viernes, 20 de julio de 2007

Otra vez la impunidad por la Mercedes Benz Argentina y el Estado alemán.


Gaby Weber

El gerente de Mercedes Benz en épocas de la dictadura, Juan Ronaldo Tasselkraut, no sólo entregó los activistas de la fábrica a la represión que nunca más aparecieron. En su familia hay tres chicos apropiados que probablemente sean hijos de desaparecidos. Estos chicos fueron inscriptos como hijos suyos, basado en partidas de nacimiento groseramente falsificadas, la República Federal Alemana les otorgó la ciudadanía alemana y se resiste hasta hoy en día de averiguar de donde y de quienes son estos chicos.

Yo hice por este crimen dos denuncias penales, una en Argentina y otra en Alemania. Primero en Argentina, presentando las partidas de nacimiento falsas, donde figuran parteras que trabajaban en Campo de Mayo y que están involucradas en otras apropiaciones de chicos de desaparecidas. Estas parteras, hasta hoy, siguen trabajando en sus profesiones. Y los juicios - uno radicado en el Tribunal de San Martín y otro en Capital - no avanzan. Según la ley argentina y la Convención Internacional del Niño, estos delitos no prescriben.

Como Tasselkraut es alemán, pudo dar la ciudadanía a sus hijos y lo hizo con las partidas falsificadas. En el 2004, yo me presenté en la Embajada Alemana en Buenos Aires, con la intención de entregar a los funcionarios las partidas falsificadas y pedir una investigación como fue posible el otorgamiento de la ciudadanía. No recibieron los documentos y se negaron a cualquier investigación.

Un año y medio más tarde, la "Coalición contra la Impunidad" organizó un acto en el Parlamento de Berlín para conmemorar los 30 años de dictadura en Argentina e invitó a varias personas de Argentina, entre ellos el Premio Nóbel Adolfo Pérez Esquivel, Luis Mattini, Maristella Svampa y a mí. Participaron también dos funcionarios de la Cancillería alemana a los cuales yo pude entregar públicamente las partidas de Tasselkraut y ellos, frente a un público indignado, se comprometieren a investigar.

Pero no pasó nada, y al año, Amnistía Internacional preguntó en la Cancillería por las razones de la inoperancia. La respuesta: los chicos no tenían ningún interés en averiguar sus orígenes y con eso, así argumentaron, no había ningún motivo para las autoridades alemanes en tomar una acción.

En marzo de este año, hice una denuncia penal en la Fiscalia de Colonia contra Tasselkraut, contra el personal de la Embajada alemana en Buenos Aires y contra los funcionarios de la Cancillería alemana, contra los últimos por encubrimiento de un delito, por que las partidas falsificadas siguen estando vigentes y probablemente son aceptadas para nuevos pasaportes.

Para mi, debería estar en el interés de los chicos el "blanquear" su situación, en conseguir partidas de nacimientos correctas y legales en vez de andar con papeles falsificados por el resto de sus días. Pero el señor Tasselkraut obviamente ha preferido, para protegerse él y a los que hicieron posible la apropiación de los bebés, la muerte de sus madres y utilizar la infraestructura falsificadora de la dictadura. Nunca pensó en el bien de estos chicos.

Si estos jóvenes quieren mantener la ciudadanía alemana, pueden hacerlo, legalizando su situación. Pueden pedir partidas legales, y con estos recurrir a la posibilidad que les ofrece la ley alemana: Tasselkraut los puede adoptar a pesar que ya son adultos y darles su ciudadanía de manera legal.

La Fiscalía alemana decidió ahora, tomándose el tiempo de una semana, de no abrir una causa. Para ella, la falsificación de las partidas prescribió y no quiere investigar si estos documentos son utilizados hasta hoy. Así el robo de niños queda blanqueado.

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