esto que empezamos a llamar saqueo, pero que es un despojo que está presente desde que nace el estado moderno en la Patagonia, que se materializa en un primer despojo originario. Es necesario rescatar esta historia que es la que se proyecta hasta nuestros días con una metodología que no tiene fisuras en cuanto a quien mira desde afuera a este territorio y que se encuentra con un territorio que quiere para sí, como propietario, y lo quiere explotar desde una visión economicista y desde ahí planifica lo que nos pasa desde hace tiempo.
En estos dos días vamos a hablar de soberanía y territorio, lo que implica hablar de poder, un poder que el estado nacional estructura en la Patagonia a partir de ese despojo originario. Mientras no se resuelva ese despojo la Patagonia va a ser permanentemente una zona de conflicto. Una deuda interna no aceptada por el estado nacional.
El atribuirle a la tierra la figura de la propiedad privada implica establecer el sistema sobre el cual se organiza el capitalismo en el control del territorio. Ya la soberanía deja de ser la capacidad de ser libres y decidir como vivir y el territorio deja de ser el espacio en donde desplegar esa libertad para pasar a ser una mercancía. Primero el plomo y después el dinero, son las formas que tuvo el sistema de apropiarse de lo ajeno: el conflicto bélico es la marca original de todo este proceso en Patagonia. El Estado eligió estos mecanismos junto con la construcción de una historia falseada para que la comunidad hoy tenga una dificultad enorme para comprender su realidad.
La propiedad de la tierra no existía como figura en el pueblo originario. Hoy mismo sus voceros niegan que la propiedad sea una ambición de sus pueblos. Y aquí se esconde un problema: nuestros propios alambrados no son más frágiles que los de Benetton, tener incorporado el sentido de la propiedad de la tierra como un valor cultural es por lo menos una incomodidad ideológica bastante difícil de resolver. Hemos visto que en estos años se ha instalado la propiedad del agua, yo nací con la propiedad de la tierra, pero el agua era libre y circulaba. Hoy hay que pagar por ella. Es un proceso subrepticio, porque tenemos instalada muy adentro la propiedad. Ese marco ideológico que tenemos metidos dentro del cuerpo nos permite absorber y admitir situaciones inaceptables y cuando nos ponemos críticos y queremos observar esto para transformarlo nos aparece la necesidad de transformarnos nosotros mismos primero. Tenemos que ser el primer objeto de transformación de nuestra crítica, despoblar la propiedad de nuestro espíritu, sacarnos ese sentido de que podemos ser los dueños de algo que no hicimos y que es de todos".
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