domingo, 30 de marzo de 2014

Clericalismo y entrega para llegar a 2015



Si alguna bandera quedaba del “relato nacional y popular”, fue entregada sin vergüenza durante la reunión de CFK con el jefe del gobierno francés, François Hollande. Allí, el gobierno argentino reconoció todo lo exigido por el Club de París, sin regatear una moneda de los casi 10 mil millones de dólares adeudados a esa cueva de usureros: capital, intereses y hasta penalidades. De la reunión con Hollande surgió apenas un tibio respaldo al inicio de la negociación del pago, sin compromiso alguno y ad referéndum de las negociaciones que comenzarán en mayo.
La conducta de Hollande tiene sus razones: “Los arbitrajes en favor de las empresas Suez, Saur y Total, decididos por el Ciadi, por varios centenares de millones de dólares”, aún están pendientes (La Nación). El economista francés Frédéric Sautet añade “hoy, la Argentina propone a los países del Club de París reembolsarlos con deuda (es decir, con bonos de un pretendido mercado de deuda argentina que el gobierno K pretende reabrir) y, sobre todo, mediante un chantaje económico, que consiste en imponerles que inviertan en el país cuando su economía se ve penalizada por una gran inestabilidad fiscal y una hemorragia de sus reservas de cambio ¿Quién puede aceptar esas garantías?”

La otra garantía

CFK se reunió también con el presidente de la petrolera Total, para interesarlo en Vaca Muerta a cambio del desestimiento de los 300 millones de dólares que esa compañía le demanda a la Argentina en el Ciadi. Total exigió, por su lado, que Argentina organice servicios tecnológicos de petróleo locales, una forma de atacar la atadura de Galuccio con el pulpo Schlumberger, que monopoliza los servicios a YPF y a Chevron.
Por su lado, el Mouvement des Enterprises de France (Movimiento de Empresas de Francia, Medef), rechazó de plano cualquier acuerdo con la Argentina en el estado en que se encuentra la economía del país: “Con unas condiciones arancelarias descabelladas, una inseguridad jurídica permanente, controles de cambio y más del 30 por ciento de inflación anual ¿Quién puede sentirse tentado de invertir en la Argentina?” (ídem).
¿En qué condiciones un acuerdo con la Argentina podría ser viable? Un hombre orgánico del capital financiero y amigo de los K, Mario Blejer, señaló, en una reunión organizada por Consenso Republicano: “es necesario normalizar la relación con el Fondo Monetario Internacional en los términos del artículo cuarto del organismo” (La Nación, 21/3); es decir, aceptar los monitoreos del FMI. Además, indicó que se deben resolver los conflictos con el Ciadi y pagarles a los holdouts. Todos esos puntos deben resolverse: “es como un puente, no se puede construir sólo una parte porque no se construye nada” (ídem).
Como se ve, la Presidenta llevó a Roma y a París bastante más que un termo de plástico para regalarle al Papa. Todo indica que el gobierno está dispuesto a ceder todo a cambio del oxígeno financiero que necesita para llegar a 2015.

A. Guerrero

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