La nueva Legislatura debutó con una clara señal: que sobre las espaldas de los trabajadores caiga todo el peso de la bancarrota capitalista.
Nuestro bloque presentó una serie de proyectos para blindar a los trabajadores frente al ajuste: prohibición de despidos y suspensiones, un bono de 7.000 pesos para los activos y pasivos estatales indexado hasta las paritarias (un reclamo sostenido con asambleas y movilizaciones por docentes autoconvocados y trabajadores de la salud), la derogación del diferimiento del pago de los aumentos a los jubilados (ley 10078), la eliminación de la Tasa Vial, etc.
Reclamamos tratar dos de ellos en la misma sesión: el aumento de emergencia y la derogación de la 10078 -una promesa de todos los candidatos a gobernador, incluido Schiaretti.
El oficialismo se opuso. Ha sido uso y costumbre en la Legislatura que las bancadas opositoras apoyen, por una "cuestión democrática", el reclamo de tratar sobre tablas un proyecto de cualquiera de ellas ante la negativa del oficialismo.
Esta vez, los "usos y costumbres" y la "cuestión democrática" se perdieron en menos de lo que canta un gallo. Radicales, juecistas, macristas y, en el punto salarial, también los kichneristas, apoyaron la negativa oficial.
La negativa sirve para cubrir un golpe en marcha contra las familias trabajadoras.
Mientras, Schiaretti y sus ministros adelantaron que no iban a dar ningún bono ni recomposición salarial a los empleados del Estado, se aprobaron fuertes aumentos en el transporte, la energía y el agua, incluso adelantados en casi dos meses: la luz aumentó el 15% y el transporte interurbano el 21%, sumando el 54% en el año. A esto se agrega el fuerte alza de los impuestos aprobados para 2016, que se aplicarán a partir de enero. Lo mismo hicieron todos ellos en los municipios que gobiernan.
Presupuesto "caduco"
El paquete de Macri, en cambio, recibió todo el apoyo de Schiaretti que, en realidad, se hizo eco de los festejos de sus patrones: Ratazzi, de Fiat; Urquía, de Aceitera General Deheza; Pagani, de Arcor. Por eso también rechazaron discutir un proyecto de resolución que presentamos repudiando la elección por decreto de los dos jueces de la Corte Suprema y los DNU y exigiendo la convocatoria a extraordinarias en el Congreso Nacional.
Para los trabajadores y el pueblo de Córdoba el paquete de Macri es un salvavidas de plomo. La devaluación ha hecho que en dos días la deuda pública (el 60% es en dólares) crezca en 5.000 mil millones de pesos. Schiaretti y sus ministros apuestan a un nuevo endeudamiento, que sería a tasas confiscatorias. El presupuesto aprobado en noviembre ni de lejos contempla la "nueva situación" (se armó sobre la base de un dólar a 10,50 pesos y una inflación del 24%), pero deja las manos libres a Schiaretti para reasignar partidas a gusto y piacere -es decir, que estamos en el principio de un descomunal ataque.
En el recinto, reclamamos que debían convocarse a extraordinarias para armar un presupuesto que proteja a los trabajadores y a la provincia, señalamos el carácter confiscatorio de las medidas y el propósito de beneficiar al gran capital financiero y los exportadores.
Un programa
Todo esto sucede con la complicidad absoluta de la burocracia sindical.
A través de nuestra banca en la Legislatura y la acción en los sindicatos estamos levantando un programa de reivindicaciones urgentes:
- Aumento de emergencia de 7.000 pesos (indexado) para activos y jubilados hasta las paritarias. Salario mínimo igual a la canasta familiar.
- Derogación de la 10078, 82% móvil para los jubilados.
- Prohibición de despidos y suspensiones.
- Anulación de los aumentos al transporte; a la energía y el agua para el consumo familiar.
- Derogación de la Tasa Vial.
- Impuestos resarcitorios para el Estado sobre Fiat, Urquía, Arcor y todos los capitales que se benefician con la devaluación.
Eduardo Salas
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