El rechazo de la docencia porteña a la intención del gobierno de Rodríguez Larreta de reabrir las escuelas se hizo sentir en todos los distritos y en todos los niveles. Supervisores y directivos se han pronunciado en contra de esta medida del GCBA y han lanzado una carta abierta y un petitorio dirigido a toda la comunidad educativa, apelando al apoyo no sólo de los docentes, sino también de los auxiliares y las familias. A su vez, se desarrollaron asambleas por escuelas, por sector y asambleas en varios distritos. En la Villa 31, familias y docentes concentraron en la puerta del Ministerio de Educación, en rechazo a esta política.
Una asamblea unificada (sin distinción de afiliación), convocada por Ademys, congregó a casi 500 personas. Fue un termómetro de la agitación que recorre al gremio. En las intervenciones se leyeron mandatos por escuela, dando cuenta de una organización profunda. Finalmente, se votó al huelga y una caravana para el 31 de agosto próximo, y una nueva asamblea para darle continuidad al plan de lucha. El lunes 24, mientras se reunía la asamblea de Ademys, se registró un nuevo récord de contagios y muertes por COVID 19.
El sindicato UTE, en vez de convocar a un plenario de delegados y referentes por distrito para organizar la lucha, prefirió reunirse con el ministro nacional, Trotta, del mismo palo kirchnerista. Frente a la rebelión docente, el ministro intenta disimular su orientación aperturista – él fue el promotor del ´protocolo nacional´ para el regreso a las aulas.
La intervención decidida de la docencia ha detonado una crisis política. Luego de que Larreta confirmara que tenía el aval de Trotta para su plan de ´reapertura escalonada´, el ministro nacional declaró que en la Ciudad no están dadas las condiciones epidemiológicas para el regreso a las escuelas. CTERA también sacó un comunicado en esa línea, luego de haber avalado la decisión ´aperturista´ del Consejo Federal de Educación. Estas oscilaciones se añaden a la renuncia de Adriana Puiggrós, referente de la ´progresía´ filo K y de la burocracia celeste.
Ahora bien, en estos días, el titular de la cartera nacional de educación tiene que firmar el protocolo de Rodríguez Larreta, requisito para avanzar con el regreso. La rebelión docente ha introducido una cuña en el ´co-gobierno pandémico´ de Fernández-Larreta-Kicillof. El jefe de gobierno porteño ha pretendido encarnar de manera cabal el interés de la burguesía, que pide a gritos el regreso a las aulas para poner a trabajar a los padres. El parte oficial es que el ritmo de contagios baja – y ‘tudo bem’.
Ha trascendido que, si los docentes no abrimos las escuelas, el gobierno porteño recurrirá a personal de otras áreas educativas, o sea que hagan de esquiroles. Para evitar la apertura por medio de estas maniobras habremos de formar piquetes.
Aumentan los contagios: a las aulas no volvemos
Esta lucha es de vital importancia. Es un aliciente para el movimiento sindical de la Ciudad y para la docencia de Provincia de Buenos Aires.
Nos pronunciamos en contra del regreso a las aulas en estas condiciones.
Seguimos reclamando conectividad en los barrios y PC para todos los estudiantes.
Es necesario poner en pie una asamblea intersectorial, que nuclee a las familias, los auxiliares, los docentes y trabajadores de la salud u organizaciones sociales que tengan injerencia en los barrios de los distritos educativos.
¡Vamos a la huelga por el triunfo de la lucha docente!
¡Vamos con todo a las asambleas distritales!
Organización y lucha en defensa de la educación y la vida.
Flor Palombo
25/08/2020
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