El pasado viernes 10, mientras el Ministerio de Trabajo de Jujuy imponía una conciliación obligatoria para evitar la huelga de los azucareros de Ledesma por la falta de condiciones de bioseguridad en su lugar de trabajo, se conoció la muerte por coronavirus de un obrero papelero perteneciente a la misma patronal. El compañero fallecido era diabético. A pesar de ser población de riesgo, la empresa lo obligaba a trabajar. Esto con la complicidad de la burocracia papelera.
Los contagios en Ledesma ya son 15 y hay varios obreros aislados como casos sospechosos. Tempranamente, el gremio azucarero (Soeail) y el sindicato rural de los citrícolas pidieron la paralización de la actividad. Ledesma rechazó este pedido en nombre de ser una actividad esencial.
Negligencia patronal
Esta muerte golpea a un movimiento obrero jujeño ya conmocionado por los brotes de COVID-19 en los lugares de trabajo. A los dos casos confirmados en minera Aguilar, uno en la cementera Holcim, los 23 en el Molino Pampa Blanca y los 10 casos en Estancia Río Colorado, ahora se sumaron tres casos en el Ingenio La Esperanza y varios de trabajadores de la salud privada.
En Exar, donde ya se superaron los 95 contagios, los obreros de la tercerizada Riva, encuadrados en “población de riesgo" por enfermedades preexistentes, iniciaron una huelga de hambre exigiendo se les den a conocer los resultados de los tests. Los enfermos conviven con el resto de los obreros y no se dispone de la infraestructura sanitaria necesaria ante un eventual agravamiento de sus estados de salud.
Complicidad estatal
El gobernador Morales ha cerrado fila con las patronales, apoyando que continúen en actividad y afirmando en los informes del COE que, si bien hay brotes en los lugares de trabajo, estos se deben a negligencias individuales, sobre todo en espacios de concentración extralaborales como los comedores. Su amenaza de multar a las patronales que no cumplan los protocolos vigentes no pasa del discurso ya que no ha dispuesto las inspecciones necesarias para ello. Para mejor encubrirlas, ha dejado de informar la procedencia de los contagios, por lo que los casos en los lugares de trabajo pueden ser muchos más. Sólo los trabajadores del sistema de salud representan más de un 25% de los 648 casos registrados en la provincia.
La cuarentena de los sindicatos
Ante este desmadre que sigue acrecentándose, el rol de la mayoría de las direcciones sindicales es escandaloso. Por ejemplo, Aoma no ha abierto la boca ante los casos en Exar, Holcim y otras mineras en nombre de no tener afiliados allí producto del festival de tercerizaciones que rige en la actividad. La UOCRA, que encuadra a los mineros tercerizados de Exar, solo atinó a solicitar que la cuarentena de los contagiados en esta empresa se realice fuera del campamento minero. El Soea, del Ingenio La Esperanza, ha sacado un comunicado llamando a los obreros a mantener la calma y cumplir los protocolos vigentes mientras anunciaba un “trabajo conjunto" con la patronal. El Soeail, que correctamente declaró el paro, no ha puesto en cuestión la conciliación obligatoria trucha del Estado y la patronal, cuya implementación asegura que prosigan los contagios, a la vez no se retrotrajo ninguna de las causas del conflicto. Las centrales sindicales ni siquiera han sacado un comunicado al respecto.
Sólo los gremios de la salud, por la fenomenal presión de las bases, han salido a reclamar en un nuevo ruidazo y una masiva movilización, por los insumos de bioseguridad y contra el intento de responsabilizarlos por los contagios en su área. Es que el gobierno ha decretado la obligatoriedad del uso de los materiales de bioseguridad cuando éste los proveyó tardíamente y en cantidad y calidad insuficientes. También ha decretado la disponibilidad de traslados del personal de salud a zonas de riesgo, hoy sin personal por los contagios y la cuarentena de los casos sospechosos, sin discutir ni los adicionales correspondientes, la reducción de la jornada de trabajo y la contratación del personal suficiente para evitar la sobrecarga de trabajo.
Tomemos la posta
Así como los trabajadores de la salud impusieron el cierre y desinfección completa del Hospital Orías, de Libertador General San Martín, Ledesma y Exar y todos los lugares de trabajo donde haya contagios deben paralizar su actividad hasta que se frenen los mismos. Esta solo puede ser retomada bajo condiciones adecuadas de bioseguridad. Todo el personal que sea factor de riesgo debe ser resguardado bajo licencia y cobrando el 100% de su salario. Es necesario abrir la deliberación obrera en cada lugar de trabajo para paralizar la actividad y garantizar protocolos adecuados y su cumplimiento mediante la acción colectiva y coordinada de los trabajadores. En esto se juegan nuestra salud y nuestra vida.
Julio Quintana
18/07/2020
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