En Santa Fe, una provincia literalmente en llamas, los casos de coronavirus no paran de crecer. Desde mediados de junio, a la par que se liberaron gran cantidad de actividades no esenciales, los contagios crecieron día a día. Según las proyecciones del Gobierno, no se espera un panorama bueno. Estiman que habrá 400 infectados por día aún en noviembre.
Circulación
Al interior de la provincia hay ciudades completamente cerradas y aisladas, persecución a profesionales de la salud y pocas respuestas. La mayor cantidad de casos se concentran en el sur provincial, que ya cuenta con circulación comunitaria. El departamento Rosario acumula más de 3.669 casos del total de 6.737 confirmados, le siguen Caseros y General López, con ciudades como Venado Tuerto y Casilda que contabilizan gran cantidad de enfermos por día. En el centro provincial y la ciudad capital, comenzó un rápido proceso de contagios, con varios fallecidos. En tan sólo dos semanas se determinó la circulación comunitaria en Santa Fe y las ciudades aledañas, lo que presagia una extensión hacia el norte. Ya hubo casos en los departamentos del norte, con localidades completamente aisladas y muertos.
Los contagios se multiplican en los lugares de trabajo. Comenzaron tempranamente en el Cordón Industrial, con casos en Cofco, de Timbúes; en Bunge de Puerto San Martín y en Pampa Energía, de San Lorenzo. Rápidamente el Covid-19 avanzó también en empresas de Ricardone, Oliveros, Andino y Capitán Bermúdez. A la fecha, hay 22 trabajadores de Acindar Villa Constitución aislados por haber estado en contacto con positivos.
En Rosario, Electrolux, Bambi y La Virginia ya contabilizan casos. Esto se suma a los reclamos por testeos masivos, por ejemplo en Gemplast. En Villa Gobernador Gálvez, se registran casos en Swift, Paladini y Metalsur. En la ciudad capital se registraron contagios en la Cervecería Santa Fe, que tuvo que ser cerrada y desinfectada, en el Correo y en Pollos San Andrés. En Rafaela, por su parte, cinco fábricas tuvieron que cerrar.
Los contagios continúan prendiendo en supermercados como La Gallega de Rosario o Jumbo, Carrefour, y en el supermercado Kilgelman de Santa Fe. También en Supermercados EBE, con sucursales en las localidades de Granadero Baigorria e Ibarlucea. Lo mismo puede observarse en los trabajadores del transporte público, tanto al sur como en el centro de la provincia. Actualmente, se están expandiendo los contagios en los agentes penitenciarios también.
Colapso sanitario
Otra de las consecuencias de este proceso es el contagio en hospitales y centros de salud. En el Hospital Cullen, de Santa Fe, ya se registraron varios casos y quedan muy pocas camas de internación. La reducción del personal de salud imposibilita cubrir a los enfermos que van quedando. Lo mismo en un sanatorio privado de Santo Tomé, en el que ocultaron el contagio de dos enfermeras y se contagió una persona mayor, que murió. En Venado Tuerto, un sanatorio emitió un comunicado advirtiendo el colapso y denunciando la ineficiencia de los comités de emergencia.
En los sanatorios privados de Rosario los casos proliferan hace bastante. Ipam, Sanatorio Británico, Hospital Español, Sanatorio de la Mujer y Grupo Oroño indicaron que tenían personal que había dado positivo para Covid-19 hace más de un mes. Lo mismo ocurrió en el Pami II y en el Hospital Centenario. Al momento, en Rosario, los profesionales de la salud infectados representan al menos un 13% del total de contagios.
Crisis
El desarrollo de los casos se genera en un contexto en el que el gobierno de Omar Perotti amaga con retroceder de fase pero continúa liberando actividades. El gobierno destinó 500 millones de pesos a una ‘emergencia en seguridad’ aunque canceló las paritarias e impuso un bono miserable de 3.000 pesos a docentes y trabajadores estatales. El gobierno convoca a los profesionales de la salud a trabajar ¡ad honorem!, gratis y sin los recursos necesarios, aun considerando que el 60 por ciento de los trabajadores de la salud está precarizado mientras los de planta permanente cobran debajo de la línea de pobreza.
Los compañeros del Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria continúan reclamando por los EPP y por la recomposición salarial para los trabajadores de la salud en toda la provincia. Pero, sobre todo, denuncian el colapso del sistema sanitario provincial ante la desidia y la falta de presupuesto, prevención y respuestas. La unificación de los reclamos desde Algodonera Avellaneda hasta Acindar Villa Constitución, deberá potenciar la deliberación y la organización en la defensa de la vida y del trabajo.
Sofía Menna
29/08/2020
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