Este modelo múltiple, subsidiario y confuso, no cierra sin desigualdad. El hambre no es un hecho, una situación que comienza en el estómago, de hecho podríamos decir que ahí decanta, el tramo final de la tragedia sucumbe presuroso ahí en el cuerpo, última morada de la desgracia, después de eso, no más nada.
Los noventa, como les gusta llamarle al coro unísono del poder de turno, marcó el punto intermedio, el comienzo de una cadencia sustanciosa, que solo beneficiaría, como siempre, a los hegemónicos de adentro y de afuera.
Cadencia en música es la sucesión de sonidos armónicos que se suceden uno tras otro, es decir que sin esa sucesión es imposible componer el conjunto en forma coherente.
El hambre desborda su propia significación, es una palabra por la cual una sociedad es medida moral y éticamente; pero en un país como el nuestro que produce alimentos para millones esa medición es más potente aún.
La racionalidad oficial, el Estado como instrumento de las clases dominantes, construye un esquema de consenso basado en la irracionalidad de la desigualdad, genera indigencia y pobreza en los sectores más vulnerables de la población, a la vez que construye un esquema que naturaliza el abandono y la desidia.
Los más viejos, inservibles al sistema, mueren desprovistos de casi todo, en los hospitales públicos y privados. Un Estado que ha priorizado el pago de la deuda por arriba del 82% móvil y una atención jerarquizada y responsable a los mayores.
Eso también es hambre.
El 91,5 % de las 135 millones de toneladas de alimentos producidos en la Argentina, en el año 2008 se exportaba, esa cifra permanece estable, con una tendencia a mayor producción de alimentos.
Con eso se puede alimentar a 450 millones de personas.
Hay una imposición de la idea que Argentina solo cosecha granos, pero se produce algo más que eso, cereales, oleaginosas y carne vacuna, porcina, ovina y caprina, aves, huevos, hortalizas, frutas, azúcar y miel, la riqueza ictícola es enorme, peces, moluscos y crustáceo son parte de la captura marina.
La cuenta da que producimos 12 veces la cantidad de nuestra propia población.
A la vez que, aproximadamente 2 millones de personas no consumen los nutrientes mínimos, solo el 3,8 % de los alimentos queda en Argentina, pero la desigualdad se dibuja con los números de la renta pública, que desde el año 2012 creció un 50 % respecto del año anterior, se duplicó en 2013 y se volvió a duplicar en 2014, un 2,6 % del PBI nacional, algo más de 120 mil millones de pesos. (1) Mientras que se producen entre 26.000 y 28.000 calorías diarias por persona, solo se consume el 10% del total diario. (2)
La producción de carnes puede proveer de medio kilo de carne por persona diariamente, un kilo de pan per cápita es lo que corresponde a la producción de trigo. Paradójicamente el tipo de desnutrición frecuente en el país es la crónica, afecta al 8% de los niños menores de 6 años y a un 9% de los escolares; es decir, unos 700 mil niños.(3) La holgura de alimentos cosechados, alcanza para que cada argentino consuma diariamente un kilo de verduras variadas y medio kilo de frutas, (4) a pesar de esto el 38,8% de los niños y jóvenes residentes en zonas urbanas –cerca de 5 millones de menores– viven en situación de pobreza y un 19,6% padeció inseguridad alimentaria, según un informe de la UCA en el 2013.
Argentina es el primer país en el mundo en riqueza en relación a sus habitantes, sin embargo y a pesar de ello, todos recordamos el caso del niño Qom de 7 años que murió de desnutrición avanzada sumado a tuberculosis pulmonar.
El presidente de la Fundación Cooperadora para la Nutrición Infantil (CONIN), el doctor Abel Albino afirmó que la Argentina suma el 30 % de su población bajo los índices de la pobreza, mientras que en el país se produce el equivalente a tres cuartos de litro de leche por persona diarios. El 29 por ciento de los menores de dos años recibió leche en polvo de algún plan alimentario durante el año 2008, que es el año en que hay cifras oficiales detalladas.
El esquema productivo y de desarrollo adoptado en Argentina, en su interior es la continuidad de los ’90, en los cuales la extranjerización de la economía a favor de las transnacionales sigue intacto.
Bajo este mismo esquema, la producción se concentra en las primeras etapas de valor, siendo éstas las proveedoras de materia prima, en la medida que avanza el proceso de industrialización la producción se concentra en pocas manos, en general son empresas oligopólicas transnacionales, como también en empresas de bandera aliadas a éstas.
La concepción de granero del mundo, fue tan eficaz que, solamente para la producción de granos, en los últimos 25 años paso de 40 a 100 millones de toneladas por año, la producción de leche pasó de 8,4 a más de 10 mil millones de litros al año, mientras que la carne bovina creció 5% en 12 años, la producción de pollos para carne y huevos se duplicó en solo 6 años.
En el medio de esa dinámica de producción de alimentos, el Diario El Tribuno de Salta, a partir de los datos brindados por la jefa de servicio de Atención Primaria para la Salud (APS) del Hospital Juan Domingo Perón de la ciudad de Tartagal, Silvana López, sólo en ese Hospital fueron internados en estado de gravedad 9 niños afectados por la desnutrición. (5)
El contenido de desigualdad de las políticas públicas, es además de vergonzoso, un esquema que a futuro está destinado al total fracaso y que no tiene perspectivas de cambiar; agravado además por un brutal ajuste fiscal monitoreado por el FMI, y que tiene como centro el pago de la deuda externa y la extranjerización de la economía; generando un alto déficit fiscal, según muestran los datos relevados por el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyP), el 2011 cerró con un déficit de $ 11.773 millones. Esto se repitió en 2012 ($ 49.072 millones), 2013 ($ 85.058 millones) y también en 2014 donde, según Economía trepó a $ 109.720 millones.
El Hospital Perón de Salta, asistió a 193 menores de edad con bajo peso, de los cuales 150 presentaron cuadros relacionados con la falta de alimentación, en este marco, El Tribuno de Salta confirmó que el gobernador de esa provincia, Juan Manuel Urtubey, reconoció que “estamos controlando a 135.000 chicos en situación de vulnerabilidad, 40.000 más que hace 7 años”.
La mano del modelo se hace sentir permanentemente, no solamente en el sentido de un alto empobrecimiento de la población vulnerable, sino en la medida que el modelo hace sus ajustes, poblaciones que no se consideraban vulnerables pasan a serlo. Según la comisión técnica de ATE- INDEC, la pobreza alcanzó a 18,4% de los hogares y la indigencia a 4,4%. Medida en personas, hay 25,5 % de pobres y 5,5% de indigentes. Hablamos de casi 6.800.000 pobres de los cuales alrededor de 1.450.000 son indigentes.
Pero el mapa de la desigualdad-pobreza-hambre en Argentina no cierra sin antes dar cuenta de la debacle en la caída de mano de obra en algunas unidades productivas en el área de la agroindustria, a partir de una fuerte tecnificación del campo, fogoneado por un largo periodo de altos precios de los commodities y una fuerte dinámica exportadora; solamente la mano de obra directamente ocupada en la producción primaria se redujo un 25 % entre esos mismos años, incrementándose la ocupación total a nivel de las cadenas de valor.(6) Agregado a esto, hubo una gran valorización del precio de la tierra, que en termino de 10 años, la hectárea paso de U$S 2.000 a U$S 15.000.
Es en este mismo sentido, como en el caso de la mega-minería metalífera, en cinco provincias del país se concentra el 75 % del PB geográfico. Las desigualdades generadas por este programa-modelo de desarrollo se hacen sentir entre las provincias mismas, pero también al interior de ellas, proceso que viene de la mano de la zonificación y prospección de la riqueza de los territorios; estas asimetrías vienen acompañadas de desempleo, éxodo de poblaciones completas a las grandes urbes, como también un proceso de enmohecimiento de las infraestructuras físicas y logísticas de los territorios, y de su dinámica de flujos económicos y sus correspondientes articulaciones económicas regionales e inclusive internacionales. (7)
El hambre es un crimen.
Un crimen organizado bajo un programa hegemónico pergeñado a escala global por las transnacionales del rubro (el rubro de la muerte) y los centros de poder mundial.
Los generadores del crimen del hambre y la pobreza, que es además la desatención de los mayores, el aumento de enfermedades relacionadas al alto impacto sobre los sistemas ecológicos, son los mismos de siempre; solo que bajo otro disfraz.
Ramón Gómez Mederos, Secretario Adjunto de la CTA San Juan. Integrante del Espacio por el Agua de San Juan.
Notas:
1) Más déficit y más pobreza. Fabiana Arancibia. Red Eco Alternativo. rebelion.org 07/02/2015.
2) http://www.pagina12.com.ar/diario/e.... Base de datos R. Gómez Mederos.
3) Nahir Herrera, Perfil 05/02/2915
4) Idem 2
5) www.agenciacta.org . http://www.agenciacta.org/spip.php?...
6) Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Documento Base del Área Estratégica: Agroindustria. Año 2010-2015
7) Las múltiples formas de funcionamiento de un modelo-programa dependiente y subsidiario. R. Gómez Mederos. Notas y borradores 2014.
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