domingo, 9 de julio de 2017

Fundación Libre: ideología para el troll macrista



La derecha empresarial argentina cuenta con un grupo de apologistas que, reunidos en la Fundación Libre, cuya cabeza es el misógino declarado Agustín Laje, pretenden ser la avanzada ideológica de la meritocracia macrista y de los trolls de Marcos Peña.

Así se presenta al público el grupo de jóvenes que pretenden llevar a cabo la batalla cultural contra el marxismo: "La Fundación LIBRE es un Centro de Estudios (think tank) nacido en la ciudad de Córdoba, Argentina (...) nuestra misión es tomar protagonismo en la batalla cultural que se está desarrollando en Occidente, a los efectos de contrarrestar la ideología progresista hegemónica y el imperio de lo políticamente correcto, e impulsar ideales de libertad individual, responsabilidad y republicanismo". Desde la fundación los representantes de la derecha liberal se presentan como parte de una "nueva corriente juvenil que está naciendo con fuerza en todo el mundo, y que ha llegado para desafiar al neomarxismo en todas sus expresiones". Lo que ellos llaman "neomarxismo" estaría representado por el feminismo, las militancias por la disidencia sexual y de género, los movimientos de derechos humanos, los planteos de ampliación de los derechos democráticos en general y por supuesto la izquierda revolucionaria.
Como fundación son la versión berreta, formadora de trolls, de la Fundación Libertad que responde a la misma entidad internacional presidida por el escritor reaccionario Mario Vargas Llosa y que se plantea en términos similares la lucha por la "libertad y el republicanismo".
Los think tanks de la derecha se ofrecen como forma de reclutamiento moderno de cuadros ideológicos y técnicos de una derecha representada por lobbys de multimillonarios y empresarios que se ha dedicado a destruir toda conquista social y los derechos laborales de la clase trabajadora. Como tales, estas fundaciones son expresión de la crisis de los partidos tradicionales de la burguesía y de la miseria ideológica de los empresarios devenidos políticos al estilo Berlusconi y Macri que engrosan las filas de Cambiemos.

Neoliberalismo conservador y oscurantista

Los tópicos que se pretende combatirla Fundación Libre en la "batalla cultural" son: el mito setentista, el populismo, el feminismo, el salario mínimo, la idea de igualdad y lo que la pensadora norteamericana Nancy Frazer dio a llamar "neoliberalismo progresista", que ha sido una herramienta igual de útil para los intereses de empresarios y multimillonarios en su búsqueda incesante de ganancias.
Para el misógino Laje y sus seguidores está planteada una batalla cultural contra un supuesto progresismo que es "el hijo necesario de la crisis histórica del marxismo clásico que derivó de la absorción de la clase obrera por el capitalismo avanzado. Habiendo quedado huérfana de su sujeto revolucionario arquetípico, la izquierda se replegó sobre la juventud que protagonizó en la década del ’60 hechos de trascendencia mundial como el Mayo Francés, los movimientos contraculturales y la emergencia de la New Left norteamericana". Para la fundación "los viejos principios socialistas de lucha de clases, materialismo dialéctico, revolución proletaria o violencia guerrillera, ahora fueron reemplazados por una rara ingesta intelectual promotora del “indigenismo ecológico”, el “derecho-humanismo” selectivo, el “garantismo jurídico” y por sobre todas las cosas, por aquello que se denomina como “ideología de género”, suerte de pornomarxismo de tinte pansexual, impulsor del feminismo radical, del homosexualismo ideológico, la pedofilia como “alternativa”, el aborto como “libre disposición del cuerpo” y todo tipo de hábitos autodestructivos como forma de rebelión ante “la tradición hetero-capitalista” de Occidente".
Ciertamente, fue la derrota del movimiento obrero por represión y dictaduras genocidas como en el Cono Sur y fundamentalmente por la traición y el pase al campo del neoliberalismo y la restauración capitalista de las direcciones reformistas, lo que explica el retroceso de las ideas socialistas de la lucha de clases y no la integración de la clase obrera en el capitalismo como se plantea Laje.
En ese marco el progresismo, como ala izquierda del neoliberalismo, se plantea la cooptación de los movimientos sociales y reivindicativos de diversas capas de la población. En América Latina el fracaso del neoliberalismo se manifestó en grandes rebeliones sociales que llevaron al poder a fenómenos autodenominados populistas, que en lo fundamental no cambiaron las bases estructurales del neoliberalismo.
Para la Fundación Libre, por el contrario, todo cuestionamiento parcial, aun desde los intereses comunes de la burguesía, de los postulados neoliberales, es tildado de "neomarxismo". Toda critica al patriarcado, es degeneración y pedofilia, ocultando que la principal institución encubridora de pedófilos es la Iglesia Católica, a la que se resguardan de criticar por ser guardiana moral de la sociedad capitalista.

Contrarelato o negacionismo neonazi del genocidio

Agustín Laje recibió una beca para estudiar contraterrorismo en el Center of Hemispheric Defense Studies de la National Defense University (Washington DC). Con esta formación dictada por el Pentágono y la CIA, se presenta como una autoridad para refutar la existencia de un genocidio en nuestro país.
Según Laje, el “setentismo” es el relato de los “interesados en reescribir el pasado” en aras de santificar a los "terroristas" ocultando sus "crímenes" y la demonización de las Fuerzas Armadas. Para la Fundación la reivindicación de la “memoria” porque va que va en desmedro de hechos históricos supuestamente comprobados. Es decir son partidarios del negacionismo que se escuda en el discurso de la memoria completa.
No es casual que los referentes de la Fundación paseen sus plumas por el portal Infobae, partidario del negacionismo, ni que reivindiquen a filósofos de pacotilla como Sthepen Hicks que se quejan de que mientras en EEUU la juventud tiene por ejemplo a seguir a Stevie Jobs en América Latina el ídolo juvenil sea el Che Guevara.
Para la Fundación Libre el genocidio vino a liberar a la Argentina de la amenaza subversiva y bien vale la libertad, de mercado, un genocidio acompañado de campos de exterminio, torturas, violaciones, apropiación de niños y demás crímenes de lesa humanidad. Después de todo los beneficiarios de aquellos crímenes son los mismos capitalistas que desde la dictadura manejan el poder real de la Argentina, y que hoy son poder político por vía democrática. Para ellos toda política de reconciliación que no parta de la negación plena de un genocidio es una terrible concesión a las victimas que no son más que la amenaza marxista disfrazada de movimiento de derechos humanos.

Contra el confusionismo del neoliberalismo progre

A tono con los sectores más trogloditas de la reacción y el oscurantismo, cual si fueran de la Iglesia Lefebvriana o del Opus Dei, el problema del auge del "neomarxismo" se debe a la actitud tibia del liberalismo relativista y culturalista que permite que se borren los valores de Occidente y el capitalismo: "en el contexto mundial actual, caracterizado por el “choque de civilizaciones” que supo anticipar Samuel Huntington, y una batalla cultural encabezada por el marxismo cultural hacia el interior de Occidente, pienso que no hemos determinado con exactitud cuál es la principal línea divisoria del liberalismo hoy, y gran parte del malestar que dentro de éste se vive se explica por aquello (...) distinguir entre los dos liberalismos de nuestro tiempo: ese que es consciente de la importancia de la moral, la historia y la tradición, y ese otro que construye individuos abstractos —¿no se quejaban ya de esto desde Montesquieu y Burke a Hayek?— cuya libertad puede ser gozada al margen de cualquier regla moral y de cualquier valor tradicional: un liberalismo que, en una palabra, podríamos catalogar como “externo a la historia”"
Como buenos reaccionarios Laje y sus escribas consideran que el "neoliberalismo progre "es un lastre en el que se escuda el "neomarxismo". Lejos de eso fue una forma de cooptar a los movimientos sociales y democráticos y de separar sus demandas de la lucha de clases y la perspectiva socialista. Permitió legitimar la dominación capitalista tras la caída del estalinismo y el retroceso fenomenal de la clase obrera en los 90.
Laje y los suyos reclaman, en su queja contra un liberalismo "compasivo", que se haga tabla rasa de toda concesión democrática y reivindicación plebeya: "es necesario que los principios fundamentales de la vida, la libertad y la propiedad privada no queden a merced de un grupo radicalizado que constantemente afrenta contra los valores tradicionales en búsqueda de establecer reglas morales a su gusto y antojo". por el contrario exige que se naturalice la más brutal explotación y opresión capitalista como forma suprema del régimen social: "no existe democracia más directa y constante que la ofrecida por el mercado, en la cual todos los días se realizan elecciones poniendo en diferentes posiciones a los participantes de acuerdo a la calidad del servicio que nos brinden".

Populismo

La Fundación Libertad suscribe plenamente la construcción mitrista de la historia y defiende la tesis según el cual el populismo, al buscar la conciliación de clases, degenero al país burgués creado por Julio Argentino Roca y el genocidio de los pueblos originarios. El problema para esta gente, es que para evitar la confrontación con el movimiento obrero los caudillos políticos argentinos recurrieron al populismo en desmedro de la meritocracia oligárquica: "desde el gobierno de Hipólito Yrigoyen hasta la fecha, el Estado Paternalista Intervencionista se consolidó como eje central en el desarrollo de las formas de gobierno dejando atrás, poco a poco, el progreso y aquella Argentina apodada “Granero del Mundo”. El empoderamiento de esa forma de gobierno condescendiente dejó sin incentivos el desarrollo profesional de los ciudadanos respecto al progreso y su fortificación mediante reforzadores positivos".
La función del populismo en Argentina, o mejor dicho del nacionalismo burgués, fue la de contener a la clase obrera dentro de los marcos del orden social, cooptando sus organizaciones, estatizándolas, cediendo ciertos derechos para regimentar la fuerza de los trabajadores. Para estos retrógrados del neoliberalismo se trata simple y sencillamente de volver al reinado pleno del empresario y el patrón de estancia.

Explotación cruda

Para la Fundación Libre, la imposición del salario mínimo, es decir de un piso para calcular el valor de la fuerza de trabajo, atenta contra la libertad y la naturaleza de la sociedad: "El salario mínimo es uno de los errores más garrafales en las políticas públicas y no es más que uno de los tantos ejemplos en los que la lógica cede ante las emociones. Pues bien, teniendo en cuenta que el salario no es más que el precio de la mano de obra, que a mayor precio de un producto menor demanda de éste, y que elevar el salario mínimo implica encarecer la mano de obra, la consecuencia necesaria de esta medida defendida por todos no es más que una disminución en la demanda de empleados". En este sentido, Laje y sus lacayos son promotores de una política que el macrismo en alianza con el empresariado está llevando adelante y que es reventar los convenios colectivos y las conquistas de los trabajadores. El ataque al salario mínimo es la posición extrema de esta ofensiva patronal, su máxima expresión de deseos, una sociedad libre de sindicatos y lucha de clases que obliguen al capital conceder frente al trabajo.

El lujo es vulgaridad

Laje y los suyos son nenes de papá de universidades privadas y habitué de barrios cerrados que desprecian a los trabajadores, a los pobres, los jóvenes y las mujeres. Así de prepotentes falsifican la historia y dicen muy sueltos de cuerpo barbaridades como que: "el día internacional de la mujer, que se festeja en todo el mundo cada 8 de marzo, rememora el hecho trágico de un accidente laboral en donde murieron un centenar de trabajadoras en Nueva York a principios del siglo XX".
Recurriendo a los sentidos comunes más vulgares de una burguesía embrutecida sostienen la meritocracia como ideal de vida al mejor estilo An Ryad (la escritora favorita de Mauricio Macri Blanco Villegas) y exigen que sus impuestos dejen de mantener vagos. La reproducción hasta el infinito de un individualismo acomodaticio reproductor del orden social. Este discurso es el que repiten incansablemente los trolls que utiliza el macrismo para atacar en las redes sociales toda critica a su gestión y defenestrar toda lucha obrera o popular.
La Fundación Libre es el brazo ideológico de esa nueva especie que son los trolls macristas. Arribismo social, marketing duranbarbista y neoliberalismo oscurantista y reaccionario, el cóctel vulgar del republicanismo de Cambiemos.

Facundo Aguirre

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