Los anuncios de la ´nueva fase´ de la gestión oficial frente al Covid estuvieron signados por el desconcierto y la improvisación. El gobierno había preparado un programa de aperturas generalizadas que tuvo que cambiar a último momento, después que Fernández se reunió con los gobernadores. A partir de allí, dispuso ´restricciones´ en departamentos de 18 provincias del país, aunque no se señaló en que consistirían. Lo que se presentó como ´federalismo´ sonó más bien a desbande nacional, a la luz de las incongruencias y los choques políticos que tuvieron lugar horas después.
Fernández presentó al Chaco como ´modelo´ de control de los contagios, en el mismo momento en que Capitanich declaraba la alarma sanitaria por el recrudecimiento de los casos. Aunque Fernández incluyó a Mendoza entre las provincias críticas, el gobernador Suárez anunció que no retrocederá en las aperturas, a pesar de que la ocupación de camas de terapia araña el 90% en el gran Mendoza.
Fernández exageró las alusiones a una CABA y un conurbano “controlados”, sólo para legalizar las aperturas económicas que Larreta y Kicillof anunciarían en las horas siguientes. Mientras AF hablaba, el país tomaba conocimiento de un nuevo record diario de casos fatales, con más de 500 decesos. Argentina se dirige al 6º lugar en número de casos, superando a la fatídica España y acercándose al millón de infectados.
Han quedado expuestos los límites brutales de la política de “amesetamiento de la curva de contagios”, sepultada bajo la falta de testeos masivos y el fulminante “regreso al trabajo” que el gran capital industrial y comercial le dictó al gobierno. Finalmente, hasta el propósito de “impedir la saturación de camas” quedó desbaratado, porque el traslado de la pandemia al interior del país se topó con las estructuras hospitalarias más desguarnecidas. Los anunciados testeos de “fabricación nacional” también quedaron en el olvido, al igual que la centralización del sistema de salud y -mucho menos- de los laboratorios y centros de investigación, públicos y privados. En la conferencia de este viernes, Fernández omitió señalar que la llegada de la vacuna ha quedado subordinada a un régimen de extorsiones legales – la ley que aprobó el Congreso esta semana somete cualquier litigio por el empleo de vacunas… a los tribunales extranjeros. La pandemia ha expuesto el derrumbe nacional, pero también el carácter semicolonial del país.
“Convivir con el virus”
Como único consuelo, al gobierno FF le queda saber que la centralidad del Covid 19 en la disolución de las relaciones sociales no es para nada un patrimonio ´nacional´. Los rebrotes en Europa, Estados Unidos y también Brasil exponen la completa incapacidad de las estructuras sanitarias, económicas y sociales del capitalismo para dar cuenta de la pandemia. En la conferencia de prensa, Fernández aludió a las cifras récord de desocupación y pobreza del segundo trimestre, pero con el único propósito de justificar la política de “convivir con el virus”, el eufemismo que los gobiernos capitalistas han adoptado para empujar la reanudación de la acumulación de capital a costa, no sólo de las energías de los trabajadores, sino en muchos casos de sus vidas.
En todo el mundo, la bandera de esta preeminencia del capital sobre la mayoría de la humanidad laboriosa es el ´retorno a las escuelas´: acá, la posta fue recogida ayer por el derechista y ´dialoguista´ Larreta. Con aires de candidato presidencial, el jefe de gobierno porteño anunció la reanudación de aulas para los últimos años de la primaria y la secundaria, mientras su ministra de educación acusaba a los sindicatos ´politizados´ de la Capital de bloquear esa decisión. Uno de esos sindicatos, dirigido por el kirchnerismo, deberá explicarles a sus afiliados que Fernández no objetó esta apertura, que expondrá a familias, maestros y auxiliares cuando los contagios orillan los 1.000 casos diarios en la Ciudad. Como también ha ocurrido en el mundo, esta declaración de guerra contra los docentes alimentará una rebelión en las escuelas.
El otro desbande
El ´viernes de conferencia´ no sólo tuvo como telón de fondo al record de decesos. Marcó también un nuevo salto del dólar paralelo y de la paridad bajo la cual los grupos capitalistas cambian pesos por dólares en el exterior, a través de acciones o títulos. El capital continúa dolarizando sus carteras, a pesar de los intentos del gobierno de pesificarlas a costa de ofrecer rendimientos leoninos. Por otra parte, la pretensión de que la baja de retenciones daría lugar a una liquidación apreciable de divisas no se ha verificado – los dólares ingresan en cuentagotas. La fuga de capitales prosigue su marcha, alimentada con los recursos que el gobierno, en los meses de pandemia, les financió a las corporaciones capitalistas. Esta nueva “alteración de los mercados” es un reclamo urgente en pos de un cambio de gabinete y un viraje económico, que admita un dólar oficial a 100 pesos y el desdoblamiento cambiario. El gobierno resiste esta salida, porque acentuaría la disgregación de la coalición oficial y podría ser el debut de una conmoción social en regla. Los indicios están presentes en las movilizaciones, acampes y piquetes de Tucumán, Chubut, Misiones y varias otras provincias, en las ocupaciones de tierras bonaerenses, en la inquietud que recorre las fábricas y el gran comercio por las paritarias a la baja. La situación, considerada en su conjunto, le plantea a la clase obrera una deliberación y la lucha por un programa. Paritarias libres en privados y estatales, 40% de aumento salarial e indexación mensual; ningún despido; rechacemos la apertura en las escuelas; tierra y vivienda para los sin techo, abajo los desalojos. Nombramientos y jornada de 6 horas en los centros de salud, centralización de todo el sistema sanitario y de laboratorios. Organicemos plenarios y congresos de trabajadores, para debatir un programa y una salida al desbande pandémico y político del gobierno FF.
Marcelo Ramal
10/10/2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario