domingo, 5 de julio de 2020
La escalada de muertes de adultos mayores por Covid-19 era evitable
La catástrofe fue anunciada. Innumerables informes acerca del funcionamiento sin control y deficitario de los geriátricos en la Argentina aparecieron en los últimos años.
Y, más recientemente, las denuncias especificas de la Defensoría de la Tercera Edad. “Antes que llegue el virus al país ya había advertido que los geriátricos habilitados eran una bomba de tiempo, y los clandestinos un terreno minado. Lamentablemente no me equivoqué y las autoridades no tomaron medidas preventivas, por eso ahora estamos lamentando estas muertes” (Eugenio Semino, Infobae 3/7/20)
A casi cuatro meses de la determinación de la cuarentena, escuchando en forma repetitiva “los adultos mayores son vulnerables al coronavirus”, “ si se contagian tienen altas probabilidades de morir “, las medidas específicas y elementales para evitarlo no han sido tomadas.
A la dificultad de quedarse en casa, tomar medidas de higiene y alimentarse correctamente cuando el 80% de los jubilados cobran $16842 pesos o menos en el caso de los pensionados.de jubilación se agrega la grave situación en los geriátricos.
Semino agrega que “entre el 28 y el 32% de los muertos por coronavirus en AMBA residían en geriátricos. Del resto de las provincias no hay datos”.
Tempranamente se conocieron contagios masivos en varios geriátricos, en Saldán de Córdoba, en el de Belgrano y varios más.
El esquema también se conoció enseguida: empleados que se contagian afuera, ellos, como trabajadores esenciales deben circular si o si, en muchos casos entre diferentes instituciones porque la miseria salarial los obliga, viajando en transporte público, introducen el Covid-19 en los geriátricos o al revés, trabajadores que se contagian en el geriátrico y llevan la enfermedad al colectivo, al tren, al barrio, a su familia.
El círculo de contagio es claro porque el adulto mayor internado en un geriátrico permanece quieto, encerrado y carente de todo contacto con sus familiares por disposición gubernamental.
Los ejemplos de lo que venía ocurriendo en el resto del mundo también adelantaban esta información.
El gobierno y las autoridades sanitarias no han garantizado las medidas elementales para evitar los contagios y las muertes anunciadas.
No establecieron un sistema único de salud estatal, colocando todos los servicios privados y los geriátricos en ese sistema, bajo control de los trabajadores.
No han determinado un plus salarial para los trabajadores de salud y los de los geriátricos para que no tuvieran que correr de un lado para otro, para que pudieran reponerse y cuidarse. El estado es responsable del agotamiento y sobrecarga de todo el personal de salud, de la falta de reemplazos, de sus contagios, de que vayan a trabajar enfermos.
En el caso de los geriátricos en especial, la falta de medidas de seguridad e higiene sumado a la falta de personal determinan que las tareas cuerpo a cuerdo sean absolutamente contaminantes y arriesgadas para el trabajador y para el residente.
En los geriátricos el residente está recluido, pero el movimiento es general, no sólo por los empleados sino por el ingreso de mercadería y de especialistas médicos y sanitarios que visitan a los internados o que los tienen que trasladar para estudios y atenciones.
Para efectivamente garantizar el cuidado de las personas mayores, para evitar sus muertes por coronavirus son necesarios los testeos sistemáticos, periódicos, ante la aparición de enfermos o supuestos contagios y para detectar la enfermedad tempranamente incluso en los asintomáticos.
Deben ser instituidos como protocolo obligatorio en todos los geriátricos para residentes y trabajadores.
El aumento salarial para los trabajadores de los geriátricos, para los trabajadores de salud, un plus por tarea esencial, peligrosa e insalubre, los turnos reducidos, la dotación de los elementos de seguridad e higiene personal son un recurso fundamental para la salud de ellos y de sus pacientes.
El proyecto de impuesto a las grandes fortunas presentado por el FIT , el no pago de la deuda con el FMI asegurará los fondos para un sistema de salud integral que frene al coronavirus efectivamente.
Nora Biaggio
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