Es lo que se desprende del fracaso de la reunión paritaria de ayer miércoles entre docentes y gobierno bonaerense ante la reiteración de las autoridades de la misma oferta que ya hizo veces anteriores.
Era sabido que esta situación se desencadenaría al inicio del ciclo escolar: el presupuesto bonaerense no estipula para el presente año un solo peso más de aumento para los docentes. Es irrisorio el planteo del gobierno bonaerense del aumento desdoblado en dos cuotas que al final de ambas no alcanzará a los 300 pesos en ninguno de los cargos de la tarea docente. Hasta el dirigente sindical más alineado al gobierno nacional rechazaría esta oferta por considerarla insuficiente tras la devaluación del 30 por ciento de los últimos meses y el retraso que ya trae el sueldo de los maestros: 1800 pesos de básico y 3600 de mínimo, lo que desnuda, además, el impresionante componente en negro.
Dicho por el propio Roberto Baradel, dirigente del sindicato Suteba, el salario de los docentes lleva un retraso de al menos tres años. Tal retraso se revela, además, en los planteos que hacen los maestros de graves deficiencias en la infraestructura edilicia, baja en los cupos de los comedores escolares y el mal funcionamiento de la obra social. Todo esto llevó a que este conflicto tenga la contundencia no solo en la adhesión, sino fundamentalmente en el sostenimiento y visibilidad que cientos de miles de docentes le dieron al sacarlo a la calle a través de asambleas, radios abiertas, volanteadas, charlas con la comunidad, marchas de antorchas, y más.
No me toquen la platita
El gobierno, en tanto, hace un juego en dos sentidos: por un lado dice que no puede otorgar más aumento en nombre del “equilibrio” de las cuentas del estado bonaerense; y por otro, la “intransigencia” y la “irracionalidad” del reclamo. “No tenemos más plata para darle a los docentes”, repiten los funcionarios bonaerenses en cuanto micrófono de radio y televisión pueden. Argumento que desde el mismo bloque aliado al oficialismo desmienten: “plata hay”, dijo el diputado nacional Juan Carlos Junio por Nuevo Encuentro, aliado al kirchnerismo, para Noticias Argentinas. El legislador, además, explicó dónde está la plata: en la región de la Pampa Húmeda se está asistiendo a un "fenómeno económico, un ciclo extraordinario como consecuencia del crecimiento del precio de la soja" que "ha generado un crecimiento del nivel de riqueza de toda esa región argentina y de otras provincias que ahora también son grandes productores de soja".
Asimismo, en noviembre del año pasado el gobernador Daniel Scioli decidió tras una reunión con la Mesa de Enlace provincial, posponer la aplicación de los cambios en el revalúo a la tierra. La norma pospuesta por la negativa de los grandes dueños de las tierras bonaerenses estipulaba que los dueños de los campos pasarán de pagar 47 pesos en promedio por hectárea a pagar 76 pesos. Las modificaciones preveían un aspecto progresivo en los pagos tributarios, es decir, los que más extensiones de tierra poseen son los que más debían pagar, sumado además a la rentabilidad que daba la tierra. Tras la amenaza de los grandes ruralistas de iniciar acciones de protesta, Scioli recibió a los dirigentes del campo y pospuso por tres meses el incremento tributario.
En cuanto a los adjetivos utilizados por el gobierno bonaerense para intentar deslegitimar el reclamo docente tildando la huelga de “intransigente” e “irracional”, basta comparar unos números. Mientras un docente cobra un básico de 1800 pesos (es decir, en blanco), la policía ha logrado un incremento que ha llevado su básico a 8500 pesos y los básicos del aparato político-estatal no descienden de los 25 mil. Por su parte, el gobierno insiste en aumentar ese básico docente poco más de 200 pesos y a cobrar en septiembre de este año. Es decir, de aquí a seis meses.
Pero, además, los maestros reiteran que no es solo un reclamo salarial. La presidenta del Consejo Escolar de Lomas de Zamora, María de los Ángeles Kosinovic, reconoció ante un grupo de docentes y alumnos que fueron a exigir mejoras edilicias en la escuela, que la desidia en los edificios escolares tiene, al menos, en el distrito lomense declarado en emergencia edilicia, unos 20 años. Los reclamos hechos en los Consejos Escolares de toda la provincia denuncian: baños tapados, techos con humedad, que se llueven o están descascarados, ventanas sin vidrios, aulas sin estufas, puertas sin picaportes, etc.
¿Y la década ganada?
Más allá de los números que arriesgan los funcionarios provinciales acerca del incremento de la inversión educativa en estos diez años, el sueldo básico de un maestro es menos de la cuarta parte de la canasta familiar y el mínimo salarial menos de la mitad y las escuelas evidencian un deterioro en la infraestructura consecuencia de la falta de mantenimiento. La década ganada será parte del discurso del gobierno nacional, para la escuela pública una consigna vacía.
Cecilia Rovito
Red Eco Alternativo
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