La “apertura” de la cuarentena a pedido de las grandes patronales de la industria y el comercio ha disparado los contagios, agravando el colapso del sistema sanitario del país. Los números hablan por sí mismo. Hospitales y servicios cerrados. Pabellones y guardias atendidos por un solo trabajador. El personal que se ha incorporado no tiene relación alguna con las necesidades y se hace a través de contratos por tres meses como monotributistas. El sector más golpeado de la salud, entre la falta de personal en general, es el de enfermería.
Ante esta situación, centenares de trabajadores autoconvocados de toda la provincia de Buenos Aires a través de algunos grupos de WhatsApp y asambleas por Zoom están coordinando una iniciativa en el Día de Sanidad, el 21 de septiembre. La jornada, que comenzó con la idea de una campaña de visibilización por redes sociales ante la cantidad de compañeros de enfermería fallecidos por covid, viró a la convocatoria de una movilización de Congreso a Plaza de Mayo con cortes de ruta en el interior, para entregar al jefe de gabinete Santiago Cafiero un programa amplio de reclamos.
El presidente Alberto Fernández niega los contagios en los lugares de trabajo, pero ya son 17.000 los trabajadores de la salud infectados. De los 50 fallecimientos registrados en el sistema público -no hay registros del sistema privado- la mayoría es personal de enfermería.
El gobierno nacional, en lugar de abrir un reclutamiento masivo de personal, ha emitido una resolución conjunta del ministerio de Salud y el de Trabajo del 12 de agosto que bloquea los licenciamientos hasta marzo del 2021. El gobierno pretende obligar a los trabajadores a resistir todo el peso de la pandemia sin reforzar en lo más mínimo el sistema sanitario. La lucha contra la pandemia es, para el personal de salud, una lucha de vida o muerte.
En los municipios, para contener esta situación, se están pagando horas extras al 100% y bonos por jornadas de 40 horas. La presión por aceptar esta sobreexplotación se debe a que, además, las paritarias están congeladas. Con enormes contingentes de trabajadores enfermos, afectados por el estrés y salarios de pobreza, la situación se hace insostenible. Muchos compañeros piden licencia psiquiátrica.
La pandemia ha dejado ver con claridad que en los hospitales el rol de los sindicatos es el de cogestión con las patronales y autoridades públicas. Muchos trabajadores, sin protección por parte de los sindicatos, han iniciado cautelares para asegurarse los insumos necesarios. Frente a esto, las autoridades han tomado represalias, negando a los trabajadores días de descanso o enviándolos a cumplir tareas en hoteles y clubes, donde las ART no cubren enfermedades por no figurar esos lugares como razón social de origen.
El programa comienza con el reclamo de una cobertura económica y la manutención de obra social para las familias damnificadas por el fallecimiento, hasta la mayoría de edad de los hijos del hogar. La apertura de las paritarias y el reclamo de un salario básico de 70.000 mil pesos para todo el personal de enfermería. El pase a planta del personal contratado. El reconocimiento de profesionalidad para todo el personal que permita el concurso de nuevos cargos. La reducción de la jornada del personal a 6 horas. Pase a convenio del personal domiciliario para terminar con el monotributo. Retrotraer la situación jubilatoria a los 55 años de edad, con 25 años de servicio.
La convocatoria ya se ha hecho eco en algunas provincias, como Santa Fe, San Juan y Jujuy, y despierta gran entusiasmo entre los trabajadores de enfermería. Desde la Tribuna de Salud saludamos la iniciativa y alentamos a la participación y organización de la jornada.
Todo el movimiento de salud debe sumarse a través de asambleas, reuniones, indistintamente de su profesión o gremio, en defensa de la salud pública, de los derechos laborales y de la vida. Por una coordinadora nacional de salud.
Maxi S. Cortés
29/08/2020
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