El impulso de Plenarios Abiertos por parte del Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC) ha dado lugar a una polémica en la izquierda. Como mostramos acá no se trata de un problema menor, sino de una necesidad estratégica, de un problema de fondo.
La derecha en las calles
Otra vez la derecha toma las calles por reclamos varios, anticuarentena, reforma judicial, etc. La otra marcha, el héroe a defender era Vicentín y la derecha se manifestó por los pobres estafadores. No son muchos realmente, pero ayudados por los medios amigos, se muestran activos.
El gobierno cede. La expropiación de Vicentín quedó fuera de la agenda, el pago a los bonistas otra vez costará mucho al pueblo pero se festeja como un nuevo acto habilidad negociadora y para los grandes empresarios (que gustan de esas marchas) ahí están los ATPs, para todos. El macrismo endeudó, y el gobierno paga. Mientras el impuesto a las grandes fortunas espera. Todo esto agranda a la derecha.
En este marco desde la izquierda necesitamos tener una política para que la derecha no avance de verdad y detrás de ella, los ataques crezcan. Porque detrás de sus gritos delirantes vienen los grandes empresarios en busca de flexibilización laboral, de tener vía libre para los despidos masivos, las rebajas salariales y la precarización para la juventud que el gobierno ya deja correr.
Hay que organizar una respuesta en las calles de todos los sectores agraviados hoy. Los que reciben 10.000 de IFE o directamente nada, los pibes que pedalean y sufren accidentes y hasta la muerte por un ingreso de miseria, los que se ven obligados a trabajar a riesgo de contagio, los familiares de las víctimas de gatillo fácil, la gente que ocupa un terreno para vivir, Todos y todas. No se trata sólo de hacer una marcha de la izquierda y del sindicalismo combativo, sino de que seamos capaces de colaborar en poner en movimiento a miles y miles de los que hoy sufren de verdad los efectos de la crisis, la pandemia y los ataques y mostrar frente al país, que no solo hay una derecha pequeña pero ruidosa en las calles y un gobierno que les cede, sino que se organizan también y alzan su voz, los verdaderos agraviados.
Reagrupar a los luchadores y los simpatizantes de la izquierda
Desde el MAC, en muchos casos junto a otras agrupaciones y delegados independientes hemos impulsado Plenarios Abiertos de Trabajadores por Zona y por rama , donde participaron mas de 6000 trabajadores de distintos gremios ,desocupados ,precarizados, estudiantes. En esos primeros plenarios se veía que para quienes iban existía una necesidad de reunir fuerza ante el agravamiento de la situación, como los consideramos también nosotros. Además mostraron el entusiasmo de unir esas fuerzas con otros sectores. Lo mismo hicimos en más de 10 sindicatos, donde fueron más de 3500 compañeros y compañeras. En el movimiento estudiantil empezamos también esta tarea de organizar al sector mas activo que no esta dispuesto a dejar pasar la enorme deserción ante el agravamiento de las condiciones de vida de la juventud y apoya las luchas de los y las trabajadoras.
Desde un principio hicimos un llamado amplio a organizarlo en común con los compañeros y compañeras con quienes compartimos el Plenario Sindical Combativo (PSC) y a todos las agrupaciones clasistas e independientes del gobierno y de las direcciones sindicales burocráticas. Lo propusimos a la Mesa del PSC para que de allí mismo sean impulsados plenarios de este tipo donde pueden reunirse miles y miles de trabajadores y trabajadoras.
Sin embargo recibimos una negativa de los compañeros del PO, IS y del MST. Logramos hacerlos con otras agrupaciones. Sin ir más lejos 1400 docentes se unieron en un plenario virtual, debatieron, propusieron y resolvieron. Si todas las agrupaciones docentes de izquierda lo organizáramos en común posiblemente seríamos varios miles. Seguiremos insistiendo en hacerlos en común y juntar a varios miles.
Dirigirse con fuerza hacia las organizaciones de masas
Estos reagrupamientos son importantes pero no pueden ser un fin en sí mismo ya que algunos miles en un sindicato nacional de un millón como el de docentes no son más que una minoría. Pero esa minoría, organizada tiene la fuerza suficiente como para hacer política dentro de esos sindicatos. Seguramente 5000 docentes organizados y peleando juntos contra esto, lograríamos al menos abrir un diálogo con la mayoría de nuestros compañeros y compañeras que aún tienen alguna confianza en el gobierno y ayudaríamos en acelerar la experiencia con él, empezando por los que ya ven con desconfianza a su gobierno al verlos de actuar mansamente ante los bonistas y el FMI.
Esta lucha surge de la necesidad de dar una pelea común de toda la clase obrera ya sea a nivel de un sindicato o nacionalmente frente a los ataques patronales y al mismo tiempo una respuesta al gran problema de que aún la mayoría está encuadrada bajo direcciones sindicales traidoras.
La crisis golpeará más duro. Si es así y tenemos una política adecuada, lo que hoy es un diálogo mañana se convertirá en una experiencia por la cual los clasistas podremos avanzar sobre la base que hoy sigue a la burocracia, ampliando nuestra influencia a través de esa experiencia.
Transformar los sindicatos y construir coordinadoras para la lucha anti capitalista
En caso de recuperar sindicatos, nuestro objetivo no puede quedar allí sino en transformarlos. No los queremos solo para defender mejor a sus afiliados y nada más. Volviendo al caso de docentes, un sindicato o seccionales clasistas deberían dirigir su mirada y buscar una ligazón con toda la comunidad educativa. Con los padres que van a buscar los “bolsones” de comida que se entregan cada 15 días y no alcanzan ni para una semana, que en la mayoría de los casos no tienen ni carne ni frutas ni verduras. Esos mismos padres, muchos ya pasaron a las enormes filas de desocupados. Están allí también los auxiliares que permanentemente ya hacían magia para darles de comer a los chicos con los flacos presupuestos. Hay miles de jóvenes que se empiezan a organizar por sus derechos. Esta unidad entre los trabajadores, el pueblo pobre y la juventud, la llevamos a cada lugar de trabajo y sindicato. Tiene que ser general porque estamos en una crisis de conjunto donde ningún sindicato o sector va a salvarse solo. De allí que es necesario garantizar la unidad del conjunto de la clase trabajadora y del pueblo pobre para estar a la altura del ataque que está en curso pero que pegará saltos muy grandes.
Con este fin, la política hacia los sindicatos es luchar por sacarlos en primer lugar de la tutela del Estado. Esto significa que no deben pelear solo por el sector de la clase obrera que cada uno representa sino por el conjunto de las masas explotadas. El ejemplo de docentes que pusimos arriba va en ese sentido. No aceptamos las formas y funciones que el Estado les reserva a los sindicatos, limitándolos la discusión por gremio sobre salario y condiciones de trabajo, mientras el país entero puede sufrir un saqueo histórico. Para ello hacen falta direcciones clasistas.
Esto también significar tomar en cuenta y pelear por las demandas de los sectores tercerizados y precarizados de la clase trabajadora, buscando unir a los efectivos, contratados e informales. Esa unidad es fundalmental para enfrentar a las patronales.
Los sindicatos tienen estatutos antidemocráticos, que le dan plenos poderes a la conducción de turno. La decisión de las bases y las asambleas son escasas, no hay representación de las minorías, nadie controla las cuentas. Y se reeligen por siempre. Por eso hay muchos dirigentes que tiene 30 o 40 años atornillados a los sillones. No va. De ahí la pelea por modificar los estatutos de cada sindicato recuperado, como hicieron en su momento los ceramistas neuquinos con los obreros de Zanón a la cabeza.
Sobre este "plan" organizamos los plenarios abiertos. Para buscar la fuerza inicial que nos permita pelear dentro de las organizaciones de masas por su dirección para transformarlas en órganos de lucha de toda la clase obrera contra el capitalismo. Sin esa fuerza inicial, toda la política pierde sentido. Nadie puede pelear en los sindicatos, ni transformarlos sin la fuerza militante de miles y miles que den esa pelea con los dirigentes de los sindicatos recuperados y los delegados anti burocráticos que se conquisten.
Y en los momentos decisivos, o de luchas mas duras surgirán organismos superiores como fueron las Coordinadoras en el año 75, o los Cordones Industriales en Chile en los 70, como fueron los Consejos (los llamados soviets) en la revolución rusa. Organismos que unifiquen en la lucha a todos los explotados, no solo a los afiliados.
La crisis que se viene
El mundo no será el mismo con la crisis que estamos pasando. No es una crisis de coyuntura, sino histórica. El amague de expropiar a Vicentin y acuerdo con los bonistas, y postergar una vez mas a los jubilados son hechos donde quedan al descubierto las opciones y decisiones políticas que va tomando el gobierno, cediendo frente a los grandes empresarios y especuladores, aunque aún hoy la enorme mayoría no lo vea así. También se ve el rol que jugará la burocracia sindical como agentes de los empresarios.
Para evitar la catástrofe, que nuestras condiciones de vida y la de nuestras familias no se hagan insoportables la pelea empieza desde ahora. La consigna “Que la crisis la paguen los capitalistas” es para que sean los grandes empresarios, los banqueros y los grandes dueños de tierras, que paguen y no los trabajadores o los pequeños comerciantes arruinados.
El programa que levantamos debe mostrar las vías para que la crisis la paguen ellos
El Frente de Izquierda Unidad es una gran herramienta para que estas ideas lleguen a millones y para conquistar bancas que sean tribunas y herramientas al servicio de los trabajadores y todos los oprimidos. La Izquierda Diario es un medio, también, para llegar a millones.
Pero junto con esto se precisa de una organización directamente política, que no se puede suplantar por nada. Un partido revolucionario, que se vaya fogueando en los combates actuales y los que vendrán inevitablemente. En las huelgas por despidos, en los cierres, en los lock-out. Un partido debería pensar las tácticas, las propuestas y el diálogo para llegar a millones y levantar programa para que la crisis la paguen los capitalistas. Debería alertar los peligros por venir, educar a sus propios militantes y a los sectores más amplios a través de todos los medios posibles en la inevitabilidad y la magnitud del ataque patronal, el rol que jugarán los partidos del régimen y la necesidad de usar toda la fuerza para evitar que se impongan los grandes empresarios. Colaborar en la recuperación de las organizaciones de masas y en el impulso de la autorganización, y que llegado el momento, hará falta un partido "se atreva" a tomar el cielo por asalto para conquistar un gobierno de los y las trabajadoras que abra el paso a una sociedad sin explotación ni opresión, que es la única forma que no se imponga la degradación de nuestras condiciones de vida y de trabajo que nos tienen reservados los grandes empresarios.
Desde ese ángulo, necesario, imperioso, insistimos en la urgencia de organizar a los sectores de vanguardia. Reiteramos a los compañeros y compañeras del resto de la izquierda sobre esta necesidad. Invitamos por otro lado a todos y todas aquellas que comparten esta lucha y esta perspectiva, a impulsar esta política juntos y construir en común el partido que se necesita para llevar a cabo tamaña tarea. La historia ya empezó y su resultado comienza a jugarse desde ahora. Lo que estamos viviendo hoy con el aumento de la desocupación y pobreza, no es más que el inicio de lo que está por venir. Cuando termine la pandemia y el Estado termine con el apoyo económico a las patronales, estas descargarán sus costos sobre nuestros cuerpos y nuestro nivel de vida. Todo pronostica, a mayor o menor nivel, no solo saltos en la de desocupación sino también de hambre. No hay mayor tiempo que perder y que cada uno de nosotros y nosotras está llamado a jugar un gran papel, indispensable e impostergable.
Jonatan Ros
Carlos “Titín” Moreira
Miércoles 19 de agosto | 14:25
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