Lejos quedó la 'burbuja' sanitaria que mantenía a la ciudad de Tandil aislada del virus durante los meses pasados. De aquel estrepitoso salto de 30 casos en un día, a finales de agosto, los contagios y muertes han trepado exponencialmente superando, actualmente, los mil casos activos.
Luego de aquellas bravatas del intendente Lunghi, en las vísperas del 24 de marzo, cuando reclamaba “declarar el estado de sitio sacar el Ejército a las calles” para 'preservar la salud de la población' (El Eco de Tandil, 23/03) y toda la demagogia en este asunto, lo que ha predominado es -al igual que a nivel nacional- el rescate de los empresarios y capitalistas, a costa de la vida y la salud de los que producen la riqueza del país, es decir, los trabajadores.
Esto se ve en su faceta más cruda en los lugares de trabajo, sobre todo en el sector industrial, donde se aísla sólo a los trabajadores que tengan síntomas, obligando a seguir asistiendo a aquellos que han tenido contacto estrecho con los contagiados. Esto implica una masacre sigilosa. Para el Estado (cómplice de todo esto), lo 'esencial' es preservar la continuidad del proceso de producción a toda costa y mantener la tasa de ganancia de los empresarios.
Esta lógica se manifiesta en la apertura de cervecerías y otros rubros no esenciales que son amparadas por el municipio y el Estado nacional, es decir, esto no ocurre sólo en Tandil, lo cual demuestra que la puja por la responsabilidad política entre Lunghi y Kicillof es, cuanto menos, una farsa. El nuevo ´semáforo rojo´ declarado por el Municipio el miércoles pasado, es una mera formalidad, ya que lo que estaba abierto permanecerá prácticamente, igual. Al mismo tiempo, enfermeros y trabajadores de la salud de la ciudad denuncian que, si no se limita la circulación, vamos al colapso del sistema de salud local.
La pandemia ha dejado al descubierto cuál es la clase social que gobierna en Tandil y en el país en su aspecto más parasitario, por un lado y, por el otro, ha puesto sobre la mesa todas las penurias previas a la pandemia -agravadas por la misma- del pueblo trabajador: el trabajo precario, la desocupación, la falta de vivienda, el hacinamiento, la crisis alimentaria, los despidos, el vaciamiento del sistema de salud y la educación pública, etc.
La contracara de esta crisis es que Tandil se ha convertido en un 'semillero' de luchas: enfermeros, recolectores, trabajadores del cementerio, artistas, artesanos, Loimar, en defensa de la educación pública, por la preservación de las sierras y el medioambiente, y también luchas por la tierra y la vivienda. Todos estos sectores no han tenido respuesta por parte del Estado.
Por eso se vuelve necesaria la coordinación de todas estas luchas y las que vendrán para llevarlas a la victoria y unificarlas en la perspectiva de un Congreso Nacional de Trabajadores.
Por un subsidio igual al costo de la canasta familiar para todos los que lo necesiten hasta que finalice el aislamiento. Jornada de 6 horas y aumento salarial para enfermería.
Franco Puente
23/10/2020
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