El presidente Buhari ha ordenado el despliegue del ejército, el toque de queda y dado carta blanca a las bandas paramilitares fascistas para aplastar a sangre y fuego la movilización revolucionaria de las masas. Cerca de 60 jovenes ya fueron asesinados por estos escuadrones de la muerte, o directamente por el ejército como la masacre del peaje Lekki donde soldados abrieron fuego contra una manifestación pacífica matando a 12 jóvenes e hiriendo a más de 30, muchos de gravedad (Algunos relatos dicen que los soldados se fueron con muchos de los muertos e impidieron que las ambulancias trasladaran a los heridos a los hospitales). En muchas ciudades del país se registraron incendios de comisarias, sedes bancarias, shoppings y también en la prisión de Lagos. Decenas de omnibus fueron quemados y usados en las barricadas que los jóvenes levantan para defenderse de los avances de las tropas y de los disparos de los soldados. El toque de queda y el pedido del presidente Buhari al ejército par que disuelva y disperse a los manifestantes en Lagos fuero derrotados en toda linea con la organización de decenas de piquetes y cortes de calles con barricadas.
El discurso presidencial transmitido en cadena nacional el martes por la noche no hizo más que enardecer los ánimos de las masas en lucha. Buhari no mencionó las masacres hechas por los militares en el paje Lekki, ni por los grupos de matones fascistas que recorren las calles disparandole a los manifestantes, pero sí reivindicó a los seis policías que cayeron "en cumplimiento del debe y prometiendo un aumento salarial para los criminales de la fuerza policial. Acusó incluso a los manifestantes de estar fogoneados por el grupo terroristas Boko Haran para perturbar el orden democrático. Recordemos que el presidente, un militar retirado, llegó al poder por primera vez en 1983 encabezando uno de los tantos golpes militares que se sucedieron luego de la independencia en 1960. En 2015 llegó nuevamente al poder, esta vez por la vía electoral, con el partido Congreso de Todos los Progresistas, adherido a la Segunda Internacional).
La oposición y muchas ONGs, como la ANAP Foundation, llaman a la juventud a abrazar la paz y poner fin a las movilizaciones, y a prepararse para las elecciones del 2023 (Punch 22/10), colaborando con el presidente en el esfuerzo de todos los partidos del régimen en la defensa del conjunto del régien custionado y sacudido por el levantamiento popular.
La NBA (Colegio de Abogados de Nigeria) declaró que iniciará las demandas en nombre de las familias de las víctimas, "por abuso de poder, incumplimiento de las reglas de compromiso y la violación de los derechos fundamentales (incluido el derecho a la vida) de los ciudadanos afectados". También dijo que la asociación iniciaría inmediatamente acciones legales contra el gobierno nigeriano y el ejército en foros internacionales y locales. Una coalición de 100 organizaciones de la sociedad civil (OSC) pidió ayer al presidente Muhammadu Buhari que despida de inmediato al jefe del Estado Mayor del Ejército, el teniente general Tukur Buratai, por el asesinato de manifestantes desarmados el martes por la noche en el peaje de Lekki en Lagos.
La juventud movilizada exige con total claridad de miras constituir una comisión de investigación independiente para que sean detenidos y condenados los responsables políticos y su brazo ejecutar militar/policia/ paramilitar que masacraron a las decenas de manifestantes. Exigen también la disolución de los organismos represivos y la renuncia del presidente Buhari. La revolución nigeriana está en marcha.
Hernán Gurian
23/10/2020
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