sábado, 15 de marzo de 2014

Pagar más por lo mismo



La Justicia resolverá el lunes los recursos de amparo contra el aumento. Macri volvió a justificar el alza con el argumento de la inflación, rechazado por todo el arco opositor.

En medio del rechazo de usuarios, metrodelegados y legisladores de la oposición, la nueva tarifa del subte porteño comenzó a regir ayer, a un valor de 4,50 pesos para los usuarios adheridos a la tarjeta SUBE y de 5 pesos para quienes lo abonen en efectivo. En la estación Plaza de los Virreyes de la línea E, integrantes de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) liberaron molinetes en rechazo al aumento. Legisladores y pasajeros de las distintas líneas también hicieron sentir su descontento. Mientras, el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, volvió a justificar el aumento en la inflación y fundamentó los motivos de la suba ante la jueza porteña Elena Liberatori, en el marco de dos recursos de amparo presentados por los diputados Alejandro Bodart y Gustavo Vera.
El nuevo esquema también prevé un descuento escalonado según la cantidad de viajes realizados mensualmente, que tiene como objetivo beneficiar a los usuarios que más usan el servicio. Los pasajeros que efectúen entre uno y 20 viajes mensuales abonarán 4,50 pesos por vez; los que lo hagan entre 21 y 30, 3,60; entre 31 y 40, 3,15; y a partir de los 41, 2,70 pesos.
Metrovías indicó que “la aplicación de los descuentos en las tarjetas electrónicas estará disponible a partir del próximo mes de abril”. Para quienes opten por pagar en efectivo, las tarjetas Subtepass de 30 viajes costarán 126 pesos, las de 40, 157, y las de 50, 184. Tendrán una validez de 30 días a partir del primer uso. Además, “los pases para jubilados, pensionados y discapacitados con haber mínimo y estudiantes primarios seguirán siendo subsidiados en su totalidad”, y costarán 2,50, 2,27 y 1,04 pesos, según corresponda.
Macri confirmó que la administración a su cargo fundamentó ayer los motivos de la suba del boleto ante la jueza Elena Liberatori, quien debe resolver si hace lugar a dos recursos de amparo presentados por los legisladores Alejandro Bodart, del MST, y Gustavo Vera, de Unen. Asimismo, volvió a justificar el incremento del 80 por ciento en cuatro meses porque “estamos sufriendo una inflación que se refleja en los costos”.
“El nuevo cuadro tarifario permite que aquel que lo usa mucho pague menos, porque la tarifa va cayendo. Se estimula que la gente lo use más y utilice cada vez menos el auto”, argumentó Macri, respondiendo así al secretario de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro (Agtsyp), Roberto Pianelli, quien sostuvo que “el objetivo es un subte elitista”.
“Aparte de no ser simpático, este nuevo tarifazo es una estafa completa. La vicejefa (María Eugenia Vidal) miente cuando habla de ‘mejorar el servicio’, ya que en un año las frecuencias cayeron un 15 por ciento, pese a los sucesivos aumentos de tarifa y de subsidios. Es que todo va a parar al bolsillo de Metrovías”, aseveró Bodart.
Maximiliano Ferraro, legislador de la Coalición Cívica-ARI, consideró que “no debe utilizarse la inflación como excusa para encarecer el boleto, ya que el subte es un servicio social y un bien público” y recordó que “la empresa Metrovías recibe por parte del gobierno porteño subsidios por un valor de 980 millones de pesos” como compensación para la tarifa.
En tanto, la legisladora de Nuevo Encuentro Gabriela Cerruti afirmó que “hay una política muy clara por parte del gobierno de Mauricio Macri para expulsar gente del sistema de subterráneos”, con el objetivo de “lograr que el servicio funcione mejor y para pocos”. Cerruti refutó el argumento de la inflación al sostener que la medición que hace el propio Gobierno de la Ciudad del Indice de Precios a Consumidor arrojó entre noviembre (mes en que aumentó el subte B 3,50) y febrero un 13,2 por ciento, el 66,7 menos que el último aumento de la tarifa.
La Agrupación Trabajadores de Metrovías llamó a rechazar el aumento del pasaje del 28 por ciento, y del 309 por ciento desde el inicio de la administración Macri, porque “es un ataque al bolsillo de los trabajadores”.
En las cabeceras de las estaciones, se generaron algunas protestas, después de que los boleteros dijeron no tener acceso al sistema de recarga, por lo que los usuarios se vieron forzados a comprar el Subtepass por el que pagan 50 centavos más. Además, integrantes de la Corriente Clasista y Combativa liberaron molinetes en Plaza de los Virreyes, en la línea E, en rechazo al aumento tarifario del subterráneo.
Javier, un pasajero de la línea C, de 23 años, sostuvo en la estación Constitución que el aumento “no está justificado” y señaló además que “a lo largo de distintas estaciones las escaleras mecánicas no funcionan y tampoco los puestos de recarga de la tarjeta SUBE”.

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