domingo, 9 de junio de 2013

Mariano Moreno contraataca



Mezcla rara de penúltimo pasquín patriótico y primer boletín oficial del nuevo gobierno, el nacimiento de La Gazeta es estrictamente político. Se debe a un decreto de la Primera Junta, que necesitaba de manera urgente hacer pública su prédica para ganar a la población para la revolución. Vaya, como de pasada, este dato para quienes en la actualidad sobreactúan las bondades del “periodismo independiente”.
En su primer número Moreno explica la finalidad del semanario:
“Una exacta noticia de los procedimientos de la Junta, una continuada comunicación pública de las medidas que acuerde para consolidar la grande obra que se ha principado, una sincera y franca manifestación de los estorbos que se oponen al fin de su instalación y de los medios que adopta para allanarlos, son un deber en el gobierno provisorio que ejerce, y un principio para que el pueblo no resfríe en su confianza, o deba culparse a sí mismo si no auxilia con su energía y avisos a quienes nada pretenden, sino sostener con dignidad los derechos del Rey y de la Patria, que se le han confiado. El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan la execración con que miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir los delitos”.
Habitualmente aparece solamente mencionada la última frase, sacando de contexto la opinión del primer dirigente de la revolución, quien lejos de haber vivido en la época de los medios de comunicación de masas, estaba más interesado por fortalecer el interés y la participación del pueblo en la cosa pública, y por esa vía también al naciente poder político, que por generarle un contrapeso social. Ello quedaba en evidencia en la decisión gubernamental de que La Gazeta fuera leída desde los púlpitos por los curas tras las misas, atendiendo al enorme nivel de analfabetismo reinante.
El primer periódico de la etapa independiente de nuestro país –en la Colonia habían existido otras experiencias-, publicaba decretos, resoluciones oficiales y otros documentos gubernamentales, junto con noticias de actualidad locales y del extranjero y artículos de opinión afines al nuevo poder político. En sus páginas publicaron artículos Bernardo de Monteagudo, Manuel Belgrano, Juan José Castelli y otros líderes patriotas. Era, en fin, el periódico de un gobierno revolucionario.
Además, en los pocos meses que Moreno alcanzó a dirigir La Gazeta, antes de ser envenenado en alta mar, publicó en fragmentos una traducción de El Contrato Social de Rousseau, en la creencia de que las ideas del filósofo de Ginebra podrían consolidar los pasos de la nueva nación americana.
El lema que acompañaba cada una de sus ediciones era una frase del romano Tácito que expresa con transparencia el ambiente político y cultural que aquellos hombres y mujeres respiraban: “Tiempos de rara felicidad, aquellos en los cuales se puede sentir lo que se desea y es lícito decirlo”. La frase tiene también, por qué no, un amargo dejo trágico, quizás preanunciando el duro destino que estos hombres debieron afrontar poco tiempo después.

Dosmiltrece

A 203 años de aquellos días, este año el día del periodista será distinto a los anteriores. Después de más de veinticinco años habrá un paro de veinticuatro horas en los medios gráficos, los portales de Internet y las agencias de noticias, en reclamo por un aumento del 35% a los empleados de los medios, un mínimo de 7000 pesos y un pago de 1000 pesos a los colaboradores. Hay que recordar que la última vez que hubo una negociación paritaria general en el gremio de prensa fue en el año 1975 y el último paro general fue en 1986. Además está convocada una movilización a la sede de AEDBA (la asociación de editores integrada entre otros por Clarín, Página/12 y La Nación).
La posibilidad de llevar adelante estas medidas es el resultado de un proceso de organización creciente que se viene desarrollando silenciosamente en las redacciones desde hace varios años, y expresa el surgimiento de una nueva generación de periodistas que, más allá de sus diferencias políticas e ideológicas, lograron unirse para luchar por sus derechos. A través de una declaración, el Colectivo de Trabajadores de Prensa, agrupación que nuclea a buena parte de los activistas que impulsan estas medidas, afirmó que “por nuestra dignidad, para dignificar el hermoso oficio periodístico: vamos con todo al paro general de 24 horas y a marchar masivamente. Ahora es cuando. Es nuestro Día, el del trabajador/a de prensa. Y lo vamos a honrar como corresponde: en la lucha por nuestros derechos, en memoria de los 112 periodistas detenidos desaparecidos, de José Luis Cabezas, Mario Bonino y de todas las compañeras y compañeros caídos”.
A contramano de la polarización y las confrontaciones reinantes desde el punto de vista del discurso y las líneas editoriales de los grandes medios, en este caso existe total unanimidad en contra de las demandas de sus trabajadores y trabajadoras. Quienes hacemos Marcha venimos cubriendo cotidianamente esta noticia que no sale publicada en ningún diario. No hace falta aclarar que apoyamos de manera entusiasta la lucha del gremio de prensa.

Ulises Bosia.

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