A solamente unos 18 meses de las elecciones presidenciales del 2015, la política de los políticos argentinos se desarrolla en un clima de decadencia de ideas, varias veces vista, que reflejan las dificultades por las que retrocede el capitalismo en tierras pampeanas.
Dos ejemplos de esta situación lo configuran las remanidas paritarias docentes y el retraso de inicio de clases en un país con 50% de deserción escolar secundaria, y la propuesta de la oposición justicialista de modificar el código penal como forma de tener presencia mediática, aprovechando la falta de políticas publicas en materia de seguridad, en países capitalistas dependientes de una economía agrosojera sin autoabastecimiento energético, con alta inflación, crisis de deuda y falta de divisas: un coctel difícil de beber en una Argentina que propone una salida económica con tendencias de derechas.
Así, sin reelección presidencial, aparecen los mediocres candidatos presidenciales de oposición como voceros del poder económico y los medios de comunicaciones hegemónicos que pocas soluciones podrán aportar a una ciudadanía agobiada por sus políticas neoliberales y las insuficientes políticas de "crecimiento económico con inclusión social" propuestas por Cristina Kirchner desde el 2007, cuando asumiera su primer mandato al ser propuesta por su fallecido esposo, Néstor Kirchner.
El proyecto iniciado en 2003 parece haber ingresado en tensión al sucumbir frente a los poderes reales del Mercado como consecuencia de debilidades ideológicas que se reflejaron en derrotas electorales, económicas, educacionales, culturales y políticas que conducirán al propio gobierno a entregar el poder político a especímenes esperpénticos como Scioli, Massa, Binner o Macri, lideres frankesteinianos y títeres de los poderes transnacionales que gobiernan el país para los que el kirchnerismo gerenció durante más de 10 años.
Argentina ingresó en una espiral decadente, dejando un país rico en manos de ricos, con gente alienada por el capitalismo salvaje en el que el 80% de la población disociada por el consumo y la inflación se considera de "clase media".
Gonzalo Rendera
Matriz del Sur
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