El Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma acaba de publicar un informe referido a la conflictividad laboral y la situación del mercado de trabajo en Argentina al último trimestre de 2014. El estudio arroja como datos salientes, por un lado, que los 1207 conflictos ocurridos el año pasado, colocan al 2014 como el de mayor cantidad desde 2011. Por el otro, que el salario real promedio tuvo el año pasado una caída de casi un 4%.
El informe no solo analiza la conflictividad laboral, aborda también la evolución del salario real, del empleo y desempleo, la precarización y cómo se expresan estos elementos en cuanto a la situación de la mujer en el mercado laboral.
Respecto a los conflictos, al comparar los datos del cuarto trimestre de 2014 con el anterior, se percibe una baja en el ámbito público (recordemos que los conflictos policiales recorrieron varias ciudades del país a fines de 2013) y una cifra similar en el sector privado. Sin embargo, el último trimestre del año pasado fue el más conflictivo si se lo compara con los IV trimestres de los últimos cuatro años. En el ámbito público la zona de la Patagonia fue la que centralizó la mayor cantidad de conflictos (38%) seguida por la región Pampeana y el Noroeste. Los conflictos que primaron fueron los reclamos de los trabajadores de la administración pública hacia el Estado provincial y municipal por mejoras salariales, los de trabajadores docentes, judiciales y policías.
En el sector privado, el Área Metropolitana de Buenos Aires (Capital y conurbano bonaerense), la región Patagónica y la Pampeana concentraron casi las dos terceras partes de los conflictos. En AMBA la mayoría se centró en el transporte automotor, aéreo y ferroviario, los medios de comunicación de prensa y televisión, y las empresas de la industria manufacturera. Fueron en general ocasionados por despidos masivos y deudas salariales. En la Patagonia, los conflictos se centraron en las empresas de transporte de larga y corta distancia y las petroleras. Y en La Pampa se produjeron acciones desde los trabajadores del transporte automotor de pasajeros.
Con relación a las causas que traen aparejadas situaciones de conflicto, continúa la tendencia de accionar en el sector privado contra situaciones de despidos, deudas salariales, suspensiones y quiebras. Mientras que aumentos de salarios, adicionales, eliminación del impuesto a las ganancias y aumentos jubilatorios son las causas que predominan en los reclamos del sector público.
Por otra parte, el informe destaca que la mayoría de los conflictos contó con la presencia de alguna estructura sindical. En el sector público, los sindicatos de base y las seccionales participaron en alrededor de un 85% de los conflictos y en un 82% de los conflictos del sector privado. Las formas que adquirieron las acciones colectivas en ambos sectores muestran una fuerte presencia de los paros como principal medida de fuerza. Los cortes de ruta fueron similares en ambos ámbitos y las acciones comunicacionales como forma de reclamo fueron superiores en el sector privado.
Lo que muestra una diferencia es el mecanismo de las movilizaciones y marchas. Mientras que en el sector privado son minoritarias, en el público representan la segunda acción de mayor frecuencia. La explicación podría estar dada en que los trabajadores del sector público tienen un mayor margen de movilidad del puesto de trabajo durante su jornada laboral y que la calle es un ámbito contundente para visibilizar sus demandas.
Analizando el salario real, el informe da cuenta de una baja promedio de un 3,8%. Tomando las estadísticas oficiales del Indec, la mayor reducción fue para los trabajadores registrados del sector privado (5,5%) comparado con el 2013, mientras que en el sector público tuvieron un retroceso del 3,1%. Según el Indec, los trabajadores no registrados habrían experimentado una suba del 0,7%.
Tomando el período 2007-2014 se observa una situación de estancamiento de los salarios reales. En el promedio general la suba fue de 1,6%. Con relación a los datos de empleo y desempleo, el último informe del Indec del cuarto trimestre de 2014 coloca los guarismos en 6,9% y 9,1% respectivamente. Se trata de los niveles más bajos en veinte años según las estadística oficiales, que son de difícil credibilidad cuando muestran que en Gran Resistencia (Chaco) casi no hubo desempleo (0,2%).
Sumando los ocupados y subocupados que informa el Indec, la cifra es similar a la de 2007 lo que muestra que la situación no se ha modificado en los últimos años. Por otra parte, si agregamos a este dato que la tasa de actividad (quienes están ocupados o que sin estarlo buscan trabajo) y la de empleo (quienes tienen al menos una ocupación) se encuentran en los valores más bajos de la última década, esto muestra que el problema se ha agravado.
Otro dato significativo es que los más afectados por la desocupación continúan siendo los jóvenes y las mujeres. Y además que la sobreocupación horaria (más de 45 horas semanales) ascendió al 29,1% durante el tercer trimestre de 2014.
Según los datos que registra el SIPA (Sistema Integrado Previsional Argentino), en ese periodo la cantidad de trabajadores registrados en el sector privado se redujo en casi 85.000 puestos de trabajo comparada con el primer trimestre del año; en el caso de la industria manufacturera la cantidad de trabajadores registrados fue la más baja desde el primer trimestre de 2011.
El trabajo no registrado sigue siendo de alrededor de un tercio de la población total asalariada permaneciendo casi inamovible en los últimos cinco años. Hay que recordar que la falta de registro no es la única forma de precarización en informalidad. En estos conceptos también entran la tercerización y los falsos monotributistas y autónomos así como las cooperativas fraudulentas. Tampoco son tomados quienes trabajan por cuenta propia y apenas logran ingresos de subsistencia. En este sentido, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó recientemente que la informalidad alcanza en nuestro país a casi un 47% de los trabajadores utilizando como fuente la Encuesta Permanente de Hogares del Indec.
Para finalizar, el informe señala que según datos elaborados por el Ministerio de Trabajo, la mano de obra femenina es más barata, está más precarizada y realiza tareas en puestos de menor calificación con relación a la que la trabajadora posee. La brecha salarial entre hombres y mujeres se mantiene alrededor del 25% en los últimos cinco años y el desempleo es mayor en mujeres que en varones, así como la rotación en el puesto de trabajo.
Según la última Encuesta Permanente de Hogares publicada por el Indec, al tercer trimestre de 2014 el ingreso promedio de los trabajadores ocupados era de 5.000 pesos y de una familia tipo de 9.000.
Con estos valores se calcula que en el último trimestre del año pasado cerca de un 35 % de los trabajadores ocupados tenía un ingreso inferior al Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM: $ 4.716).
Por otra parte, se calcula que a diciembre del año pasado, 6 de cada 10 hogares tenía ingresos inferiores a la canasta básica total de bienes y servicios para una familia tipo (2 adultos y 2 niños) calculada por la Junta Interna de ATE-INDEC en $ 12.228. (1).
La situación de los jubilados es aún más complicada porque el haber que cobran 7 de cada 10 es de 3.707 pesos de bolsillo, contra una Canasta Básica del Adulto Mayor -calculada por la Defensoría de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires- que en noviembre 2014 ascendía a 6.720 pesos.
Red Eco Alternativo
Nota:
(1) ¿Cuánto debiera ser nuestro salario como mínimo?
Fuente: http://www.redeco.com.ar/nv/index.php?option=com_content&task=view&id=15381&Itemid=42
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