jueves, 14 de junio de 2007

Cuba: Aniversario del natalicio del Comandante Ernesto Guevara



Conversación con su amigo y compañero de viaje y sueños, Alberto Granado.
Por: Gabriela García Alifano


En este nuevo aniversario del natalicio del Comandante Ernesto Guevara, conversamos en La Habana con su amigo y compañero de viaje y sueños, Alberto Granado.

Si el poeta aún viviera, diría que Alberto Granado es de ese tipo de gente tan necesaria, pues nos trae la historia contada de primera mano para hablarnos de utopías que todavía hoy son posibles. Sin recetas de cómo cultivar buenos valores o de cómo desarrollar la mejor filosofía de vida; sino apenas contándonos su propia existencia, Granado -junto al Che- nos lleva de la mano por los caminos de la amistad, la Revolución y el Socialismo.

Lo importante es luchar, resistir y recordarles a los jóvenes que son el hombre del futuro

Alberto Granado vive en Cuba desde el año 61, pero para nada ha olvidado sus orígenes. “Mi mayor orgullo es ser argentino. A pesar de llevar tantos años afuera, yo sigo manteniendo mi nacionalidad, porque Argentina fue el país donde me formé ética y científicamente.” Puede parecer extraño, pero en La Habana sigue conservando su cultura como si estuviera en su tierra natal: juega al truco -siempre tiene treinta y tres-, toma mate o de vez en cuando comparte un alfajor, y te abre las puertas de su casa con Carlitos cantando de fondo. Si bien ama a éste pueblo como el suyo propio, su último pensamiento lo imagina mirando hacia el sur. Sin nostalgia, sino con toda la fuerza de la convicción, nos dice que a él le “hubiera gustado darle más ímpetu o fuerza a la lucha en mi país a favor de los desposeídos, pero las circunstancias se dieron en Cuba y aquí estoy. Sin embargo, desde aquí estoy brindando el mismo apoyo a esa idea, por lo que quisiera decirle al pueblo argentino que siga luchando por mejorar. He visto últimamente un salto cualitativo en cuanto a la participación de los jóvenes en temas que antes me parecía que no les importaban. Yo pienso que es porque ellos han visto que hay otras salidas: el triunfo en Venezuela, en el Ecuador y en Bolivia, esto le ha dado un aire a toda la gente de izquierda. Ahora lo importante es luchar, resistir y recordarles a los jóvenes que son el hombre del futuro, ya los demás quedamos para hacer anécdotas. La lucha ahora la tienen que desarrollar los jóvenes y recordar que el camino de la liberación va por el Socialismo. Si no luchamos por el Socialismo, estamos perdidos.”

El Know How de un revolucionario

No sería un ejercicio fácil, el determinar cómo es o se hace un revolucionario de los buenos. Sin embargo, Granado nos afirma que el denominador común de ellos, fue conservar en la actualidad el mismo pensamiento que tenían a los veintipico de años. Ciertamente, el tener como compañero de ruta al Che, tuvo una significación especial para su vida y así nos confía que “sin esa amistad podría decirse que yo no existiría como Alberto Granado actual. Mi amistad con Ernesto, el viaje y la Revolución cubana, son los tres pilotes donde prácticamente se formó lo verdaderamente importante de mi vida. Lo anterior es muy anecdótico: sin la amistad no hubiera habido viaje; sin el viaje, no hubiera habido la concepción de la vida; y sin la Revolución cubana, no hubiera podido llevar a cabo los sueños que tenía.” A Alberto Granado se le llenan los ojos de orgullo cuando recuerda a su amigo. Lo acerca a nuestra realidad mediante relatos de aquella epopeya, para quitarle cualquier vestigio de misticismo a la figura del Comandante Guevara. De las anécdotas que más recuerda está aquella en la que: “una noche nos encontramos con un matrimonio de mineros chilenos que estaban muertos de frío, y que no tenían ni con qué taparse. Entonces Ernesto y yo, sin previo aviso y sin ponernos de acuerdo, cogimos unas de las mantas que teníamos para taparnos y se la regalamos, se la prestamos. Con mucha satisfacción puedo decir que pasamos mucho frío, pero que fuimos capaces de sacrificar el “yo “, por el “nosotros.”

El Socialismo que queremos

Alberto Granado no se cansa de afirmar que el mayor legado que nos dejara el Che, es la propia Revolución. “Normalmente podemos tener un líder muy bueno como Fidel, y un pueblo muy bueno como éste; pero sin el propósito revolucionario todo podría haber quedado en agua de borra.” Y es que el Che y su generación nos acostumbraron a la idea de que mejor que decir, es hacer. Con su ejemplo de lucha y trabajo, nos abrieron el camino del Socialismo, visto éste último como -hoy Granados nos lo señala así- “el Socialismo donde no solamente se mejoran los bienes materiales, sino también los bienes morales y éticos.”

“Tenemos la satisfacción de que muchas de las cosas con las que aspirábamos entonces como imposibles en América Latina, ahora se están concretando. Nosotros nos lo vislumbrábamos; pero no creíamos -por lo menos yo- que lo íbamos a ver tan pronto. El hecho de que haya un indígena en la presidencia, el hecho de que Chávez haya sido capaz de hacer una reforma agraria y de nacionalizar el petróleo, entre otras cosas, hace que pensemos que hay grandes avances en Latinoamérica. Creo que debemos apoyar todos los proyectos que conduzcan a eso, porque no debemos perder de vista quién es el enemigo. El enemigo es el Capitalismo, el Imperialismo, y es por eso que tenemos que unirnos todos los que somos afines para luchar contra el verdadero enemigo.”

Si el Che estuviera vivo, estaría luchando

Alberto Granado, quien conoció muy bien a Ernesto Guevara, nos afirma sin vacilación que “si el Che estuviera vivo, estaría luchando. Estaría en Africa o tratando de unir a América Latina. Lo que seguro no estaría, es inactivo.” Así es que para ser nuevamente consecuentes con este modo de decir y actuar, y en la coyuntura actual, nos invita a participar en la celebración por el 80 aniversario del Che. Será un jubileo internacional a desarrollar en la ciudad de Rosario, en donde “desde ya estamos invitando a todos a que vayan allá, a todos los que son guevarianos, a todos los que quieren un mundo mejor y piensan que al Capitalismo hay que aplastarlo.”

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