sábado, 16 de marzo de 2013
La profecía de Lilita
Se eligió a Jorge Bergoglio como nuevo líder de la Iglesia Católica y el país se convulsionó. Repercusiones e interrogantes.
Elisa Carrió lo vaticinó en 2001. El número de su carnet de socio de San Lorenzo de Almagro salió sorteado hoy en el matutino de la Quiniela nacional. Un halo de algarabía popular y patriotismo recorrió las calles del país y atravesó a los diferentes sectores sociales y políticos. El primer papa latinoamericano es argentino y eso atenta contra la humildad de un pueblo que ya tiene a Maradona, Messi y una reina dando vueltas para refregarle al mundo.
Elegir un papa en pleno siglo XXI es una mezcla de rituales del siglo XIII con el nuevo impacto global que poseen redes como twitter. La fumata blanca todavía no dejaba de ser del todo gris cuando las redes sociales ya estallaban bajo el hashtag #habemuspapam. La reacción en Argentina no se hizo esperar.
Apoyos
Dirigentes políticos de todos los colores expresaron su sentir respecto a la decisión que transformó al hasta ayer arzobispo Jorge Bergoglio en el Papa Francisco, líder de una Iglesia Católica que posee miles de millones de fieles en todo el mundo, y cabeza de un Estado con una enorme cantidad de recursos e influencia política.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner no sólo envió, aunque una hora después de su designación, una carta de salutación al nuevo Papa, sino que se refirió al nombramiento de Francisco en un acto que llevó adelante en Tecnópolis. Allí dijo que le deseaba “de corazón que pueda lograr un mayor grado de confraternidad entre los pueblos”. Las tensiones históricas entre el gobierno nacional y el reciente vocero de la Iglesia Católica en la Argentina, no impidieron que la presidenta le solicitara que lleve un "mensaje a las grandes potencias del mundo" y los convenza "para que promuevan un diálogo de civilización, donde ninguna cuestión se resuelva por la fuerza, sino por los canales diplomáticos". También se esperanzó con que la elección del nombre, que es en homenaje a San Francisco de Asís sea una señal de que las "altas jerarquías" del Vaticano vayan a obrar en favor de los sectores más vulnerables.
Por su parte, el partido que gobierna la Ciudad de Buenos Aires, el PRO, de pública afinidad con Bergoglio, no escatimó en palabras de apoyo, afecto y esperanza. “Debe ser la noticia más importante de la historia de la Argentina”, aseveró Mauricio Macri. La vicejefa de gobierno porteño, María Eugenia Vidal, Diego Santilli, Horacio Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti, expresaron su orgullo por la designación y felicitaron públicamente a Francisco.
“Estoy convencido q con la humildad de un grande, Bergoglio encarará caminos para la Iglesia y los fieles de unidad, paz y amor #YoCreoEnDios”, expresó el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli en su cuenta de twitter.
Desde el Frente Amplio Progresista, Hermes Binner calificó al reciente Pontífice como “un hombre de diálogo”. Humberto Tumini, por otro lado, ironizó, polemizó y retwiteó, sin hacer declaraciones muy claras.
Elisa Carrió recordó que en el 2001 había vaticinado el futuro de Bergoglio y llamó la atención: "Luego de aquella Homilía en la que habló sobre la corrupción en la cara de los Kirchner no hubo más Tedeum en la Catedral". Lilita se confesaba con el actual Papa. Su reciente aliado Pino Solanas, a su vez, habló de Francisco como una “notable” figura y destacó su “enorme equilibrio y sabiduría”. También mencionó que “la designación de un Papa latinoamericano es un gran gesto para la región que ayudará a profundizar sus lazos para avanzar en su integración”.
En la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación, la noticia de la designación llegó mientras se homenajeaba al recientemente fallecido Hugo Chávez Frías y se desató un debate, a raíz del pedido de legisladores de la oposición de pasar a cuarto intermedio para escuchar en vivo a Bergoglio. Finalmente se votó un pronunciamiento, propuesto por el radicalismo, respaldando al nuevo Papa y expresando “orgullo y emoción” y esperanzas en que guíe “no sólo al pueblo católico y contribuya a encontrar la paz en el mundo”.
Por su parte, la CGT liderada por Hugo Moyano recibió la noticia “con la misma sorpresa y emoción que millones de argentinos”. “Los trabajadores organizados, católicos y cristianos, recibimos las buenas nuevas desde el Vaticano”, afirmaron.
Desde el Movimiento Evita, a través de un comunicado, celebraron la elección del primer Papa latinoamericano como “un reconocimiento a la importancia creciente de la región y de la Argentina en el contexto internacional”.
Críticas
A pesar de todas las muestras de alegría por la designación, no faltaron voces que cuestionaran al reciente electo Papa. Luis Zamora, dirigente histórico de la izquierda argentina y abogado defensor de los derechos humanos, recordó en las redes sociales los antecedentes que vinculan a Jorge Bergoglio con la desaparición de dos seminaristas durante la última dictadura militar.
Desde la militancia por los derechos humanos en lo que refiere a las cuestiones de sexualidad y géneros, varias voces se levantaron para repudiar esta elección, haciendo hincapié en la posición radicalizada que tuvo al momento de discusión de la ley de matrimonio igualitario, cuando la Corte Suprema de Justicia de la Nación falló respecto del aborto no punible. La Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales, por ejemplo, se mostró “decepcionada” y le hizo un llamado a la reflexión sobre este tema: “Sería positivo que el Vaticano, de la mano de Bergoglio, cambie sus posturas y firme finalmente la condena a la penalización de la homosexualidad”, afirmaron.
Interrogantes
Así como todo el arco político se expresó sobre la elección de Francisco, antes de ser electo Papa este no escatimó intervenciones políticas, reflexiones y posicionamientos sobre los distintos hechos que acontecieron en el país en la última década y supo enfrentarse al gobierno y aliarse tanto con algunos referentes conservadores, como con organizaciones populares, tal es el caso de La Alameda.
A muchos les llamó la atención la elección de un oriundo del sur del continente y lo vivieron con sorpresa y alegría. Pero al detenernos un minuto a pensar en que nada es al azar y que la Iglesia Católica es una de las instituciones globales con mayor poder, que ha sabido sobrevivir y adaptarse a diferentes tiempos históricos, quizás la sorpresa se transforma en pregunta. Latinoamérica es, en el mundo, el territorio de avanzada por excelencia en los cuestionamientos al orden social dominante. Procesos de organización popular y gobiernos que traspasan los límites de lo tolerable por el sistema ponen en el centro del mapa a estas tierras ninguneadas por siglos. La alegría se transforma en alerta. Quienes evangelizaron forzosamente a nuestros pueblos originarios tal vez intentan una tarea similar ahora.
Pero por otro lado, también ha sido este continente quien a través de la Teología de la Liberación y el Movimiento de Curas del Tercer Mundo y la “opción por los pobres”, ha sabido, décadas atrás, combinar la religión con proyectos revolucionarios, sacar lo mejor del cristianismo para aportar a la emancipación de los pueblos. ¿Cuál será la opción de Bergoglio? Un papado desde el Sur, ¿será un papado que logre poner en discusión las estructuras eclesiásticas enquistadas que hace años piden a gritos una reforma?
Esperanza para algunos. Desconocimiento para otros. Preocupación para quienes hace años luchan en defensa de los derechos humanos, de las mujeres y la diversidad sexual.
Julia de Titto y Erica Porris
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