sábado, 1 de junio de 2013
La UBA de-generando
Las jornadas interdisciplinarias “Degenerando Buenos Aires”, organizadas por la agrupación CAUCE en seis facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA), abordaron diversas problemáticas de género. La necesidad de debatir en la academia y de formar otras lecturas fueron los disparadores.
La discusión capitalismo y patriarcado viene atravesando la problemática de género desde hace un tiempo largo. Suponer la transformación de nuestra sociedad hacia la discusión con la “normalidad” de género, la diversidad sexual, implica la participación y la asistencia al debate de diversos sectores sociales. La universidad como institución social sostiene lógicas de opresión, a la vez que refuerza aquellas significaciones imaginarias sociales a través de sus planes de estudio, los modos de enseñanza y lectura, en la producción de conocimiento así como en las relaciones sociales entre los claustros docentes, la misma Academia y los estudiantes. Hacia este necesario espacio de discusión acudieron las Jornadas Interdisciplinarias de Géneros “Degenerando Buenos Aires” que se llevaron a cabo del 27 al 31 de mayo en seis facultades (Económicas, Derecho, Sociales, Ingeniería, FADU, Filosofía Y Letras) de la Universidad de Buenos Aires.
En diálogo con Marcha, Ernestina Arias de ANRED, que participó del panel “Violencia mediática: ¿Qué ves cuando me ves?” donde se problematizó el rol de los medios masivos de comunicación en nuestra sociedad como formadores de estereotipos, consideró de relevancia que en la formación académica de las comunicadoras se visibilice la problemática de género. “Los comunicadores que egresan de la universidad y trabajan en los medios masivos no logran poner en agenda estos temas, es así que los medios masivos hoy discriminan a las mujeres, ridiculizan a la diversidad sexual, minimizan la lucha de género y titulan las noticias reproduciendo un sistema opresor”, declaró.
Por su parte, Romina Amor y María Eugenia, miembras de la Campaña Nacional contra las Violencias hacia las Mujeres también participaron de ese panel y mencionaron que el trabajo que hace la Campaña debe debatirse “en los espacios de construcción de saber, porque son años de enseñanza no sensible al género, y por lo contrario se lo hace desde una mirada sesgada y desde las culturas dominantes”.
Señalaron que recorrer diversos ámbitos es urgente porque “la lógica patriarcal que subyace a los tratamientos que se da en los medios sobre la realidad de las mujeres, sobre las personas que no responden a los patrones culturales heterosexual y varón nos permite debatir, cuestionar y no naturalizar”. En este sentido, afirmaron que es una tarea no sólo de las mujeres, “que lo impulsemos nosotras quiere decir que lo hacemos porque somos víctimas del sistema y protagonistas de los cambios. Entendemos que hay que pelear para liberarnos y lo hacemos todos los géneros como un colectivo”.
“La universidad en vez de formar terminar deformando”
El panel de “Prostitución en primera persona: experiencias de organización” debatió sobre la prostitución en sus dimensiones legales, jurídicas, éticas y sociales desde la organización en la Argentina y la voz de sus protagonistas. Marcha dialogó con Lohana Berkins Fundadora de la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual (ALITT).
Berkins reflexionó que la universidad puede aportar a la discusión “como una herramienta de pensamiento, reflexión y análisis en cualquier temática. Es sustancial que la academia abandone los claustros sagrados y ponga en tensión temas reales, que tengan que ver con la vida real de las personas”. Además, planteó: “Mezclar el activismo con la academia es fundamental”.
Agregó también que “muchos desconocen que Argentina es una país abolicionista, por lo tanto no se puede reglamentar ni prohibir la prostitución, desde mi mirada de travesti, no tengo en especial ninguna moral victoriana sobre ese tema, pero jamás la aceptaríamos como un trabajo. No es un trabajo, no puede ser un destino para nadie”.
A su vez, afirmó que es necesario hacer un asterisco en la discusión porque al ser “uno de los pocos países donde hay una fuerza mayoritaria de los travestis abolicionistas, es que se confunde el debate entre las mujeres y las travestis, y es que las argumentaciones se han establecido sobre la sujeta mujer y no sobre la travesti. Pugnamos por que se amplíe el concepto de sujeto mujer como única víctima de la prostitución”.
Sin embargo señaló que la discusión es aún más compleja en varios de sus aspectos. “Generalmente este debate se da en la parte idílica de la prostitución. Es autonomía, es la libertad de las mujeres, como falso progresismo o snobismo. No tiene nada de eso. Ha atravesado a toda la humanidad desde sus inicios y es una de las formas en las que se ha ido perfeccionando la esclavitud. En eso se debería producir ese debate. Hoy hay un rápido corrimiento, todo se da en torno a la trata que por supuesto hay que hacerlo, pero se vuelve a agitar el eje de la cuestión de la prostitución, es una discusión con toda la sociedad, hay que desmontar toda la estructura social donde está anclada la prostitución”.
Berkins entiende que la academia sigue siendo reticente: “mientras estos temas sigan siendo circundantes a la periferia o marginales, mientras no se revisen muchas cuestiones curriculares que todavía están. Si agarras muchas disciplinas, como la psicología, muchos profesores aún dicen que la homosexualidad es una enfermedad. No hablemos de derechos, porque la construcción de la víctima sigue siendo una mirada piadosa, clase media, occidental. El acceso a la cultura sigue siendo aún una cuestión de clase. Si los temas no son puestos en la mesa con el mismo nivel que otros temas, todavía va a seguir costando mucho que se trate. ¿Por qué la academia no se pregunta por qué no hay alumnas o profesoras travestis? Siguen siendo aún instituciones muy expulsivas, donde la participación que nosotras tenemos es por estudiantes y profesores comprometidas con estos temas”.
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