martes, 18 de junio de 2013

“Sólo el pueblo salvará al pueblo”



Con este título, el 28 de marzo de 1969, la CGTA da a publicidad un manifiesto recordando el primer aniversario de su creación.
En el mismo consignaba “La clase trabajadora tiene, como misión histórica, la destrucción hasta sus cimientos del sistema capitalista de producción y distribución de bienes…”
Con relación a la Dictadura Militar señalaba “... Entre el General Onganía y la clase trabajadora no habrá pacto, no habrá acuerdo, no habrá reconocimiento, porque semejante pacto sólo podría celebrarse traicionando el sentimiento unánime de las masas, en olvido de nuestros ideales, de nuestros muertos, y de los que aún padecen la cárcel y el exilio injusto”.
Terminaba diciendo “… La CGT, surgida el 28 de marzo de 1968 del Congreso Normalizador, sigue siendo la mayor organización de masas enfrentada a la dictadura; la única valla opuesta al colaboracionismo de los gremios; el obstáculo que paralizó, hasta hoy, la tentativa de crear una central obrera oficialista; la gran espina clavada en el corazón del Pacto”… “Tengan fe los compañeros ni hemos arriado nuestras banderas, ni la guerra larga está perdida”.
Sin duda que este mensaje preanunciaba lo que se avizoraba en el horizonte.
Unos mes antes habíamos realizado en Paraná una reunión, con representantes de todo el país, que habían participado en el Tribunal Ético contra el Macartismo que presidiera el ex diputado nacional Eduardo Solari y contara con las copresidencias de Agustín Tosco y del ex gobernador de Santa Fe Aldo Tessio.
El balance fue sumamente positivo y rebelaba el rechazo generalizado a la ley 17. 401 por la que la calificación “de comunista”, realizada por el Servicio de Informaciones del Estado -SIDE-, equivalía a una virtual muerte civil de la persona calificada; ya que se la privaba del trabajo y, en muchos casos, de la libertad.
En ese momento dirigía este organismo el General Eduardo Señorans que había participado en el criminal bombardeo a Plaza de Mayo llevado a cabo por aviones de la Fuerza Aérea Naval el 16 de junio de 1955; que ocasionara mas de 300 muertos y miles de heridos.
Este era, en ese momento, Jefe de Personal del Estado Mayor del Ejército con asiento en el Ministerio de Defensa e integraba el grupo de conspiradores, junto al General José León Bengoa, jefe de la Tercera División con asiento en nuestra ciudad; que levantaban la consigna “maten a Perón”.
El Tribunal, además, significaba un gran apoyo para quienes ejercíamos la defensa de los “calificados” o detenidos entre los que se destacaban Luis Cabral en Corrientes, Lopez Forastier en Misiones, Gustavo Roca en Córdoba, los integrantes del equipo de abogados de la CGTA en Buenos Aires que, coordinaban Luis Cerrutti Costa y Mario Landaburu y, por supuesto, los compañeros de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, entre los que estaba Laura Rabey, organizadores de este.
En ese escenario de triunfos y derrotas, culmina la huelga de trabajadores petroleros de Ensenada, con la intervención del sindicato local.
En el movimiento estudiantil, en la clandestinidad, aumentaba la oposición al “Onganiato” y se empezaban a preparar actos dirigidos a recordar al estudiante Santiago Pampillón asesinado por la represión, el 12 de setiembre de 1966, y en reclamo de reivindicaciones sentidas -ingreso irrestricto, comedores universitarios, etc-.
En esos días de marzo de aquel año Luis Cerrutti Costa convocó a un encuentro en Tucumán, a los abogados que participábamos del equipo de asesores de la CGTA.
Concurrieron, entre otros, Vicente Zito Lema, Miguel Zavala Rodríguez, Cesar Calcagno, Rafael Perez y Ricardo Ripodas.
Acordamos estrategias comunes a desarrollar en los juicios laborales y en la defensa de los gremios que componían la Central.
Nosotros dimos un largo informe en relación a la organización de base de los trabajadores de la construcción del túnel Subfluvial Paraná-Santa Fe, que lideraba nuestro compañero Mario Broin.
Por su lado el General convocó a representantes del “ala política” del Movimiento a un encuentro en Madrid a los efectos de coordinar las acciones a realizar para evitar los intentos de fraccionar a la dirigencia, que llevaban a cabo los “colaboracionistas”, con Augusto Timoteo Vandor a la cabeza.
Por nuestra Provincia participo el profesor José Venturino, con el que habíamos construido una fuerte relación política y personal, fundada en coincidencias ideológicas.
En lo personal estábamos muy contentos ya que un nuevo integrante se sumaria a la familia y Luis Manuel -“Manolito”- crecía rodeado del afecto de los compañeros.
En nuestra defensa de José Trevisán logramos un nuevo avance ya que, con mucho esfuerzo y teniendo que vencer lógicas reservas, ya que se trataba de cuestiones de la vida privada, logramos tomar contacto con dos ex parejas de este que habían tenido relaciones sexuales con el; ratificando que no se trataba de un “pedofilo”.
Las mismas, manteniendo su “identidad reservada” prestaron declaración testimonial en la causa.
Al mismo tiempo presentamos un informe sobre la pedofilia que elaborara el Dr. Barbagelata, que era nuestro perito de parte, con el que coincidió el designado por el Tribunal.
En ese marco entrábamos a meses decisivos de aquel año clave en la historia de las luchas populares. ¿Qué pasó en los viajes que realizó al interior Raymundo Ongaro, entre los cuáles estuvo la visita a nuestra ciudad? ¿Como se inicio la huelga general que nunca se levantó en Fabril Financiera? ¿Cómo empezaron los “quince días que sacudieron al país” en aquel mayo de 1969?, serán algunos de los temas que abordaremos en nuestra próxima nota.

Manuel Justo Gaggero. Ex Director del Diario “El Mundo” y de las revistas “Nuevo Hombre “ y “Diciembre 20”.

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