domingo, 23 de julio de 2017
Elisa (des) Carrió: un cuento progresista que terminó en la derecha
La candidata “anticorrupción” que no resiste archivo. Apoyó a los sojeros en el conflicto del campo. Hoy es candidata del oficialismo tras haber denunciado a la familia Macri por corrupción.
Como orgullosa integrante del espacio oficialista Cambiemos, Elisa Carrió competirá en la Ciudad de Buenos Aires bajo la denominación "Vamos Juntos" que la lleva como primera candidata a diputada nacional.
Su campaña comenzó con todo. No escatimó declaraciones contra los trabajadores. Con ese porte de señora “bien” que la caracteriza, bien tostada y arreglada para la ocasión dijo, en sintonía con el gobierno nacional: "Tenemos que discutir el costo laboral porque es tan grande que en realidad un empleado te cuesta dos empleados, y si te cuesta dos empleados, falta el empleo para uno”.
Así, sin que se le mueva ni un poquito el peinado, avala los despidos en la industria, que están siendo resistidos por los trabajadores como en PepsiCo, e intenta crear un “clima” favorable para que el gobierno imponga una reforma laboral como en Brasil.
La anticorrupta que no resiste archivo
“No avalaré delincuentes en Cambiemos”, disparó. A Cristian Ritondo, Ministro de Seguridad bonaerense, quien ordenó la represión a los trabajadores de PepsiCo, lo atacó por estar implicado en el narcotráfico y en manejos turbios con la policía. A Jorge Macri, actual intendente de Vicente López y vicepresidente del PRO en PBA, lo acusó de corrupto narcotraficante.
También denunció mediáticamente a otros intendentes del PRO, a papá Franco y a empresarios amigos de Macri, como Calcaterra. Y confesó que Durán Barba la odia porque “tiene la estrategia de correr al radicalismo y, sobre todo, a mí”.
“Es importante que Cambiemos gane para asegurarnos de que no vuelva a haber delincuentes en el Congreso", se despachó. No hace falta “Lilita”, los delincuentes también están en Cambiemos.
Estas denuncias “bomba” contra referentes del espacio que integra junto a Mauricio Macri las hizo hace no más de dos meses, cuando se preparaban las listas para las legislativas de octubre. Buscaba mantener un perfil “anticorrupción” para negociar su candidatura a diputada por la Provincia de Buenos Aires, sin internas en las PASO e imponiendo así sus propias condiciones. En ese momento declaró que no quería “que la interna del PRO destruya a Cambiemos".
Finalmente consiguió la candidatura a primera diputada por Ciudad de Buenos Aires, pero no reparó en lo contradictorio de su propio discurso. Todos a los que ella denunció hace pocas semanas continúan en el gobierno e incluso son parte del armado electoral como colaboradores u organizadores de la campaña de los candidatos de Cambiemos.
Pero los “trapitos al sol” no terminan acá.
De cuna radical, una trayectoria oscura desde sus inicios
Nació en Resistencia, Chaco, en 1956 en una familia acomodada. Cursó sus estudios primarios y secundarios en su provincia natal, luego se recibió de abogada en la Universidad Nacional del Nordeste en el año 1978.
En 1979 se convirtió en fiscal, durante la dictadura cívico-militar. Su contrato fue aprobado por decreto provincial N° 72 firmado por el Interventor de facto del Chaco General de Brigada Antonio Facundo Serrano.
Sin embargo, su carrera política en las grandes ligas comenzó con la Constituyente de 1994, bajo “el Pacto de olivos”, en la que consiguió ser electa con ayuda de su padre, radical de siempre en la provincia de Chaco.
Gracias a este “pacto” del que Carrió fue parte, el menemismo consiguió un mandato más, impulsando un serie de ataques a los trabajadores y el pueblo tales como la reforma laboral (1996), la ley de jubilaciones (1993), ley Federal de Educación (1993), entre otras aberraciones.
Luego de su bautismo de fuego en la política fue candidata a diputada nacional en 1995 y 1999 por su provincia y en ambas oportunidades fue electa: primero por el radicalismo y luego por la Alianza encabezada por De la Rúa. Luego presentaría algunas diferencias con el Frente Amplio y entonces forma Argentinos por una República de Iguales (ARI), el primer espacio con este nombre. Fue en realidad una nueva farsa montada para recibir a los sectores de la centroizquierda desencantados con la Alianza. Lo demás, ya es historia conocida.
Descarriada en acción
Hace poco tiempo, cuando todavía era del ARI y de la Coalición Cívica, también lanzó duras críticas y acusaciones contra Macri, por aquellos años dirigente del PRO en la Ciudad de Buenos Aires. Eso de disparar contra los que después serán sus aliados ya es un estilo adquirido para la diputada.
“Es un empresario ligado al robo del país en los años noventa". "Está claro que Mauricio Macri tiene una incompetencia feroz. Alguien le tiene que decir: ’You are stupid’". "Lo que gasta @mauriciomacri en campaña es un escándalo. Gastan millones que sale de la publicidad oficial, a mí me dio vergüenza".
“Cómo funciona el régimen de saqueo en el país. Negocios entre contratistas privados o entre empresarios privados con negocios con el Estado o por defraudación por evasión impositiva, contrabando, etc. Se puede llamar Macri, Meller...”
“Que haya sido derrotado Macri es un... La verdad era como un parto. Yo no lo podía creer, no sabía cómo le iba a poder explicar a mis hijos que empresarios ligados al robo del país pudieran ganar...”
Estas denuncias intentaban construir una oposición viable al gobierno de Cristina bajo la imagen de una progresista, democrática y honesta. Pero resulta que su “lucha contra la corrupción” es adaptable a su juego por perdurar en el poder y se cuida de manchar a quién sea su socio político del momento.
Con la vaca atada
Como miembro de la Coalición Cívica había organizado una alianza junto a los radicales y los socialistas. El Acuerdo Cívico y Social (ACyS) surgió en 2008, con el fervor ruralista que le despertó a los opositores al gobierno de entonces el conflicto del campo. Todos apoyando a la Sociedad Rural.
La “rebelión” del campo se desarrolló durante 2008 para evitar que el Gobierno de Cristina Kirchner impusiera retenciones a la renta sojera. Finalmente, con el voto “no positivo” del radical que había llegado al Congreso de la mano del kirchnerismo por su política de “transversalidad”, Julio Cobos, los poderosos del agrobussiness salieron triunfantes.
En las elecciones del 2011 “Lilita” se presentó nuevamente por la Coalición Cívica, esta vez en alianza con la diputada Patricia Bullrich y su partido Unión por Todos. El objetivo era uno y claro: derrotar al kirchnerismo con el "Contrato Moral" como estandarte. En esas presidenciales obtuvo el último lugar, 1,82% de los votos.
Pero volvió a intentarlo, ahora sumando de aliados a falsos “progresistas” prosojeros: organizó un frente con Pino Solanas, conformando el espacio UNEN, junto a Proyecto Sur, el GEN, el PS, algunos radicales y otros espacios más pequeños y nombres como el de Victoria Donda y Alfonso Prat Gay. El UNEN se unió a los radicales y al Frente Amplio y llegaron al FAUNEN. Pero Lilita volvió a irse antes de que lleguen las presidenciales del 2015.
Progresismo sin derechos (no por ser mujer)
“Yo aclaré perfectamente que estoy en contra de la despenalización del aborto. No estoy de acuerdo. ¿Está claro?”. Carrió se opone desde siempre a la despenalización del aborto, ni hablar de legalizarlo como exige la Campaña por el Derecho al Aborto hace más de una década a través de un proyecto de ley que siempre impidieron que se discutiera en el Congreso. De esta manera avala el aborto clandestino, motivo por el cual mueren 300 mujeres al año, lo que constituye un femicidio estatal.
“Lilita” siempre se mostró fiel a los mandatos de la cúpula de la Iglesia católica, muchos la reconocen por su misticismo apasionado.
Su subordinación al clero la llevó a abstenerse en la votación de la ley de matrimonio igualitario siendo una de las pocas de su bloque en el parlamento. Esta ley fue una conquista, después de años de lucha del colectivo LGTBI, y significó una ampliación de derechos.
Al momento de la sanción de aquel proyecto el bloque de la Coalición Cívica votó en su mayoría afirmativamente con la salvedad de las tres abstenciones de Elisa Carrió, Alicia Terada y Alfonso Prat Gay. Además, no tan llamativamente, estuvo ausente cuando se aprobó la Ley de Identidad de Género y la Regulación del Trabajo doméstico.
También se mostró contraria a ley de extracción compulsiva de ADN para chequear la identidad ante posible casos de hijos de desaparecidos apropiados por la dictadura, un proyecto impulsado por Abuelas de Plaza de Mayo en medio del debate nacional respecto de la posible apropiación durante la dictadura de los hijos de Ernestina Herrera de Noble (dueña del grupo Clarín).
Gracias a esa postura, Carrió fue expulsada de la APDH (Asamblea Permanente por los Derechos Humanos) por decisión unánime de su comisión directiva.
En campaña
Desde el 2003 Elisa Carrió viene participando directa o indirectanmente de las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, en el que puede considerarse su bastión político. Con "Lilita" al frente como protagonista Cambiemos lanza su campaña con denuncias contra exfuncionarios kirchneristas como Julio de Vido, sin duda vinculado a la trama de corrupción del gobierno anterior en la obra pública.
Pero la candidata lo utiliza para imponer otra agenda pública nacional, en la que no se hable de los verdaderos padecimientos que sufren las mujeres, la juventud y la clase trabajadora.
Una vez más se pone la camiseta de los valores de la república. "Voy a controlar que Cambiemos cumpla y respete la Constitución", dice. Pero lo hace para jugar a lo que mejor sabe: legitimar un sistema social corrupto y a un gobierno que lleva adelante un plan de ajuste contra el pueblo trabajador, lavarle la cara denunciando lo humano y lo divino... hasta que dure el próximo recuento de votos.
La más ausente del Congreso
Carrió trató de vagos a los argentinos en enero pasado, pero en 2016 faltó al 80 % de las votaciones de la Cámara de Diputados.
Reforma laboral
Negó que falte trabajo: "Lo que no hay es gente capacitada, hace 20 años que lo veo".
Sobre Macri
"El presidente llegó millonario y se va a ir pobre”
Frente al 2x1 a los genocidas
Ausente en la votación en el Congreso defendió el fallo de la Corte, al que definió acorde con el derecho "positivo liberal".
Prisión domiciliaria para los represores
A favor de la prisión domiciliaria para los represores y genocidas: "No creo que responda al derecho humanitario que gente de 80 años esté detenida en cárceles comunes”.
Liliana O. Caló
Ana Sanchez
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