sábado, 28 de febrero de 2015

Graciela Ledo: “Los argumentos del Juez para proteger a Milani parecen de la Obediencia Debida”



Habla la hermana el conscripto Ledo, desaparecido en junio de 1976. Por el caso, está acusado de encubrimiento y falsedad ideológica, el jefe del Ejército César Milani.

Graciela es hermana de Alberto Agapito Ledo, desaparecido el 17 de junio de 1976 cuando hacía el servicio militar obligatorio en el Batallón de Ingenieros en Construcciones 141 de La Rioja, desplegado en la ciudad tucumana de Famaillá. La Izquierda Diario conversó con ella sobre las novedades en la causa judicial que se le sigue a César Milani por encubrimiento y falsedad ideológica.
Junto a su madre, presidenta de las Madres de Plaza de Mayo La Rioja, no han dejado de luchar por el castigo a los responsables, entre ellos el actual jefe del ejército César Milani. El general protegido por el gobierno fue quien firmó el acta de deserción, horrible eufemismo para indicar la desaparición de Alberto.
El juez federal de Tucumán, Daniel Bejas, se niega a citarlo a indagatoria al jefe del Ejército. Mientras, el fiscal y también la familia de Alberto Ledo han apelado esta semana la resolución judicial y se preparan para continuar la pelea tanto en el terreno judicial como en las calles.
Graciela Ledo lo dice convencida: “al fallo del juez Bejas lo hemos calificado de arbitrario y parcial, porque no sitúa la actuación de Milani dentro del terrorismo de Estado, y para decidir no indagarlo dice que era joven, con un escalafón muy bajo dentro de la estructura del Ejército en ese momento, cuando tuvo que hacer el sumario de deserción de mi hermano, y dice además que él no tenía la obligación de decir la verdad. Esos son los fundamentos del juez para rechazar el pedido de indagatoria ante el fiscal”.
“Decimos que es parcial porque cuando indaga a Esteban Sanguinetti (entonces Capitán, y jefe de la Compañía donde revistaba Alberto Ledo; NdeR) le dicta la prisión, y lo juzgó teniendo en cuenta que se daba dentro del terrorismo de Estado. Entonces dentro de la misma causa, uno está medido con una vara y el otro con otra vara. Por eso decimos que todos los argumentos del juez tienden a favorecer la impunidad de Milani, más bien parece un fallo redactado por una defensa”, sentencia Graciela Ledo con bronca más que justificada.
“Milani tenía el rol de Oficial Instructor o Actuante”, continúa diciéndonos la hermana del joven soldado desaparecido en Tucumán, “él sí sabía lo que tenía que hacer cuando hizo el acta de deserción, sabía que tenía poner la verdad, en todo ámbito de la administración pública los Oficiales Instructores están obligados a decir la verdad, por lo tanto se produciría algo tremendo si esto se toma como precedente, porque Milani mintió”.
Hagamos un paréntesis en la entrevista para ver lo que el fallo del juez Bejas dice para proteger a Milani, y porqué Graciela Ledo sostiene que “tiene elementos de Obediencia Debida”.
Dice Bejas: “Con relación específica a la autoría y participación, este delito exige que la acción típica de insertar o hacer insertar declaraciones falsas sea realizada por quien tiene el deber específico de decir la verdad. El delito de falsedad ideológica constituye un delito especial propio, un delito de infracción de deber: solo puede ser autor o coautor quien porta el deber. Trasladando los argumentos precedentes al caso de marras, corresponde analizar si del cargo y la función que desempeñó César Milani en el expediente de deserción surge el deber especial que exige la figura. Conforme la prueba obrante en autos, a la fecha de los hechos César Milani, con 21 años de edad, revestía el cargo de Subteniente, ’Oficial Actuante’ en el sumario de deserción. Es decir que Milani a la fecha de los hechos ocupaba el cargo más bajo dentro de los oficiales subalternos del Personal Superior del Ejército. De lo descripto se considera que no se ha demostrado con el grado de verosimilitud que exige esta etapa procesal, quien de las personas intervinientes en la confección de las actuaciones de deserción, tenía el deber especial de decir verdad que exige la figura, siendo insuficiente a tales fines la mera realización de la tarea de confección de un acta”.
No hay dudas: “El juez está tomando argumentos de lo que fue la Obediencia Debida”, nos dice Graciela Ledo. No sólo deja claro que no hay obligación de decir la verdad para un militar, sino que estaría justificado por su inferioridad en el rango. Habría que recordarle al juez que luego de años de lucha, la ley de Obediencia Debida fue anulada, y Milani está en condiciones de ser juzgado por encubrir la desaparición de Ledo. Su juventud no es excusa, ¿cuántos años tenía Astiz cuando entregó a Azucena Villaflor y a las monjas francesas? Apenas unos más que Milani.
“Nosotros venimos denunciando que Milani busca proteger además a sus compañeros de armas, algo más jóvenes que él que todavía están libres y no han sido procesados y quiere salvarlos de todo castigo, yo estoy segura que es una de las cosas que él habrá negociado también. No podemos dejar que esto quede como un precedente, sería terrible, para él y para todos los que están en condiciones similares a las de él”, sostiene Graciela y agrega: “el juez cedió a las presiones y no quiere quedar mal con el poder, no nos olvidemos que Milani goza del más amplio poder y del mayor de los apoyos políticos, que además maneja la inteligencia militar y yo diría la que la inteligencia civil también”.
Finalizando la charla, nos dice que es por estas razones que han apelado y “esperaremos que responda el Juez y luego si no nos convence lo que nos dice, si no revierte toda su fundamentación, nos presentaremos ante la Cámara de Apelaciones. Es nuestra decisión seguir con esto sin cansarnos, hace 39 años que estamos con esta lucha y no la vamos a dejar así nomás”.

Gloria Pagés
CeProDH

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