domingo, 16 de marzo de 2014
Desendeudamiento mundial: La deuda global alcanza los 100 billones de dólares
El incremento descomunal de la deuda en los mercados de capitales obedeció a la acción de rescate del capital en bancarrota ejecutada por el Estado. El sistema financiero opera unos 800 billones de dólares que no tienen equivalente en la economía real, o sea que está potencialmente en quiebra.
La emisión de deuda en los mercados de capitales aumentó de 70 a 100 billones (millones de millones) de dólares, entre 2007 y 2013, un enorme 40%, anunció el Banco de Basilea (Valor Económico, 10/3). La deuda mundial, bajo todas sus formas, llegó a 213 billones de dólares, lo cual representa un 313% del PBI mundial. En contraste, el valor del capital en acciones retrocedió 3,86 billones de dólares, a un total de 53,8 billones de dólares.
Las cifras desafían, en apariencia, la lógica de la crisis, si se tiene en cuenta la recesión general de la última década y la caída de la cartera de créditos a la producción ocasionada por la devolución de los préstamos anteriores al estallido de la bancarrota capitalista. Ocurre que “los gobiernos (en todos sus niveles) han sido los principales emisores de deuda”, según un economista del mismo banco (Zero Hedgee, 10/3). La deuda del Tesoro de Estados Unidos pasó de 4,5 billones de dólares, en 2007, a 12 billones de dólares, en 2012. Solamente en el mercado doméstico, la emisión de deuda pública mundial alcanzó los 43 billones de dólares, un 80% por encima de 2007.
Queda al desnudo que el incremento descomunal de la deuda en los mercados de capitales obedeció a la acción de rescate del capital en bancarrota ejecutada por el Estado. El alcance real del salvataje capitalista es mucho mayor, cuando se considera que la mayor parte de la deuda pública fue monetizada, o sea comprada por los bancos centrales mediante emisión. Los activos de los bancos, en Estados Unidos, crecieron en el período 2,1 billones de dólares -hasta un total de 12,5 billones de dólares (Zero Hedge). En China, el mismo proceso alcanzó niveles delirantes: entre 2007 y 2013, los activos bancarios pasaron de 8 billones a 22 billones de dólares, con una economía que equivale a la quinta parte de la de Estados Unidos. Los datos grafican con elocuencia por qué la economía de China es una enorme olla de presión.
Es obvio que una deuda documentada de 100 billones de dólares y un nivel de crédito de más de 300 billones de dólares, es sencillamente impagable. Cuando se agrega a estos tipos de finanzas, los llamados mercado de derivados, que son un mecanismo de especulación que tiene por base la deuda mundial, el sistema financiero opera unos 800 billones de dólares. Este conjunto de obligaciones no tiene equivalente en la economía real, o sea que está potencialmente en quiebra. La capacidad de monetizar los rescates, de modo que la emisión de dinero fiduciario evite las quiebras, tiene límites insalvables; por eso provocan temblores sistémicos los anuncios de retracción monetaria, sean en Estados Unidos y en China.
Sin excepción a la regla
Es, sin duda, muy interesante, la información de que el endeudamiento internacional neto, tanto de Estados como de corporaciones, ha disminuido; se redujo del 29 al 26% de la deuda mundial. O sea que el grueso del mayor endeudamiento se produjo en los mercados locales. Dicho en lenguaje de moda, la economía mundial se ‘desendeudó’ en términos internacionales, y se reendeudó en términos domésticos. Cayó relativamente la deuda externa y aumentó la deuda interna, en forma relativa y absoluta. “Esto sugiere que el proceso de integración financiera internacional -dice Zero Hedge-, puede haber dado una marcha atrás parcial”.
La política ‘nacional y popular’, como se ve, estuvo lejos de ser la excepción a la regla; ha sido incluso más que una aplicación fundamentalista de la regla: ha sido la recepción pasiva y seguidista de las tendencias de la economía capitalista mundial. La deuda doméstica, por su lado, en la mayor parte de los países, recayó por sobre todo en las instituciones previsionales y en los bancos centrales -de nuevo, kirchnerismo al palo. Pese a todas estas evidencias, los economistas ‘neoliberales’ insisten con que los K “se han apartado del mundo”.
¿Qué han descubierto Fábrega y Kicillof cuando aumentaron la tasa de interés de referencia al 28 por ciento? Que necesitan aplicar, en una dosis caballar, el llamado ‘tapering’, la decisión de la Reserva Federal norteamericana de iniciar una retirada de la emisión monetaria que llevó sus activos de 300 mil millones de dólares, en 2007, a 4,2 billones de dólares a finales de 2013. El aumento de las tasas de interés implica una enorme hipoteca sobre la deuda pública existente, que debe ser renovada en forma indefinida. El capitalismo mundial se empantana cada vez más en el ajuste y en la deflación.
Jorge Altamira
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