martes, 10 de julio de 2007

Palestina es una gran cárcel.



ENTREVISTA A DANIEL STRAGÁ,ABOGADO QUE VISITÓ PALESTINA
09/07/2007


Segregación, discriminación, humillación e injusticia son palabras que no alcanzan a describir la situación del pueblo palestino. El abogado Daniel Stragá pudo comprobarlo y vivirlo en carne propia cuando viajó a Palestina e Israel invitado por la organización de derechos humanos SODEPAZ (Solidaridad, Desarrollo y Paz) con sede en Madrid. Coincidiendo justamente con el conflicto armado entre Hezbollah y el ejército israelí, el viaje transcurrió entre el 4 y 15 de julio del año pasado, en el cual pese al estado de sitio impuesto en la zona, que le prohibió entrar a Gaza y a algunas otras aldeas, Stragá se entrevistó con ex alcaldes, diputados, organizaciones de derechos humanos y con los pueblos palestino e israelí. Resultado de la experiencia surgió el libro “Palestina, el otro apartheid”, crónica periodística que relata la realidad de cómo viven los palestinos y principalmente: cómo resisten. Prensa De Frente lo entrevistó para saber acerca de su experiencia:

¿Cómo participan activamente las organizaciones de derechos humanas palestinas o israelíes?

The Israelí Comité Against the House Demolition es un grupo de chicos que se encargan de reconstruir las viviendas palestinas demolidas por el ejército israelí y lo que hacen es agarrar los escombros y tirárselos al Ministerio del Interior, como un escrache a los funcionarios. He tenido la oportunidad de hacer acciones y pintadas contra del muro que construye Israel. Cuando había internacionalistas como yo, los militares no disparan más que con balas de goma o algunos gases. Si van los palestinos les disparan con balas de plomo. Han vendido que son la gran democracia de Oriente y es el único país del mundo que no tiene Constitución. Además tienen la tortura legalizada y los diez mil presos políticos sufren procesos judiciales en los cuales sólo un cinco por ciento son posibles de resultar absueltos.


¿Cómo es la sociedad israelí respecto del pueblo palestino?

Tuve la posibilidad de ver lo discriminadora que es la sociedad israelí desde el punto de vista racial, por un enorme desprecio del israelí asque-nazi, el descendiente de polacos, rusos, lituano de piel y ojos claros hacia el árabe. Y también desde el punto de vista religioso, ya que el Estado de Israel es teocrático, basado en principios de la Torá y lo notás fundamentalmente el poder que tienen los rabinos. Algo que pude comprobar es que no permiten la existencia de un Estado palestino, no tanto en Gaza, sino Cisjordania, porque creen que eso es Samaria y Judea, territorios bíblicos y hay una nueva interpretación de la llegada del Mesías que va a ocurrir en el momento en que Israel logre tener determinado tipo de territorio que se asemejaría a lo que fue el imperio de Salomón. Estamos hablando de hace tres mil años atrás, todo esto parece muy ridículo, pero de hecho son los lineamientos básicos de la política exterior del gobierno y del pueblo israelí. Por eso Israel hizo todo lo posible para dilatar el proceso para que Palestina tenga un Estado propio y no llegar nunca a una solución que resuelva la situación del Oriente Cercano desde 1947, cuando las Naciones Unidas partieron la zona. Se van a cumplir sesenta años y nunca el pueblo palestino pudo acceder a tener un Estado propio. Por culpa no sólo de Israel sino también de su principal aliado Estados Unidos y de Occidente en general.

¿Cómo marca su presencia continua Israel?

Además del ahogo económico que le impone a Palestina, le maneja el agua y se la da un solo día a la semana, mientras que les cerraron las fronteras para comercializar sus productos con otros países. Actualmente en los diarios nos dicen que le están devolviendo los impuestos cobrados en el año 2006, o sea, un Estado le cobra los impuestos a otro y después no se los da. ¿Por qué? Porque ganó el Hamas, y las elecciones son democráticas de acuerdo a quién triunfa, si ganan los míos son democráticas y si ganan los que no le gustan a ellos, son terroristas.

¿Cómo incide la militarización en la vida cotidiana de los palestinos?

Es absolutamente insoportable. Estamos hablando de un ejército de ocupación con sus tanques y militares con armas sofisticadas en las propias calles. Los colonos judíos en territorio palestino que están armados hasta los dientes y los “bulldozers”, que son grúas al estilo de topadoras enormes que demuelen casas palestinas. Los check points, que son puestos militares construidos a través de puertas de acceso a ciudades o a este muro tal terrible, mediante el cual pasar o no al otro lado depende de la arbitrariedad del milico israelí. Yo lo he visto, no me lo contó nadie, que al milico un día se le ocurrió que “todos los que tengan sombrero no pasan al otro lado”, donde pueden estar el trabajo, la escuela o el hospital. Por esa situación hasta esa época habían ocurrido alrededor de setenta partos en los check points.

¿Cómo percibiste la resistencia del pueblo palestino?

Es un porcentaje menor el de la resistencia armada, la mayoría se encarga de mantener la propia nacionalidad y la cultura: su supervivencia. La capacidad que tienen los palestinos de no reventar es increíble. Tienen una esperanza de autonomía, de autodeterminación y de constituirse como un país, aún conociendo el enemigo monstruoso que tienen en el medio, que es el mejor amigo de las Naciones Unidas, que sería quien debería pararle la moto a Israel y no lo hace. Algo los palestinos remarcan es de la necesidad de que se cuente lo que están viviendo, porque es algo que se conoce poco, o por la lejanía, o por la enorme capacidad de la comunidad judía en Argentina de tapar todo esto, ligada estrechamente al sionismo. Y por el típico chantaje de “si hablás mal del Estado de Israel sos antisemita”.

Uno de los grandes problemas de los palestinos son los campos de refugiados ¿Cómo sigue está la situación?

Además del problema de falta de libertad individual, existen la hambruna, marginalidad y hacinamiento: una miseria monumental. Tuve la oportunidad de ir al de Bethelem, pero al de Jenin no pude entrar por impedimento del ejército israelí. Los campos de refugiados se formaron después del año 1948 cuando Israel avanza sobre muchos territorios palestinos y echa directamente de las casas a sus habitantes. Sería bueno que los pro-israelíes en nuestra sociedad conocieran las acciones de paramilitarismo en la historia de Israel, grupos que entraban a las aldeas y expulsaban gente o los fusilaban. Como en Sabrá y Shatila, los campos de refugiados que Ariel Sharon [ex presidente de Israel] en 1982 mandó a bombardear y mató más de 700 personas.

¿Por qué llamaste al libro “Palestina, el otro apartheid”?

Palestina es una gran cárcel en la cual los penitenciarios son el ejército israelí. No te dejan pasar de una ciudad a otra si no tenés una especie de salvo conducto, igual que les pasaba a los negros en el apartheid de Sudáfrica en los años sesenta, por eso el nombre del libro: la segregación y limpieza étnica son enormemente parecidas. Buscan tu reacción, que es lógicamente violenta, porque la humillación es tan grande que no la soportás. ¡Pucha! la resistencia francesa contra la ocupación nazi era victoriosa, partisana y maravillosa, mientras que la reacción de los palestinos o los iraquíes frente a la ocupación yankee es terrorismo. O sino buscan la otra respuesta: que te vayas, como están haciendo muchos que tienen familiares en España, Chile y Honduras.

¿Qué impresiones te dejó este viaje?

Conocía todo por lo que había leído y escrito, pero fue muy importante cotejarlo con la realidad. Fue una experiencia impresionante, logré acreditar con los hechos que en esa zona se vive uno de los mayores genocidios que puede dar la humanidad. Vos no podés abstraerte de eso, ves chicos de seis años aterrorizados. Dos viajes de mi vida me partieron la cabeza: el de la India y éste de Palestina e Israel. Le debo al pueblo palestino escribir el libro, porque la segregación y humillación es tan tremenda que llega un momento que no te la soportás ni siquiera sabiendo que vos te vas de ahí. La única posibilidad de soportarlo es contándolo: ese es el objetivo del libro.

El libro se puede adquirir en las librerías Lorraine. (Av. Corrientes 1513) Librería Deshora. (Av. Córdoba 1541). Librería Obel Libros.( Av. Corrientes 1230) y en la mesa de CORREPI en la facultad de Derecho ($20)
Prensa de Frente

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