Cuando Ernesto De Marco dejó su huella en la pared de aquel sótano, no sabía que estaba en la ESMA. Lo supo recién en 2008 cuando el grupo de preservación que tenía el ahora disuelto Instituto Espacio para la Memoria (IEM) descubrió su inscripción: “De Marco PC”. El jueves 19 de febrero, De Marco declaró por la mañana en la megacausa ESMA, pocas horas después estacionó el taxi que alquila para atender el llamado del programa radial Oral y Público, por Radio La Retaguardia, y dar testimonio nuevamente.
“Estoy bien, más tranquilo después de haber podido expresar hoy un sentimiento que está ahí, siempre presente. Tal vez la noche de anoche fue la más complicada, en tanto y en cuanto uno está un poco más nervioso no por lo que va a decir sino por las vivencias, el aflorar de las vivencias nuevamente”, relató Ernesto De Marco en diálogo con Oral y Público, a pocas horas de haber testimoniado en los tribunales de Comodoro Py, en el marco de la Megacausa ESMA.
Ernesto De Marco estuvo secuestrado en ese centro clandestino de detención durante la última dictadura cívico militar, pero recién lo supo en 2008 cuando el grupo de preservación del IEM encontró la inscripción: “De Marco PC”. La Liga Argentina por los Derechos del Hombre se contactó con él y le mostró el grafiti. Lo reconoció enseguida: “es mi letra, incluso reconozco la forma que tengo de hacer la R. Fue muy shockeante, porque aparte de lo que significa en lo personal es también saber que uno ha estado donde han sufrido y han desaparecido tantos compañeros, es algo como que te golpea”.
Militancia y secuestro
“Yo soy militante del Partido Comunista desde hace muchos años, desde la Campaña de Solidaridad tras la invasión yanqui en Santo Domingo. A partir de 1966, que fue el golpe de Estado de Onganía, me transformé en un militante orgánico del Partido. Y a fines de febrero de 1978, estábamos con dos compañeros que eran delegados del Correo (la empresa estatal se llamaba por aquel entonces Encotel), uno del Central y otro de los talleres gráficos, viendo los últimos detalles de una actividad que teníamos programada de carácter agitativo y reinvidicatorio en cuanto a lo que hacía un pedido de aumento de salario. Por más que en los trazos generales los aspectos de la línea del Partido no eran totalmente correctos, desde abajo nunca dejamos de estar moviéndonos y tratando de hacer cosas de acuerdo al contexto que nos permitieran resistir y tratar de levantar un poco más la cuestión, siempre en defensa de los sectores populares”, describió Ernesto De Marco su militancia en aquellos años.
Respecto al momento de su secuestro, describió: “estábamos en una pizzería de la calle Corrientes y Maipú, estábamos terminando de concretar algunas cosas de esta actividad y se aparecen… nos dimos cuenta recién cuando los teníamos prácticamente encima de la mesa. Era personal civil que se identificó como Policía Federal. Eran tres los que se arrimaron a la mesa, y después había varios más que estaban dispersos en el salón. Yo tenía los volantes de la actividad que íbamos a hacer y apenas vieron eso nos agarraron, nos levantaron y ahí empezaron a sacarnos a empujones hasta la puerta. Había una recomendación que hacíamos para los compañeros que cuando uno era detenido gritara su nombre y apellido y dijera que era afiliado al Partido; así lo hice, grité mi nombre, mi apellido, mientras me llevaban, grité también que fueran a avisar a Callao 274 que era el local del Partido. Dio justo la casualidad que por otros motivos había un compañero que vio todo, siguió la escena y los dos Falcon verdes sin identificación que nos llevaron a la Comisaría Primera. Ese fue el primer paso, ahí empezó la historia”.
Dejar marcas
Tras permanecer en la Comisaría, De Marco fue trasladado a la ESMA. Durante el tiempo que permaneció desaparecido e incluso tras ser liberado no supo dónde estaba. Recién en 2008, a partir de la aparición de su inscripción, se enteró de que había estado secuestrado en el predio de la Escuela de Mecánica de la Armada. Al ver la huella, De Marco recordó perfectamente el momento en que la había hecho: “yo estaba desnudo, me entregan la ropa, me dicen que me vista, y me dejan en un costado que es anterior al playón de salida que era una suerte de tanque de agua que es donde está la escritura, en ese momento uno no sabía para dónde iba, si te tiraban… siempre el espíritu de la autodefensa trata de decir ‘de acá zafamos’, pero la verdad que no sabía qué era lo que iba a pasar, entonces primero intenté con la hebilla dejar grabado… yo quería decir: acá estuvo este tipo, que soy yo, Ernesto De Marco y que soy del PC. Quería que quedara eso como grafitado de alguna manera, y con el tiempo así ocurrió. Quería que se supiera que yo había pasado por ahí y que era del Partido, y encontré un elemento más cortante que me permitió hacer la escritura. Años más tarde, cuando fui a hacer el reconocimiento en el playón de salida me apareció totalmente claro el aire del lugar, supe de inmediato que había estado ahí”.
En este punto, De Marco destacó especialmente el trabajo realizado por el equipo de preservación del hoy disuelto Instituto Espacio para la Memoria: “es maravilloso cómo lograron preservar una cantidad de cosas que hoy podemos mostrar”.
De la charla en Oral y Público también participó Víctor Basterra, quien además de ser sobreviviente de ese centro clandestino formó parte del Consejo Directivo del IEM: “el lugar donde vos dejaste tu huella no fue modificado, lo que sí se modificó cuando vino la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (en 1979) fue el ingreso desde la planta baja al sótano. Donde vos dejaste tu marca había una especie de tanque que en realidad era un lugar donde se quedaba el agua de los laboratorios. Eso se preservó, y por suerte llegamos -fundamentalmente por José Schulman, de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre- a establecer que ‘De Marco PC’ eras vos. Y después la sorpresa mía que yo viajaba mucho en Taxi Tango, donde vos trabajas”, le dijo Basterra. El IEM tenía su cuenta de taxi en esa empresa, incluso De Marco asegura haber llevado en algún viaje a algunos de sus directivos.
Justamente tras haber declarado en los Tribunales de Comodoro Py, Ernesto De Marco se quedó un rato con sus compañeros: “estoy en una asociación de taxistas que somos los zurdos del gremio, son los únicos que hay”, aclaró entre risas. “Estuve con los compañeros un rato, y después sí, me subí al taxi. Yo no soy propietario sino chofer y el alquiler me corre igual. Así que seguí trabajando con una sensación extraña pero sí dándole para adelante”, agregó.
En cuanto a sus sensaciones durante la declaración, De Marco especificó: “poder contarlo es importante, esto tiene que ver con todo el trabajo que ha hecho en general el conjunto de los organismos, toda la lucha, poder encontrarlos y poder meterlos a estos turros en el banquito de los acusados, sentenciarlos, condenarlos, eso es un logro muy importante del conjunto del pueblo”.
La declaración de Ernesto De Marco en la megacausa ESMA y sus posteriores palabras en Oral y Público vuelven a traer el debate de qué hacer con los sitios de la memoria ahora que el IEM fue disuelto. Cabe preguntarse ¿cuántas marcas similares aún deben estar en los distintos sitios de la memoria que hay en el país? Además de reiterar la importancia que estas huellas tienen tanto para quien las hizo como para sus familiares y sobrevivientes.
LA RETAGUARDIA
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