Porque somos fieles al proyecto socialista de Chávez, no tenemos miedo a las calumnias de la pequeña burguesía y hoy más que nunca nuestra reputación revolucionaria se ha hecho sólida como el acero: Nuestra izquierda histórica lo certifica. En tiempos de política ambigua, donde existen personajes que vacilan a la hora de tomar el mando popular, nosotros nos hemos atrevido con firmeza a asaltar el poder y derrocar a las mafias del crimen organizado. Quien suscribe, joven revolucionario, expresa la clara postura de su colectivo: rotundo rechazo hacia las plagas del capitalismo y los bufones malcriados de la pequeña burguesía. En efecto, luchamos por el derecho a una vida sana, exenta de medios de comunicación nocivos, fetichismo, modas idiotizantes, tintes, silicón y fiebre por los "shopping center" (centros comerciales), pues son todos instrumentos del capitalismo para inyectar antivalores a las masas juveniles y convertirlas en legiones de maniquíes con destino al lumpen de la sociedad.
Frente a la decadencia social, concentramos nuestros mejores esfuerzos por la creación del hombre nuevo: un individuo armónico, libre y avanzado en todas sus facetas, que sea un trabajador instruido en la producción de bienes en colectivo, que asimile el precepto de que cada cual percibe las riquezas de lo que trabaja y conciba la creación de bienes espirituales y materiales como valores al servicio de la humanidad. La realización de esta obra constituye la misión de nuestra existencia, por ello procuramos establecer trincheras de combate del tamaño que la voluntad, las circunstancias y nuestras propias fuerzas lo provean. Correctamente optamos por la lucha desde la clase trabajadora, mediante un partido o corriente; convencidos de la justeza de nuestra causa y afianzando día tras día nuestra cofrontación frente a las ideologías anacrónicas del mundo.
Con la juventud que nos abraza, aspiramos hacer de cada joven un hombre nuevo, que se permita ser poeta, artista y realizador de obras sin egocentrismo. Un sujeto de expresiones múltiples e inagotables, dotado de un elevadísimo sentido del honor y de la ética. Alguien que por su valor intrínseco se libere del yugo mental y material de la explotación capitalista. Inmersos en el estudio y el trabajo, andamos de Quijotes por el mundo, luchando por hacer realidad la plena libertad de todos los explotados, apoyados siempre en el socialismo científico. Por todo lo anterior e identificándome con el sentimiento de mi colectivo, ayer como dirigente nacional de la JCV y hoy como abogado de los trabajadores; invoco a aquel prominente irlandés, ganador del Premio Nobel de Literatura, George Bernard Shaw, quien lúcidamente precisó la motivación de nuestra vida: "Algunos hombres ven las cosas como son y se preguntan por qué. Yo sueño cosas que nunca han sido y me pregunto por qué no".
Jesús Silva R.(*)
(*) Constitucionalista y Penalista. Profesor de Derecho al Trabajo. Unesr.
jesussilva2001@cantv.net
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